La política extranjera

La política extranjera

Marcel Merle

La política exterior, como todo a su momento, ha tenido diversas modificaciones por las circunstancias y sucesos por los cuales se ha vivido a lo largo de los años. El primer cambio que se vivió fue la transformación del gobierno absolutismo por un gobierno democrático, aquí imperaba la opinión pública, puesto que la sociedad en esta forma de gobierno debe ser escuchada y atendida conforme a sus intereses y necesidades, además como se viene viendo desde Kant, debe existir una transparencia, ya que ésta será una vía más rápida para llegar al éxito.

De igual manera, dentro de la democracia en un Estado debe existir un interés nacional, el cual se sugiere (sino es que se obliga) ser al mayor largo plazo posible, ya que esa será la única manera de poder comprender los problemas internacionales para tratar de dar solución a ellas, o por lo menos mantenerlas controladas.

Un segundo cambio que vivió la política exterior fue el progreso tecnológico, el cual se parte en varias vertientes. La primera es con la introducción de las telecomunicaciones: telégrafo, radio, teléfono e incluso en la aviación. El autor ve de manera negativa la introducción de estas herramientas, ya que menciona que con su llegada vinieron a remplazar las acciones que realizaban directamente los jefes de gobierno, estado y los ministros de relaciones exteriores para cumplir, tratar y llevar a cabo su capacidad negociadora con los embajadores, incluso menciona que le quitaron su función primordial a las embajadas de ser los intermediarios políticos entre los gobiernos. Y si bien es verdad que las telecomunicaciones vinieron a remplazar algunas acciones directas que realizaban las personas, también llegaron para facilitar la misma comunicación entre los Estados, trayendo consigo diversas cosas positivas, aunque también negativas a su vez.

Otras innovaciones que llegaron fueron los medios de transporte, como los ferrocarriles, barcos de vapor, etc. Su introducción a la vez vino de la mano con un mayor flujo de migración y turismo (aquí entran los pro y los contras); la migración en ámbitos políticos, sociales y económicos vendría siendo una fuga de cerebros, fuga de capital, incremento en el número de refugiados. Esto es bastante grave, ya que un emigrante al abandonar su país de origen, lo deja sin una actividad económica más (ingreso), sin embargo, el país receptor tiene de dos: incrementa su nivel de refugiados (lo cual puede llegar a ser negativo para la población de dicho país) y aumenta su producción al tener mayor mano de obra.

Un tercer cambio, que viene a colación de lo antes mencionado, es la liberación del comercio. Su implementación trajo consigo un despliegue de luchas de clases y un incremento en la producción, ya que la gente buscaba satisfacer sus necesidades materiales,

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