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La formación de la conciencia histórica en la Universidad de las Artes


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2016  •  Ensayos  •  3.228 Palabras (13 Páginas)  •  255 Visitas

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La formación de la conciencia histórica en estudiantes de la Universidad de las Artes.

Introducción:

Los hombres no existimos sin historia, sin una historia personal, familiar, local, patria, de la humanidad. Esa historia entendida como devenir de la existencia humana, nos define y al mismo la definimos, su conocimiento es esencial para la actuación presente y la proyección del futuro, su estudio permite comprender la construcción de todas las identidades sociales, desde la personal, hasta la genéricamente humana, pasando, entre otras, por la nacional. Quizás la esencialidad de estas ideas pudiera expresarse con palabras de José Martí: “En donde quiera que el hombre nazca abandonado a sí mismo y sin conocimiento de lo que le ha precedido, comenzará otra vez la edad de piedra”.

La importancia que en Cuba se atribuye a la educación histórica de sus ciudadanos, se evidencia no solo a través del contenido de la información que se socializa a través de los medios de comunicación masiva y las numerosas y variadas actividades que se realizan con un sentido histórico; sino que la historia nacional es objeto de enseñanza en los tres niveles de la Educación General Politécnica y Laboral así como en las diversas Carreras de la Educación Superior, es decir en todos los niveles del Sistema Nacional de Educación.

El conocimiento de la historia patria tiene una importancia especial para los futuros egresados de las carreras artísticas de la Educación Superior, ya que su campo de acción es la cultura nacional, inalienable de su historia.

En la creación artística se refleja estéticamente el espíritu de la nación, ella constituye no solo un medio para la expresión de sentimientos e ideas, sino también un arma de reflexión y crítica. La cultura y el arte son instrumentos de liberación, realización y trascendencia humana e históricamente un espacio donde se han creado y recreado los más genuinos valores del pueblo cubano.

La circunstancia arriba enunciada constituye un desafío para quienes se ocupan de la enseñanza de la Historia de Cuba en la Universidad de las Artes, pues ésta constituye una de las vías fundamentales para la formación y desarrollo de la conciencia histórica en los estudiantes.

I. La Conciencia Histórica.

¿Qué se entiende por conciencia histórica?

El historiador y filósofo alemán Jörn Rüsen (1938) la entiende como “… una suma de operaciones mentales con las cuales los hombres interpretan la experiencia de evolución temporal de su mundo y de sí mismos de modo que pueden orientar intencionalmente su vida práctica en el tiempo” (Rüsen,2001: 58.)

El concepto de tiempo es central en esta concepción, su autor plantea que las interpretaciones que se pueden hacer sobre acontecimientos actuales dependen de las representaciones sobre lo ocurrido en el pasado que le da sentido al presente. El pasado por lo tanto, sirve de base para interpretar el presente, ambos están relacionados. La conciencia histórica asume el pasado como experiencia y posibilita entender el sentido del cambio temporal y las perspectivas futuras hacia las que se orienta el cambio, así la historia puede ser comprendida como un nexo entre el pasado, el presente y el futuro. Rüsen expresa su concepción relacionando los conceptos memoria e historia:

“La memoria hace significación el pasado, lo mantiene vivo y lo convierte en una parte esencial de la orientación cultural de la vida presente. Esa orientación incluye una perspectiva futura, que moldea todas las actividades y sufrimientos humanos. La historia es una forma elaborada de memoria, ella rebasa los límites de una vida individual. Ella combina las piezas del pasado evocado en una unidad temporal abierta al futuro, ofreciendo a las personas una interpretación del cambio en el tiempo. Ellas necesitan de esa interpretación para ajustar los movimientos temporales de sus propias vidas”

Rüsen apunta que la historia es una forma de memoria elaborada, su afirmación provoca a pensar en la memoria, en sus características, en la necesidad de su elaboración. La memoria se apoya en a experiencia vivida, es poco cuidadosa de las comparaciones, de la generalizaciones y no tiene necesidad de pruebas. Su carácter subjetivo la mantiene abierta, el recuerdo puede ser modificado como resultado de nuevas interpretaciones que devienen de nuevas experiencias y conocimientos que se adquieren posteriormente al hecho recordado.

La memoria está sujeta a errores debido a la ausencia del recuerdo, la distancia temporal conduce al error, porque lo que busca la memoria es la verdad, y ante la aparición del olvido esa verdad se torna inalcanzable.

Ante la imposibilidad de representarse íntegramente el pasado la memoria se torna selectiva, su carácter selectivo, es otra de las características importante de la memoria. Si la memoria es selectiva, el olvido no es lo contrario de la memoria, sino que es consustancial con ella, es parte de ella, no hay memoria sin selección, es aquí donde aparece la historia, que ejerce una función crítica respecto de los fraudes de la memoria, en relación a sus errores, y falsificaciones.

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La historia se ocupa de estudiar el devenir del hombre en el mundo, de toda la humanidad en el transcurso del tiempo. Al tratar sobre el pasado la historia se nutre de la memoria, pero también se emancipa de ella al convertirla en uno de sus objetos de estudio. Por su carácter de ciencia, la historia elabora una visión del pasado de acuerdo con las reglas de producción del conocimiento científico por la que se rigen los historiadores. Esto explica que pueda “atrapar” un hecho que tuvo lugar en el pasado, e inscribir la singularidad de la experiencia vivida en un proceso histórico global, para intentar esclarecer sus causas, sus consecuencias y explicar así la dinámica del cambio ocurrido en el tiempo. La tarea del historiador no es suprimir la memoria sino inscribirla en un contexto histórico más amplio, que posibilita entender lo ocurrido en el pasado y también comprender cómo y por qué un hecho se convierte en significativo y pasa a ser recordado por la sociedad, o una parte de ella. Es en este marco en que la memoria se convierte en parte del objeto de la historia. El historiador italiano Enzo Traverso (1957) es de la opinión de que el historiador al orientar y criticar a la memoria contribuye a la formación de una conciencia histórica, ya que su trabajo forja el uso público de la memoria.

Ahondando en esta problemática, Rüsen sostiene que la memoria y la conciencia

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