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Los Dioses Del Olimpo


Enviado por   •  9 de Marzo de 2015  •  2.385 Palabras (10 Páginas)  •  360 Visitas

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Los Dioses del Olimpo

Los dioses y diosas del Olimpo fueron doce en total, pero además existía una amplia corte con variedad de dioses menores, y de semidioses, hijos nacidos de la unión entre los dioses y los humanos. Es curioso que los apóstoles de Jesús, los padres del Cristianismo, también fueran doce. Es bien sabido que existen muchas y bien meditadas coincidencias, entre las mitologías de uno u otro signo. También son doce los meses del año. Y son doce los miembros de un jurado, esos hombres y mujeres que deciden la suerte de muchos culpables e inocentes, ante el juez. El doce y la docena siempre han sido la cantidad de muchas cosas sobre nuestro planeta.

Los dioses saciaban su sed con néctar, una bebida dulce hecha con miel fermentada, y comían ambrosía, una mezcla cruda de agua, miel, aceite de oliva, queso y cebada (pruébalo y subirás a los cielos). La ternera y el cordero eran, también, sus alimentos favoritos. Los mortales solo debían comer esas carnes después de ofrecerlas a los dioses en sacrificio.

Los doce dioses principales vivían en un gigantesco palacio situado en Monte Olimpo de Grecia. El palacio fue construido por los cíclopes, enormes seres dotados de fuerza enorme y con un solo ojo. Ignoramos como pudieron realizar tan magna obra con su sentido de la perspectiva.

El rey era Zeus (Júpiter para los romanos). Su trono se hallaba situado en la gran sala del Consejo. Era de mármol negro pulido con incrustaciones de oro. Siete escalones llegaban hasta el gran asiento, cada uno era de un color del Arco Iris. Sobre uno de los brazos del trono, se posaba un águila de oro con un rubí en cada ojo. Con una de sus garras apresaba los mortíferos rayos de Zeus, regalo de los cíclopes, sus aliados, en la guerra contra Cronos y los suyos, durante la conquista del Olimpo (ver Creación).

La reina Hera (Juno), eternamente joven y hermosa, se sentaba en un trono de marfil. Hera accedió a casarse con Zeus, tras un largo cortejo que duró 300 años (2). Su símbolo era una vaca.

Los dos tronos presidían la gran mesa del Consejo. En el lado de Hera, se sentaban cinco diosas y los cinco dioses lo hacían en el de Zeus. Poseidón, dios de las aguas, se sentaba en el segundo trono de mayor tamaño que estaba decorado con animales del mar. Poseidón (Neptuno) era hermano de Zeus y le había prestado gran ayuda en la guerra contra su padre, Cronos. Con su tridente podía hundir grandes barcos, por eso Zeus jamás navegaba, pues sabía bien de la envidia que despertaba en su hermano. Cuando Poseidón se enojaba se sumergía en el mar y recluyéndose en su palacio de las profundidades. Como símbolo había elegido un caballo; todavía, las grandes olas son llamadas "caballos blancos". De Poseidón dependían los dioses los ríos, las Náyades que estaban a cargo de las fuentes y manantiales, las Nereidas y las Sirenas.

Enfrente de Poseidón, se sentaba Demeter, diosa casada con Hades, rey de los infiernos. Demeter, diosa de la agricultura, había sido una joven alegre y alocada y nadie sabía si la hija que tuvo, Perséfone, era hija de Hades. Su símbolo era la amapola roja. Junto a Poseidón, se sentaba Efesto, hijo de Zeus y de Hera, y era el dios de los oficios. Su trono era giratorio y articulado. Efesto padecía una pronunciada cojera, debido a que su padre le arrojó al nacer desde los altos muros del Olimpo, pues le pareció un ser débil indigno de ser un dios. Su símbolo era una codorniz, ave que, en primavera, baila a la pata coja.

Frente a Efesto, se sentaba Atenea, la diosa de la sabiduría. Se desconocía quién fueron sus padres. Poseidón decía que era hija suya y de una diosa africana llamada Libia. Zeus decía que Atenea salió de su cabeza un día que estaba aquejado de una fuerte jaqueca y Efesto se la partió, amablemente, con un hacha, para aliviarle el dolor. Al lado de Atenea, se sentaba Afrodita (Venus) diosa del amor y la belleza, también de padres desconocidos. Se decía que surgió de la espuma del mar ocasionada por el impacto de los testículos de Urano (dios de los cielos) cercenados y arrojados al mar por su vengativo hijo Cronos que contó, para la hazaña, con el apoyo de su madre Gea (diosa Tierra). Urano fue siempre un mal padre y un mal marido. Urano y Gea eran los abuelos de Zeus y, como tales, dioses muy antiguos que no participaban en el Consejo (principios de Eutanasia Laboral, ley de vida). Atenea fue trasladada hasta la isla de Citera sobre una concha, empujada por Eolo, dios de los vientos. Llevaba consigo un ceñidor mágico cuando quería que alguien la amara o la deseara con locura. Zeus la casó con el feo y tullido Efesto. Ella siempre se sintió desgraciada por esa unión, aunque supo consolarse con innumerables aventuras amorosas. Nadaba con frecuencia en las aguas de Chipre. Su símbolo era una paloma.

Enfrente de Afrodita, se sentaba el violento y cruel dios Ares (Marte), hijo de Zeus y hermano de Efesto, era el dios de la guerra. Coqueteaba continuamente con Afrodita, para desesperación de Efesto. El trono de Ares era de bronce tapizado con piel humana y decorado con calaveras en relieve. Junto a Ares, se sentaba Apolo, dios de la música, de la medicina, del tiro con arco y de los hombres jóvenes y solteros. Era hijo de Zeus y de Leto, una diosa menor. Su trono, de oro pulido, tenía el respaldo en forma de lira. Su símbolo era un ratón, pues los ratones conocían los secretos de la tierra y se los transmitían a él. Tenía una hermosa casa en Delfos, sobre el monte Parnaso, donde reunía a todo tipo de artistas.

Artemisa (Diana), diosa de la caza y de las chicas solteras, se sentaba enfrente de Apolo. Odiaba la idea del matrimonio, aunque gustaba de cuidar a las madres cuando daban a luz un bebé. Le gustaba nadar desnuda a la luz de la luna y sin algún mortal caía en la tentación de observarla, le convertía en ciervo y lo cazaba después. Su símbolo era el oso.

El último asiento del lado de los dioses correspondía a Hermes, hijo de Zeus y de Maya, otra diosa menor que dio el nombre al mes de Mayo. Hermes era el dios de los banqueros, los comerciantes, los ladrones, los adivinos y los heraldos o mensajeros. Su símbolo era la grulla. Una rama de avellano de la que colgaban unas cintas que la gente confundía con serpientes, era el distintivo de mensajero de los dioses cuando cumplía una misión. (Moisés, mensajero del Dios del Antiguo Testamento, también portaba una rama que se convertía una serpiente al arrojarla al suelo o en la que se enroscaba el mítico y odiado reptil).

Hestia, diosa del hogar, ocupaba el último asiento del lado de las diosas. Era la más pacífica de los doce dioses del Olimpo. Pero Zeus incorporó al Consejo

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