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Legado Cultural Del Museo De Penonomé

carmenmariamary21 de Abril de 2013

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CAPITULO I.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL MUSEO DE PENONOMÉ

1.1 Definición de Museo

Al pensar en un museo imaginamos un lugar en el cual se guardan “cosas viejas”, pero esa idea va cambiando cuando entramos en él y encontramos un mundo maravilloso, descubriendo que realmente un museo es una entidad que tiene una función dual: afianzar la identidad cultural y ser instrumento de educación formal y no formal de la comunidad y la nación en la cual se encuentra inmerso.

Sin embrago, investigando este concepto descubrimos que el ICOM (Internacional Council of Museums), define el término de museo como “una institución permanente, no lucrativa, al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierto al público; que adquiere, conserva, investiga, comunica y principalmente exhibe los testimonios materiales del hombre y su medio ambiente, con propósito de estudio, educación y deleite”. En conclusión podemos decir que el museo más que una institución es un ente activo de información que refleja la sociedad a la cual se pertenece.

1.2. Compendio de la Historia de Penonomé

Todo proyecto esta estructurado sobre bases sólidas que permiten que este rinda todos los objetivos esperados en beneficio de todos; es por eso que para entender el verdadero origen del Museo de Penonomé hay que conocer la historia que envolvió este pueblo de gente noble, será el eslabón principal para dar inicio a este trabajo que es testigo fiel del origen y de las características de su gente.

Penonomé, al igual que la antigua región coclesana que hoy preside, le ofrece al Istmo de Panamá una pléyade excepcional de hijos ilustres que han contribuido decisivamente a la formación de nuestra personalidad nacional y de brindarle al País el ejemplo de una sociedad culta que se define por su sentido de la caballerosidad, su religiosidad y su profunda honestidad.

La permanencia de esos valores, legados apreciables de Penonomé, se deben proteger con esmero y fortalecerla para beneficio de las generaciones actuales y futuras de panameños que tienen, en el conocimiento de la historia patria, una fuente inagotable de enseñanza e inspiración.

Penonomé posee una característica fundamental que se ha venido reproduciendo desde hace 426 años donde se originó este pueblo. La fundación de Penonomé se establece en una carta del Oidor Diego López de Villanueva y Zapata, fiscal de Panamá, mandada el 30 de abril de 1581 a la Católica Real Majestad (ref. prof. Olmedo Domingo).

El Oidor, era el personaje español que era enviado al istmo a resolver los diferentes problemas surgidos entre las colonias indígenas, entre los españoles y los colonizados y hasta los problemas surgidos entre ellos mismos (españoles)

Este vino a Penonomé para resolver la discordia que existía entre los habitantes de Natá y los de Olá.

Es importante señalar que antes que el Oidor enviara el acta de fundación de Penonomé se había instituido Natá en el año 1422 y Olá en 1554, existiendo así una sola colonia Natá y Olá , pero por haber disputa entre sus habitantes , el Oidor Diego López de Villanueva y Zapata, dispuso dividir esta comarca y por tanto nació Penonomé en el año 1581 como una “encomienda de indios” Sin embargo, cabe preguntarnos ¿de que forma se valió el Oidor para fundar este pueblo?

Tomando los hechos históricos, podemos ver que Diego López de Villanueva y Zapata reúne a todos los indios cristianizados y los congrega en un lugar donde termina la llanura y comienza la selva, punto necesario e importante por que al llegar los conquistadores a estas tierras en 1502 se encontraron que algunos de estos indios vivían cerca del río “Río Grande” otros habían huido a las montañas ante la presencia de los invasores por temor; en donde el Oidor tubo el propósito de trasladarlos a las llanuras, lugar donde actualmente se encuentra este pueblo de Penonomé.

Los indios de esta Región tenían una característica que los distinguía de los demás y es la de ser el grupo indígena más culto de Panamá y es precisamente de esta característica donde nace el amor a la cultura que prevalece en este pueblo y es precisamente de este sentimiento de amor a la cultura y a su identidad es donde comienza el verdadero origen del Museo de Penonomé.

Penonomé fue seleccionada como capital provincial del Istmo colonizado de Panamá, trayendo como consecuencia que se exaltara los valores culturales, virtudes que la gente acudía a su capital.

