Las Cruzadas. Las causas
andres696969Documentos de Investigación2 de Febrero de 2018
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Las Cruzadas
Don Closson
Introducción
En el Concilio de Clermont, en 1095, el Papa Urbano II hizo un llamado a los cristianos de Europa para que respondan a un urgente pedido de ayuda de los cristianos de Bizancio, en el Este. Los musulmanes amenazaban conquistar el resto del Imperio Romano para Alá. La amenaza era real; la mayor parte del Oriente Medio, incluyendo la Tierra Santa que había recorrido Cristo, ya había sido conquistada. Así comenzó la era de las Cruzadas, tomado de la palabra latina crux, o cruz. Dedicados a salvar al cristianismo, los cruzados dejaron atrás sus familias y sus trabajos para adoptar la causa. Dependiendo de la forma de contar (sea por la cantidad de ejércitos cruzados o por la duración del conflicto), hubo seis Cruzadas, entre 1095 y 1270. Pero el espíritu cruzado continuaría por siglos, hasta que el islamismo dejó de ser una amenaza para Europa.
Nos cuesta mucho ver las Cruzadas con ojos que no sean los del estadounidense del siglo XXI. El concepto de defender el cristianismo o el lugar de nacimiento de Cristo mediante la acción militar es difícil de imaginar o de apoyar con la Biblia,
Por lo tanto, cuando los cristianos piensan hoy en las Cruzadas, tal vez sea con remordimiento o con vergüenza. Líderes de la iglesia, incluyendo el Papa, han aparecido en las noticias recientemente disculpándose ante los musulmanes, y todos los demás, por los sucesos que rodearon a las Cruzadas. En las mentes de muchos, las Cruzadas fueron un poco atinado fiasco que no logró las metas de recuperar permanentemente Jerusalén y las Tierras Santas. Por lo tanto, cuando los cristianos piensan hoy en las Cruzadas, tal vez sea con remordimiento o con vergüenza. Líderes de la iglesia, incluyendo el Papa, han aparecido en las noticias recientemente disculpándose ante los musulmanes, y todos los demás, por los sucesos que rodearon a las Cruzadas. En las mentes de muchos, las Cruzadas fueron un poco atinado fiasco que no logró las metas de recuperar permanentemente Jerusalén y las Tierras Santas.
¿Están en lo correcto los libros de historia cuando describen a las Cruzadas como una invasión de territorios musulmanes por parte de europeos errantes cuyo principal motivo era saquear nuevas tierras? Lo que suele quedar fuera del texto es que la mayor parte del Imperio Islámico había sido cristiano y había sido conquistado militarmente por los seguidores del profeta Mahoma en el siglo VII y VIII.
El islamismo había surgido repentinamente de la nada para convertirse en una amenaza para todo el Imperio Cristiano y, si bien había demostrado alguna moderación en su trato de los cristianos conquistados, había exhibido una notable crueldad también. Como mínimo, el islamismo impuso una discriminación económica y religiosa contra los que controlaba, convirtiendo a los judíos y a los cristianos en ciudadanos de segunda. En algunos casos, los líderes musulmanes fueron más lejos. Un suceso que podría haber detonado la Cruzada inicial, en 1095, fue la destrucción del Santo Sepulcro por el califa fatimida Al Hakem.{1} De hecho, muchos cristianos de ese tiempo creían que Al Hakem era el Anticristo.
Queremos tener respuestas de blanco o negro a las preguntas que nos inquietan, pero las Cruzadas nos presentan una compleja colección de sucesos, motivaciones y resultados que hace que sea difícil encontrar respuestas sencillas. En este artículo consideraremos los orígenes y el impacto de esta lucha de siglos entre los seguidores de Mahoma y los seguidores de Cristo.
Las causas
El islamismo había explotado en el mapa al conquistar territorios que habían sido principalmente cristianos. Las ciudades de Antioquía, Alejandría y Cartago habían sido centros de pensamiento cristiano y de investigación teológica durante siglos, antes de ser tomados por ejércitos musulmanes en su jihad para extender el islamismo por todo el mundo. Comenzando en 1095 y siguiendo por más de cuatrocientos años, el espíritu cruzado que permeó gran parte de Europa puede ser visto como una acto de auto preservación cultural.
Nuestra motivación para la Cruzada en 1095 fue el pedido de ayuda hecho por el emperador de Bizancio, Alexius I. Gran parte del Imperio Bizantino había sido conquistado por los turcos selyuquíes, y Constantinopla, la más importante ciudad cristiana del mundo, también estaba siendo amenazada. El Papa Urbano sabía que los sacrificios involucrados en el llamado a luchar contra los turcos necesitaban más que simplemente acudir en rescate del cristianismo oriental. Para motivar a sus seguidores agregó una nueva meta: liberar a Jerusalén y el lugar de nacimiento de Cristo.
