Los factores que motivaron el surgimiento y el desarrollo de la época del barroco
cultsTrabajo25 de Septiembre de 2014
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BARROCO
El Siglo de Oro fue una época de auge cultural y en el que se dieron varias corrientes. Una de las más importantes fue la del Barroco que abarcó todas las manifestaciones artísticas desde los inicios del 1600, extendiéndose a lo largo de aproximadamente 150 años. El nombre con el que se bautizó esta corriente cultural fue dado tiempo después por críticos del arte, quienes tomaron la traducción francesa de la palabra de proveniencia portuguesa, joya falsa o perla la cual se utilizó con posterioridad para describir aquellos objetos de exagerada ostentación o de mal gusto.
El "Barroco" nació en Roma en el siglo XVII al XVIII, pero fue en Italia donde se desarrolló hacia el año de 1630 y en los cuarenta años siguientes. A partir de ese momento se difundió por todas las naciones de Europa especialmente en España y Francia. En este período de revolución artística, los campos del arte que más sobresalieron fueron: la escultura, música, literatura, arte y la más importante arquitectura. Esta última es la mayor representante de esta época, debido a que los arquitectos despertaron en ellos un deseo de perfección y mejoría, ya no se conformaban con lo simple o clásico si no que ellos buscaban lo nuevo y detallado. Por lo que, la mayoría de los países europeos y americanos adoptaron su estilo. (No olvidemos que en aquella época América se encontraba recientemente colonizada por los españoles, portugueses e ingleses.)
Hubo varios factores que impulsaron el inicio y desarrollo de esta época, pero si dunda el más importante fue la iglesia católica. (El Vaticano) Ya que la iglesia se encontraba bajo duras críticas por parte de la sociedad y diversos sectores que cuestionaban sus actos de corrupción, la reforma protestante estaba haciéndose sentir, cuestionando a la iglesia católica con la existencia de la virginidad de María y la autoridad del Papa y otros factores que debilitaban profundamente el poder del clero. Por lo que la iglesia decide reinventarse y apoya al movimiento del Barroco comenzando una campaña de proclamación del amor de Dios por medio del arte. El arte barroco jugó un papel importante en los conflictos religiosos de este periodo. La tendencia protestante de construir los edificios, imágenes y pinturas para el culto de una manera sobria y sin decoración, fue cancelada por la iglesia católica que usó para sus fines de conveniencia, la grandiosidad y la complejidad del arte barroco. El papado reaccionó contra la división que provocó la reforma iniciada por Lutero generando el movimiento que se conoció como la Contrarreforma. La arquitectura, la escultura y la pintura fueron utilizadas para el prestigio de la autoridad papal e ilustrar las verdades de la fe. En este sentido se puede afirmar que el barroco es la expresión estética de
La Contrarreforma. Es por eso que la iglesia, junto con algunas grandes familias promueve y engrandecen la fe e imágenes católicas en Italia y las llegan a difundir a gran parte de Europa como España y Francia. De esta manera la iglesia recupera el poder y autoridad que había estado en duda y había sido cuestionado.
CARACTERISTICAS.
Entre las características generales del arte barroco están su sentido del movimiento, la energía y la tensión. El uso de fuertes contrastes de luces y sombras que realzan los efectos escenográficos de muchos cuadros, esculturas y obras arquitectónicas. Una intensa espiritualidad aparece con frecuencia en las escenas de mayor importancia, imágenes de martirios y apariciones milagrosas. La observación de enormes espacios es frecuente en la pintura y escultura barrocas, ya que los pintores pretendieron siempre en sus obras la representación correcta del espacio y la perspectiva de quien lo veía.
El naturalismo es otra característica esencial del arte barroco; las figuras no se representan en los cuadros como simples estereotipos sino de manera individualizada, con su personalidad propia. Los artistas buscaban la representación de los sentimientos interiores, las pasiones y los temperamentos, magníficamente reflejados en los rostros de sus personajes.
*Arquitectura:
Los dos tipos de obra arquitectónica que el barroco desarrolla son la Iglesia y el Palacio. La iglesia, como típico estilo tiene dos robustas torres laterales que enmarcan la gran linterna con su cúpula. El palacio, que toma por modelo el de Versalles, consiste en una larga edificación de varias plantas, cuyo cuerpo central contiene la mayor densidad de elementos decorativos y forma un frontis de gran valor artístico. Elementos esenciales del palacio barroco son las galerías, que son salones largos, abovedados y con ventanales, y la escalera "a la imperial".
