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La “venta” de la mitad de México

Carlos WalterEnsayo9 de Septiembre de 2023

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LA “VENTA” DE LA MITAD DE MÉXICO

Introducción

La historia de cómo México perdió grandes extensiones de tierra tiene formas muy generales de analizarse, desde pequeños recuerdo que nos enseñaron que Santa Anna prácticamente había sido el único responsable por la pérdida de la mitad del territorio, dejando así una visión sesgada de lo que realmente ocurrió.

El siglo XIX fue primordial para la configuración de múltiples países del Mundo, la forma en que muchos países están configurados actualmente, tiene sus bases durante este periodo. Estados Unidos había firmado su independencia a finales del siglo XVIII. Para México la independencia pudo ser posible hasta mediados del siglo XIX, inició como un imperio que estaría dirigido por Iturbide, esto duró poco.

Expansionismo norteamericano y la situación con Texas

Durante el siglo XIX los Estados Unidos trabajaron la idea de expandirse a todos los territorios posibles, por ejemplo, intentaron conquistar el territorio de lo que actualmente se conoce como Canadá, pero fracasaron al no poder convencer a quienes en ese momento eran dueños de las tierras. Es entonces, que decidieron echar un ojo a los territorios del sur y se adueñaron del territorio de la Luisiana. Y, mientras México declaraba su independencia, el presidente Madison declaraba el territorio oeste de la Florida como parte de los Estados Unidos, esto fue posible gracias a que recientemente se había declarado la independencia de España. A lo largo de los años, el territorio de Texas había actuado como un muro de contención entre diferentes naciones. Las autoridades españolas patrocinaron misiones para detener la expansión francesa, pero después de darse cuenta y expandirse con el oeste de Luisiana al final de la Guerra de los Siete Años, España disolvió su sistema de defensa en Texas.[1]

Mientras la expansión norteamericana se llevaba a cabo, México se veía forzado a seguir con su lucha independentista y los conflictos internos, gracias a estos conflictos es que México fue desatendiendo sus territorios. Por lo anterior, sintieron la necesidad de poblar la frontera norte dejando que familias estadounidenses se asentaran en la zona y para 1830 la mayoría de la población era de origen anglosajón.

“El estado de Coahuila y Texas expidió su ley de colonización en marzo de 1825, antes de promulgar su propia constitución. La ordenanza “convidaba y llamaba” a “todos los extranjeros” que quisieran establecerse en los linderos de la entidad… La ley establecía los métodos para poblar y autorizaba que los empresarios se comprometieran a introducir de “cien familias para arriba”, en un plazo de seis años. De acuerdo con el número de colonos que se asentaran, los concesionarios recibirían predios en recompensa, pero si no lograban establecer al menos cien familias su concesión se anularía.”[2]

“Las autoridades federales y estatales mexicanas no se dieron cuenta del potencial demográfico de la sociedad estadounidense, que se había duplicado cada veinte años en esas décadas. Su capacidad de absorción de inmigrantes representó una revolución demográfica. Manuel de Mier y Terán, enviado tras la fallida rebelión de Fredonia y después nombrado inspector general de Texas, se percató del problema que ello significaba para México. Las proporciones que calculaba eran de seis o hasta ocho anglosajones por un habitante de origen español o mexicano.”[3]

Las diferencias entre los pobladores texanos y el gobierno mexicano no tardaron en aparecer. En 1834 en México surgen los roces entre centralistas y federalistas, la población de Texas estaría inmiscuida y aprovechando el descontrol que el país vivía se levantaron en armas, por lo que en 1836 se conformaron como país independiente. El gobierno mexicano se opuso a dicha independencia, por lo que Santa Anna parte para combatir en ese territorio. El ejército mexicano fue derrotado y Santa Anna en un intento de escape es apresado, tras algunas negociaciones Tras la firma de los tratados de Velasco se negocia la retirada del ejército mexicano y Santa Anna envía cartas donde notifica al gobierno mexicano de lo sucedido.

En un sentido estricto Antonio López de Santa Anna jamás reconoció la independencia de Texas, se dice que en 1836 Santa Anna a cambio de su libertad tuvo que firmar los tratados de Velasco. Santa Anna ya no era presidente y los documentos no fueron ratificados. Lo que hubiera firmado el general Santa Anna en realidad no era válido, pues no estaba al mando de nada en ese momento y no estaba en libertad.

Las diversas negociaciones con Texas fracasaron y el gobierno mexicano se llenó de impotencia. El gobierno liberal moderado fue acusado de querer vender el territorio. “Para Estados Unidos y los países europeos, ahí terminaba la cuestión de Texas, menos para México”[4]. El gobierno de México temía la anexión, pues esto podría traer una guerra, una guerra para la que no se estaba preparado. Se conocía el estado inestable del ejército y la completa falta de recursos para llevar a cabo una defensa.

