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Literatura Renacentista - Literatura Barroca


Enviado por   •  30 de Agosto de 2011  •  2.605 Palabras (11 Páginas)  •  1.091 Visitas

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LITERATURA RENACENTISTA

Ante las nuevas condiciones políticas, sociales y económicas que se desarrollaron en los siglos XV y XVI, surgirán también nuevos ideales y preocupaciones literarias, constituyendo una coyuntura propicia para la aparición de nuevos géneros, de nuevas formas literarias, de nuevas tendencias poéticas, potenciadas y divulgadas gracias a un vehículo tan poderoso como la imprenta. Esos nuevos ideales expresaban los cambios de un mundo optimista, seguro de sí mismo.

Si ha de establecerse una cronología, es decir, unos preliminares del Renacimiento literario, podríamos afirmar que este proceso se gestó en Italia en torno al siglo XIV, mucho antes que en el resto del Continente europeo. Y en esos preliminares cabe situar a los precursores de los escritores de la plenitud renacentista del siglo XVI, esto es, Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio.

Dante Alighieri (1265-1321) empezó por ser el poeta más representativo del "dolce stil nuovo", denominación creada por él mismo para definir una corriente lírica que agrupaba a otros poetas de la segunda mitad del siglo XIII (G. Guinizzelli y G. Cavalcanti) y a él mismo y que se caracterizaba por la dulzura del fraseo y de la expresión y por una apuesta por el enriquecimiento técnico y temático. Igualmente, aunque heredado de los trovadores medievales, el amor es lo nuevo. Para Dante, el amor es nuevo en cuanto renovador, como introductor de una vida nueva. Y además lo es como símbolo y distintivo de la nueva clase social dominante, que manifiesta su nobleza no en su sangre sino en su manera de amar. Al mismo tiempo, el amor es percibido por los poetas del "dolce stil nuovo" y por Dante en su "Vita Nuova" como representación de lo divino, de lo más alto, como encarnación de todo lo ideal y espiritual, por encima del mundo de los amores humanos. La "donna", la mujer amada, Beatrice, aparece entre la gente rodeada de alabanzas, celestialmente pura y bienaventurada, en una esfera de trascendencia tal que cumple una función de centro de cielo equiparable a los ángeles.

La vida literaria de Dante no termina en la lírica, se extiende también por temáticas e intenciones radicalmente distintas. A la dolorosa conciencia del desorden y de la injusticia tomada durante su exilio político obedece la redacción del "Convivio" (1304-1307), escrito en italiano, como protesta contra el materialismo y la corrupción del poder pontificio y, en el plano personal, como fruto de su inquietud ética, como exposición de sus propias ideas. Su tratado "De Monarchia", de clara oposición a los poderes temporales del Papado y proclive a la superioridad del Imperio sobre aquél, profundiza en un problema teórico, la secularización de la vida política, que no se resolvería tan tempranamente, aunque terminaría por constituir una de las grandes controversias de los comienzos de la Modernidad. Antes del destierro parece que Dante comenzó la "Divina Comedia", un enorme poema teológico, de presupuestos bíblicos, que incorpora en su desarrollo y en sus protagonistas a la Antigüedad clásica. Precisamente esto hizo de él, como ya ocurriera con Giotto o con Brunelleschi, un auténtico rescatador de esa época olvidada, el motor de arranque del Renacimiento. El tema de la obra es un recorrido del poeta por el Infierno, el Paraíso y el Purgatorio en torno narrativo, persuasivo y doctrinario; sin embargo, fue su carácter y su simbolismo alegórico como movimiento poético lo que determinó en gran medida toda la literatura posterior del Renacimiento.

El siglo XIV contempló la consolidación y la maduración de la literatura italiana prerrenacentista, estableciéndose las bases de desarrollo de una verdadera literatura nacional. A partir de ese momento, dentro de la literatura la primacía le corresponderá a la filología, al amor al texto y a la letra, a la afición a los libros. Eso constituirá, más tarde, un elemento caracterizador del Humanismo del que Francesco Petrarca (1304-1374) ha sido considerado fundador. Hijo de notario güelfo exiliado de Florencia, empezó su vida intelectual al servicio del cardenal Colonna, después de haber cursado estudios jurídicos en Montpellier y Bolonia, desempeñando ocasionalmente algunas misiones diplomáticas. Pero como tarea primordial Petrarca se propuso el estudio filológico y literario de la Antigüedad clásica. Sabemos que en 1325 obtuvo cuatro grandes manuscritos: los poemas de Virgilio, las "Etimologías" de san Isidoro, la "Ciudad de Dios" de san Agustín y las "Epístolas" de san Pablo. Y por esas fechas reconstruyó la versión auténtica e hizo una edición crítica de "Ab urbe condita" de Tito Livio, basándose en diversos códices. Asimila el clasicismo con tal perfección que incluso llega a superar a muchos de sus continuadores directos, comprendiendo el mundo antiguo no a la manera medieval, considerándolo como mera fuente a la que hay que acudir para aspectos determinados de la producción literaria, sino restaurándolo, como transmisor al presente de los eternos valores del pasado clásico.

En su diálogo "De secreto conflictu curarum mearum" conversa con san Agustín, su figura predilecta, el último escritor del Imperio romano. A través del diálogo Petrarca reconoce su hastío general, pues le disgusta su época y habría sido su deseo haber nacido en otro tiempo, en la Antigüedad, pues le molestan los bárbaros modernos, sus contemporáneos. Por lo demás, durante el diálogo, san Agustín le reprocha al humanista su amor a la belleza y a la gloria, su afán clásico de ganar la inmortalidad por la fama poética y su enamoramiento de la "donna" (Laura) de sus rimas, por más que Petrarca declarase en su "Canzoniere" que lo que pretendía escribiendo no era adquirir fama, sino desahogar el corazón. Pero Petrarca acepta la vida tal como es, como conflicto, como imperfección, al mismo tiempo que conserva su "docta religio", es decir, su idea de que la piedad devota de un hombre de letras será siempre superior a la de un ignorante, lo que moralmente le consuela.

Con todo, la obra que hace de Petrarca el punto de arranque de la poesía europea desde el siglo XVI es su "Canzoniere". En ella está el canon poético renacentista. El cancionero petrarquesco fue compuesto a partir de 1330 y hasta la muerte del poeta y consta de más de 300 composiciones, la mayoría de las cuales tienen como tema su amor por Laura. Aunque la relación con los poetas del "dolce stil nuovo" y con Dante es obvia, Laura ya no es la donna angelical, sino una mujer, poco idealizada, y Petrarca no es otro que un hombre enamorado y desesperanzado por la

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