*Pintura:
En este arte hay una marcada preferencia por el naturalismo, el dinamismo y los efectos ópticos, aparecen composiciones de naturaleza muerta, bodegones, animales, vida de santos y de Cristo, enmarcándose dentro de esquemas asimétricos. Las representaciones de personas o de gente del pueblo aparecen con sus vestimentas normales, pero en los retratos de clase social alta, son más adornadas las vestimentas, sin embargo, lo que más caracteriza a la pintura barroca es el manejo de las luces y sombras, la intensidad dramática y el empleo del color.
*Escultura:
La escultura barroca muestra las siguientes características:
Movimiento: las figuras se representan en alguna acción violenta y en actitudes de esfuerzo y tensión. Las ropas participan también de esta agitación y se arrugan en pliegues que revolotean como sacudidos por el viento.
Patetismo: gusta de la expresión de estados anímicos emotivos tales como: éxtasis, miedo, ansiedad, etc., que los rostros expresa más facilidad.
Claroscuro: se buscan efectos propios de la pintura, de manera que los cuerpos se perciben como envueltos en una atmósfera luminosa.
Teatralidad: existe una atracción a lo exagerado y a las actitudes elocuentes que hacen de ella una representación dramática.
Contexto Histórico del Barroco
El siglo XVII fue para España un período de grave crisis política, militar, económica y social que terminó por convertir el Imperio Español en una potencia de segundo rango dentro de Europa. Los llamados austrias menores Felipe III, Felipe IV y Carlos II (Gobernadores) dejaron el gobierno de la nación en manos de ministros de confianza o aceptados entre los que destacaron el duque de Lerma y el conde-duque de Olivares. En política exterior, el duque de Lerma, adoptó una política pacifista y logró acabar con todos los conflictos heredados del reinado de Felipe II. Por el contrario, el conde-duque de Olivares, involucro de lleno a España en la guerra de los Treinta Años, en la que España sufrió graves derrotas militares.
Durante la segunda mitad del siglo, Francia aprovechó la debilidad militar española y ejerció una continua presión y se extendió sobre los territorios europeos regidos por Carlos II. Como consecuencia de esta presión, la Corona española perdió buena parte de sus posesiones en Europa, de modo que a principios del siglo XVIII el Imperio español en Europa estaba totalmente liquidado.
En política interior, la crisis no fue menos importante. El duque de Lerma procedió a la expulsión de los musulmanes en 1609, con lo que se arruinaron las tierras de regadío del litoral levantino, y permitió la generalización de la corrupción administrativa. Posteriormente, la política centralista del conde-duque de Olivares provocó numerosas rebeliones en Cataluña, Portugal, Andalucia, Nápoles y Sicilia. La rebelión catalana fue sofocada el año 1652, mientras que la sublevación portuguesa desembocó en la independencia de ese país (1668).
Economía
Los últimos años del siglo XVI fueron el momento en el que llegaron a España más cantidad de metales preciosos, procedentes de América, pero también el inicio de una rápida disminución de esa afluencia de oro y plata, que en unos 50 años desapareció casi por completo. Europa se había acostumbrado a una abundancia de monedas de alto valor intrínseco (monedas de oro y plata) y la casi repentina decadencia de la producción de las minas americanas, hizo precisa una reorientación de la economía que no todos los países llevaron o pudieron llevar a cabo.
La llegada de grandes cantidades de dinero había significado, en España, una fuerte subida de los salarios, que trajo consigo que los precios de los productos españoles fueran más altos que los del resto de Europa; eso significó que, a comienzos del siglo XVII la producción industrial española estuviera en franca decadencia por no ser competitiva frente a la extranjera, de manera que en unos pocos años la economía del país se vio privada del oro y la plata americanos y sin una estructura industrial que permitiera obtener ingresos por otro camino. Mientras tanto, y ante la imposibilidad de mantener los ventajosos intercambios con América, los demás países europeos comenzaron a poner en práctica las teorías mercantilistas con la intención de no permitir la salida de metales nobles de sus fronteras. La práctica mercantilista pronto se vio acompañada de medidas proteccionistas que impulsaban la salida de productos, con la consiguiente llegada de dinero, y dificultaban la entrada de producciones extranjeras, con lo que se evitaba la salida de dinero. En la mayor parte de los casos, esta política económica fue unida a un fuerte impulso de las producciones industriales que, en definitiva, eran las que podían permitir una balanza comercial (cómputo de las exportaciones y las importaciones) positiva.
Francia fue el país que más intensamente
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