Texas se anexiona y ahora sigue California

La atención se dirigió ahora hacia California, pues la anexión de Texas se había logrado, por lo que prácticamente no había dudas de cuál sería el siguiente objetivo del expansionismo norteamericano. Realmente la situación californiana no erala mejor, había pocos habitantes, pero lo que hacía de cierta manera irresistible la invasión era la frontera y sus peculiares características. “El interés francés y británico en California sirvió para que, como en el caso de Texas, los expansionistas estadounidenses adujeran que era necesario intervenir en ella para evitar que la rica provincia se convirtiera en protectorado británico. Algunos viejos residentes, como el cónsul norteamericano en Monterrey y el alemán Johann Sutter, cuyo fuerte sirvió de asilo a muchos aventureros, empezaron a colaborar abiertamente con los planes expansionistas.”[5]

En general, la debilidad del país provocó que la llegada de los norteamericanos no se encontrara con tantas dificultas. California se dividió, los federalistas consiguieron deponer al gobernador que había sido puesto por el gobierno nacional. La desilusión sobre California fue la noticia que más sonó, incluso se consideró venderla a Gran Bretaña.

La guerra

En México el caso texano seguía generando indignación, y este será un tema que generará algunos conflictos internos, pues con el tiempo saldrán dirigente y varias figuras políticas que se expresaran a favor o en contra de retomar Texas. La verdad, es curioso que este territorio fuera de gran interés una vez que se perdió por la mala gestión y no haber aprovechado el territorio antes, ni la clase que manejaba el capital ni la gente de escasos recursos vieron necesario intentar aprovechar las tierras. En cambio, los extranjeros vieron aquí una oportunidad, en gran medida por los bajos precios y las estrategias del gobierno mexicano para poblar el territorio.

Los norteamericanos, tras percatarse de esta indignación buscaron “arreglar” los asuntos con su vecino sureño, lo que no salió de la mejor manera con el gobierno mexicano negando y dificultando cada encuentro con los mensajeros estadounidenses. El principal objetivo de estos arreglos era California, pues tenían el objetivo de adelantarse a Francia y Gran Bretaña.

México en la bancarrota total con sus acreedores hostigando, verdaderamente estaba en una situación que podría considerarse de las peores de su historia, con la guerra con Estados Unidos a la vuelta de la esquina y una ruptura extranjera. Los levantamientos dentro del país no tardaron, pues como ya se había visto, siempre que un gobierno muestra debilidades es un buen momento para estar en desacuerdo y levantarse, esto es algo que se repetirá a lo largo de la historia y es algo común, el problema está en que el caso de México parece nunca terminar. Esta desorganización es la que facilita y hasta cierto punto, atrae a los norteamericanos para seguir expandiéndose con base en territorios que tenían título de pertenecer a México pero si se analiza a fondo, no había algo más que los relacionara.

México solo podía esperar milagros para que la guerra no llegara, mientras que el gobierno norteamericano daba luz verde a los pedidos del ejército para comenzar y basado en conflictos que dejaron bajas norteamericanas es que el gobierno con la excusa perfecta para “vengar” a su nación comenzó el conflicto armado.

 “Las primeras derrotas mexicanas ante las tropas de Taylor tuvieron lugar en mayo de 1846 y desacreditaron a la administración Paredes y al ejército mexicano. Los movimientos federalistas iniciados en marzo y abril culminaron el 4 de agosto en un movimiento en la Ciudad de México, que ponía en el poder a los federalistas radicales. El cambio de gobierno en medio de una guerra distraía la atención, pues había que elegir representantes locales, estatales y federales, lo que trajo consigo una rebatiña de poder en todos los niveles. Además, la restauración de la Constitución de 1824 dejaba al gobierno federal frente a la guerra y sin recursos, puesto que su fuente fiscal era lo producido en las aduanas que estaban bloqueadas u ocupadas por la flota norteamericana.”[6]

Polk buscaba que con una guerra no muy grande donde se llegara a un tratado de paz, pues México no podía pagar las deudas que tenía, así tendría sí o sí que conceder el territorio. La guerra fue más una especie de conquista, lo que provocó cierta unificación para apoyar al gobierno. En el norte del continente la guerra también estableció divisiones regionales, pues inevitablemente el tópico de la esclavitud se enlazó con la guerra, por lo que los representantes de los estados antiesclavistas buscaron garantías de que la esclavitud no pudiera establecerse en los territorios conquistados.

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