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La imprenta en Guadalajara y su producción: 1793-1821


Enviado por   •  14 de Enero de 2014  •  Exámen  •  1.557 Palabras (7 Páginas)  •  581 Visitas

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La imprenta en Guadalajara y su producción: 1793-1821

Cuando en 1791, Mariano Valdés Téllez Girón, hijo de Manuel Antonio Valdés, impresor en la ciudad de México, se dio cuenta "que la ciudad de Guadalajara carecía del beneficio público de la imprenta", decidió "proporcionar a sus moradores las utilidades que traen consigo y se siguen de semejantes inventos". En ese año a escribió al intendente y presidente de Real Audiencia de Guadalajara, Jacobo Ugarte y Loyola, para ofrecer el establecimiento de la imprenta siempre y cuando se le concediera "el privilegio exclusivo perpetuo" para imprimir todo lo que se le pidiera "sin que otra alguna persona pueda ejecutarlo en la misma ciudad sin su permiso". Valdés exponía que el privilegio le permitiría "resarcirse" del "cuantioso importe"de la instalación de la imprenta.

Aunque la Real Audiencia de Guadalajara autorizó establecerla por decreto del 7 de febrero de 1792, previo dictamen del fiscal, no le otorgó el privilegio exclusivo porque el rey era la única autoridad que podía concederlo. La Audiencia señaló que disponía de tres años para solicitarlo y "persuadir el beneficio que resulta de las imprentas, que son uno de los mejores inventos que conoce la humanidad y los gravísimos perjuicios que no pueden dejar de originarse de su defecto".

El 4 de julio de 1792, Mariano Valdés solicitó al rey, por medio de su apoderado en Madrid, Gabriel de Sancha, "se le concediera facultad para establecer una imprenta en la ciudad de Guadalajara, cuyo vecindario carecía de este beneficio". Ofrecía establecerla a "su costa con el mayor primor", llevando de Madrid "las fundiciones nuevas y lo demás necesario, pero que habiendo de gastar en esto considerables cantidades de pesos, sin seguridad de conseguir algunas ventajas"; suplicaba a su majestad "se le concediese la licencia con privilegio perpetuo y exclusivo para que ningún otro sujeto pudiera imprimir en dicha ciudad".

Ante la petición de Valdés, el 21 de enero de 1793, el fiscal del Consejo de Indias expuso que nadie dudaba "del beneficio que se sigue de que se establezcan imprentas dentro del paraje donde se califiquen de útiles y necesarias", ni que Guadalajara, como capital del reino de la Nueva Galicia y con una Real Audiencia, influía para que se considerara "no solo por conveniente sino por indispensable y preciso el que se plantifique la propuesta imprenta allí con el designio que se explica". En relación a los privilegios opinaba que éstos se franqueaban "a los que se dedican a promover el bien público" y que se estimaban "correspondientes a su mérito y a lo que tienen que gastar para que surtan el deseado efecto sus ventajosos proyectos con el plausible fin de premiárselos, bonificarles su coste y excitar a otros a que los imiten".

El funcionario indicó que Valdés podía conseguir la indemnización a la que aspiraba "con lo que le produzca la imprenta con su privilegio exclusivo durante el término de ocho o no más de diez años". El Consejo de Indias, en vista de lo que expuso el fiscal, consultó al rey el 28 de febrero para que:

"se dignase conceder a Mariano Valdés la facultad de establecer imprenta en la ciudad de Guadalajara con privilegio exclusivo con término de diez años, que estimaba bastante para que pudiera reintegrarse de los costos que indispensablemente había de tener, pero con la calidad de que no hubiera en Guadalajara establecida otra imprenta.

El rey Carlos IV, con base en el acuerdo del Consejo, otorgó el privilegio a Valdés el 10 de agosto de 1793 por medio de una real cédula que dirigió al presidente de la Real Audiencia de Guadalajara.

Con el decreto del 7 de febrero de 1792, que le había otorgado la Real Audiencia de Guadalajara, Mariano Valdés estableció la imprenta en Guadalajara, primero en la Calle Cerrada de Loreto, que estaba a un lado de la Capilla de Loreto del Colegio de La Compañía de Jesús. Poco después se estableció en una casa frente a la plaza de Santo Domingo, donde permaneció durante la época colonial.

El privilegio exclusivo para su imprenta y la exención en el pago de alcabalas "en varios casones de moldes de letras y utensilios de imprenta", que Mariano Valdés había llevado a Guadalajara, le permitieron afianzar su negocio. En la Gaceta de México, que editaba su padre, apareció publicado un anuncio de la imprenta y librería que había establecido en Guadalajara. Decía que "para el mejor y más pronto despacho de las obras que se le encarguen", había traído de México a un "abridor de láminas y sellos y encuadernador, instruido en todo género de pastas", que era don José Simón de la Rea.

La imprenta en Guadalajara

La investigación sobre la historia de la imprenta en Guadalajara empezó en el siglo pasado, en 1885, cuando el doctor Agustín Rivera publicó en

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