Este pueblo inicia su evolución demográfica, económica, institucional y social, durante gran parte de la época colonial. Su crecimiento demográfico contribuye a su hegemonía istmeña con los siguientes datos: Penonomé se fundó en 1581 con 370 indios cristianizados; en 1691 la parroquia pasa de 1000 habitantes; en 1707 se han agregado 40 forasteros casados con indias, formando una población de 1340 personas, en 1736 se llega a una población 1600 habitantes, en 1741 tenemos 2632 almas, de las cuales 1824 eran indígenas y 808 de otro origen; en 1790 hay 5335 personas y cerca de 7000 en 1808, en 1896 la población llega a 15,200 habitantes (Olmedo Domingo. Penonomé Profundo. pág. 40).

Retomando el hecho que Penonomé la caracterizaba dos conceptos fundamentales que son: Cultura y Libertad, podemos observar que uno de los grandes titanes del libertador Simón Bolívar, fue el penonomeño José Antonio Miró Rubini, quien participó en las batallas de Junín en 1824 y Ayacucho en diciembre del mismo año, motivo por el cual fue condecorado con la medalla de oro por ese encuentro bélico. A este tenor tenemos la actitud y el gran sentimiento de libertad de Victoriano Lorenzo, que es fundamental para dar sentido a ese concepto (libertad) y luego a través de la historia José Ezequiel Meneses, quien fue ultimado en los acontecimientos ocurridos el 9 de enero de 1964.

Los historiadores penonomeños han manifestado que ese deseo de cultura produjo en Penonomé el fenómeno del autodidactismo, que consiste en una metodología de aprendizaje personal que utilizaron las mentes brillantes e inteligentes de ese comprometido tiempo. Ellos respondieron a todas las exigencias del pueblo que requería al inicio de la República, usando sus bibliotecas personales como si fueran aulas universitarias, es decir que se convirtieron en la luz que alumbraron y guiaban las necesidades culturales de este pueblo; entre ellos podemos citar a Don Héctor Conté Bermúdez , fundador de la Academia Panameña de la Historia, miembro de la Academia Panameña de la Lengua, diputado de la Asamblea Nacional, abogado, educador, escritor literario e investigador histórico, conductor de jerarquía en la vida del Penonomé de ese entonces (Olmedo Domingo. Penonomé Profundo pág. 53); Don Rubén Darío Carles Oberto, educador, Ministro de Educación, embajador en Argentina, historiador copioso, miembro de la Academia Panameña de la Historia, gobernador de Coclé.

Don Agustín Jaén Arosemena, abogado, magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Penonomé, miembro de la Academia panameña de Historia, agente del Banco Nacional de Penonomé y autor de innumerables monografías sobre la historia regional de Coclé; Don Aquilino Tejeira P., medico empírico, consultor constante con facultativos de medicina en Panamá y de Francia; se distinguió por su nobleza y humanitarismo, por ello, para realizar el bien, no distinguía a nadie y siempre estaba presente en cualquier momento sin que nada se lo impidiera, por ese gran espíritu de nobleza , de sacrificio y entrega al servicio de los demás; las autoridades y el Pueblo lo distinguieron dándole su nombre al hospital de dicha ciudad; y el muy conocido Don Gil Blas Tejeira, quien por sus escritos y sabiduría pudo ser director de la escuela de periodismo de la Universidad de Panamá, quedando así demostrado que en Penonomé existía un marcado amor por la educación y la cultura.

Para entender claramente el origen de su museo y el hecho que un pueblo no avanza sin educación, podemos señalar en forma evolutiva la aparición de jeroglíficos lapidados de los indios de épocas muy remotas, la creación de las escuelas de primeras letras por los curas doctrineros en 1643; las clases a domicilios, privadas por preceptores a fines del siglo XVIII.

Los pasos verdaderos de la educación popular publica y privada en el istmo partieron en Penonomé con la escuelita alternada de Coclé y la de San Miguel en 1844, se logró en Penonomé la apertura de una escuela primaria pública para varones financiada por el cabildo, surgiendo así una manifestación de educación productiva la escuela dominical de sombrería (Olmedo Domingo. Penonomé Profundo pág. 37)

Al surgir esta educación fundamental, trae consigo que en el siglo XIX aparece la escuela privada de Doña María de la Concepción Herrera, que en sus planes educativos contaban con mayor disciplina educativa.

Además surgen figuras en esta rama de la educación como lo es el Dr. Nicanor Rosas Herrera

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