En el nivel personal, el Papa agregó la posibilidad de la remisión de pecados. Dado que el concepto del juramento del peregrino estaba muy extendido en la Europa medieval, los cruzados --nobles y campesinos por igual-- juraron llegar al Santo Sepulcro a cambio del perdón de la iglesia de los pecados que habían cometido. La iglesia también prometió proteger las propiedades que dejaban atrás los nobles durante su viaje al este.
El Papa tal vez lanzó una cruzada, pero tuvo poco control sobre ella una vez comenzada. Los cruzados prometieron a Dios, y no al Papa, completar la tarea. Una vez en camino, el ejército cruzado era mantenido unido por "obligaciones feudales, lazos familiares, amistad o temor".{3}
A diferencia del islamismo, el cristianismo no había desarrollado aún el concepto de una guerra santa. En el quinto siglo, Agustín describió lo que constituía una guerra justa, pero excluyó la práctica de la batalla para propósitos de conversión religiosa o para destruir ideas religiosas heréticas. Los líderes de naciones podrían decidir ir a la guerra por razones justas, pero la guerra no debía ser una herramienta de la iglesia.{4}Lamentablemente, usando el lenguaje de la guerra justa de Agustín, los papas y los cruzados se vieron a sí mismo como guerreros de Cristo en vez de personas que buscaban justicia frente a la amenaza de un enemigo usurpador.
Los sucesos
Los libros de historia que leen nuestros hijos, generalmente enfatizan las atrocidades cometidas por los cruzados y la tolerancia de los musulmanes. Es cierto que los cruzados masacraron a judíos y musulmanes al saquear Jerusalén, y luego pusieron sitio a la ciudad cristiana de Constantinopla. Los registros indican que los cruzados hasta luchaban entre sí al combatir a los musulmanes. Pero un examen más minucioso de las Cruzadas muestra que la verdadera historia es más compleja que la percepción del público o lo que encontramos en los libros de historia. El hecho es que tanto los musulmanes como los cristianos cometieron carnicerías considerables y que las guerras internas y las luchas políticas a menudo dividieron a ambos lados.
Los musulmanes podían ser --y lo fueron frecuentemente-- bárbaros en su trato de cristianos y judíos. Un ejemplo es cómo trataron los turcos a los prisioneros alemanes y franceses capturados a principios de la primera cruzada, antes del saqueo de Jerusalén. Quienes renunciaban a Cristo y se convertían al islamismo fueron enviados al este; el resto fue asesinado. Aun Saladino, el reconquistador de Jerusalén, no siempre fue misericordioso. Luego de derrotar a un gran ejército latino, el 3 de julio de 1187, ordenó la ejecución masiva de todos los hospitalarios y templarios que quedaron vivos, y decapitó personalmente al noble Reinaldo de Chatillon. El secretario de Saladino notó lo siguiente:
"Ordenó que fueran decapitados, prefiriendo tenerlo muertos antes que presos. Con él había toda una banda de eruditos y sufíes . . . [y] cada uno rogó que le permitieran matar a uno de ellos, sacó su espada y se arremangó las mangas. Saladino, con su rostro gozoso, estaba sentado en su estrado; los incrédulos demostraban una aciaga desesperación".{5}
En realidad, Saladino había planeado masacrar a todos los cristianos de Jerusalén luego de recuperarlo de los cruzados, pero cuando el comandante de la guarnición de Jerusalén amenazó destruir la ciudad y matar a todos los musulmanes dentro de sus muros, Saladino les permitió comprar su libertad o ser vendidos como esclavos en cambio.{6}
La traición mostrada por los cruzados contra otros cristianos es un reflejo de ese tiempo. En el punto más alto del espíritu cruzado en Europa, Federico Barbarroja reunió una gran fuerza de alemanes para lo que hoy se conoce como la tercera cruzada. Para facilitar su camino, negoció tratados de salvoconducto a través de Europa y Anatolia, aun consiguiendo permiso de los turcos musulmanes para pasar sin estorbos. Por otra parte, el emperador cristiano de Bizancio, Isaac II, acordó secretamente con Saladino hostigar a los cruzados de Federico a lo largo de su territorio. Cuando se lo consideraba útil, tanto los musulmanes como los cristianos hacían pactos con cualquiera que podría ayudar a su propia causa. En un momento, el sultán de Egipto ofreció ayuda a los cruzados en su lucha con los turcos musulmanes, y los turcos no fueron a rescatar a los musulmanes fatimitas chiitas, que controlaban Palestina.
La traición y la pecaminosidad humana fueron evidentes a ambos lados del conflicto.
Los resultados
El 29 de mayo de 1453, la ciudad de Constantinopla cayó ante el sultán otomano Mehmed II. Con esto, el Imperio Romano, de 2206 años de antigüedad, llegó a su fin, y la mayor iglesia cristiana del mundo, Hagia Sophia, fue convertida en una mezquita. Algunos sostienen que este desastre fue el resultado directo de los esfuerzos mal orientados de los cruzados, y que todo lo positivo que podrían haber logrado fue fugaz.
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