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Los mancebos de la tierra en la 2da fundación de Buenos Aires.


Enviado por   •  8 de Enero de 2017  •  Ensayos  •  533 Palabras (3 Páginas)  •  351 Visitas

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LOS MANCEBOS DE LA TIERRA EN LA 2DA FUNDACIÓN DE BUENOS AIRES

Por Lic. en Historia Claudia Ferreira

De las paradisíacas tierras del Paraguay, bajaron en gran número, llevando la impetuosidad en la sangre. De los ojos escondidos del yacaré en el agua y el siseo de la yarará en la tierra selvática pasaron a una inmensidad de pastos de la llanura. Aunaban el deseo de fama y fortuna, que heredaron de sus padres, con la capacidad de adaptación a la tierra y el espíritu guerrero de la sangre materna. Diestros en el garrote, ante la ausencia de espadas, y grandes arcabuceros, eran éstos hombres: “lindos jinetes de ambas sillas”.

Cuando Juan de Garay llega a tierras asunceñas con el mandato de formar las huestes que irán a la fundación del Río de la Plata, se encuentra una ciudad con una fisonomía plenamente americana. No quedaban casi ya rostros exclusivamente españoles. Estos criollos, que llevaban los ojos rasgados de sus madres y las ropas de sus padres habían dejado atrás, en muy pocos años, las acusaciones de corrupción contra el Gobernador Irala por favorecer la vida pecaminosa de los conquistadores.

La segunda fundación de Buenos Aires, el 11 de junio de 1580 fue una empresa realizada desde Asunción y formada en su mayoría por los “mancebos de la tierra”. Aquellos hijos de los conquistadores habidos con la gran cantidad de indias recibidas como prenda de paz. Establecieron a través de estas mujeres, desvergonzados lazos de parentesco con los guaraníes, para gran escándalo de la corte en España, proceso que fue conocido con el nombre de “cuñadazgo”.

La primera fundación de Buenos Aires, en 1536, había quedado marcada por su trágico final merced a los querandíes, que no daban tregua, y a la falta de alimentos. La que habría sido no más que un campamento militar, se hundió en la desesperación por el hambre que arrastró a la antropofagia a sus habitantes. Cuando los conquistadores huyeron hacia el norte y se encontraron con los guaraníes, acostumbrados a esta práctica, no fueron capaces de reprimir esta costumbre que, tal como imaginaron, sortearon a través de sus hijos.

El despoblamiento completo, realizado hacia 1541 por el Gobernador Irala, había dejado en el emplazamiento del malogrado fuerte, una serie de relaciones para quienes hallaran el lugar, con grandes promesas en Asunción: una tierra regalada en mujeres, ante la falta de riquezas; y cantidad de yeguas y caballos que, liberados, dieron origen al ganado cimarrón. Ganado que, sumado a la asignación de tierras fueron prometidos a quienes estuvieran dispuestos a la aventura de una fundación más hacia el norte.

En la fundación de lo que será Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires, convergieron voluntades españolas en el trazado de la ciudad y en su ordenamiento, pero el empuje, el trabajo y el poblamiento correrán a cargo de los numerosos hijos ilegítimos de Asunción. Temerarios, rebeldes y orgullosos de su sangre, serán ellos los encargados de dar la impronta de la ilegitimidad a las primeras familias avecindadas de Buenos Aires.

BIBLIOGRAFÍA

CARDOZO, Efraím; Paraguay de la Conquista. Asunción. El Lector. 1989.

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