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Los valores de los jaliscienses


Enviado por   •  21 de Junio de 2021  •  Documentos de Investigación  •  2.594 Palabras (11 Páginas)  •  90 Visitas

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la política es importante/muy importante para apenas un poco menos de la tercera parte de la población (31.6 por ciento). De estos, quienes la consideran «Muy importante» suman un reducido 8 por ciento. El resto de los entrevistados (67 por ciento) la considera poco o nada

importante.        [pic 1]

Justo en el período en el que Jalisco vivió un proceso de transición a la democracia, y se consolidaron las instituciones electorales que regulan los procesos de constitución de la representación política y la conformación de gobiernos en sus tres poderes y en sus tres órdenes, lejos de mejorar la imagen de la política ante los ciudadanos, esta ha empeorado dramáticamente. Véase si no. El número de entrevistados que dicen tener «Mucho» interés en la política pasó de sumar 10.4 por ciento en 2005 y 12.6 por ciento en 2012 a sumar apenas 8.8 por ciento en 2017; es decir, menos de la décima parte de los entrevistados (cuadro 6.1). Es de subrayarse este descenso aún cuando no es tan cuantioso, por la simple razón de que estando ya en un nivel muy bajo, el interés pueda debilitarse todavía más, como es efectivamente el caso. Hay que agregar el importante y creciente proceso de desafiliación política que caracteriza a los jaliscienses en los últimos quince años.

2da diapositiva

El partido más perjudicado por este proceso de «desafiliación» es el Partido de la Revolución Democrática (prd). Siendo ya un partido débil en este plano en Jalisco (pero posicionado entre las tres o cuatro fuerzas más importantes electoral y parlamentariamente), se derrumbó de contar con un rango de entre 13 y 15 por ciento de

«identificados» con sus siglas entre 1997 y 2012 al porcentaje mínimo de 1.7 por ciento en el año 2017, trayectoría que le augura un futuro catastrófico en la entidad. El segundo más perjudicado es el Partido Acción Nacional (pan), pues el porcentaje de quienes se identificaban con este partido tampoco ha dejado de disminuir. en el período: de 44.3 por ciento que lo hacía en 1997, baja a 38.1 por ciento en 2005, 36.9 por ciento en 2012 y, finalmente, hasta 28.4 por ciento en 2017. En este tiempo se perdió casi la mitad de electores identificados con el pan. El caso contrastante, como se puede observar, es el Partido Revolucionario Institucional (pri), que se ha beneficiado de un leve proceso inverso de «afiliación» a su favor. El número de los que se identifican con él aumentó de manera relativamente importante entre 1997 y 2005, luego de haber caído por debajo de las cifras correspondientes al pan. De 38.5 por ciento en 1997, subió su número de «identificados» a

46.7 por ciento en 2015, para disminuirlos en los años subsiguientes (44.8 en 2012, y 42.7 por ciento en 2017), pero ya no por debajo del año 1997. Estando todos los partidos en el amplio territorio de la «desafiliación», los priistas lograron conservar «membresía», por más precaria que ella estuviera llegando a ser. Ello explica por qué el pri recuperó la gubernatura

de Jalisco en el año 2012, junto con una leve mayoría parlamentaria. Pero también pronosticaba ya un probable realiniamiento electoral en que este partido político sería el dato menos relevante a la hora de definir el sentido del sufragio (salvo en sentido negativo, como finalmente ocurrió en las elecciones de 2018).

[pic 2]

3ra diapositiva “identidad política”

Lo que parece estar de manifiesto, entonces, es cierto nivel de desprecio por la política como ahora se practica en el estado, junto con un desprestigio contundente de la

«partidocracia», mientras que lo que mueve a los ciudadanos a no abandonar definitivamente el espacio político tendría mucho que ver con su identidad política, y más aún su identidad «democrática». Habría quizás, entonces, «desinterés» y desafiliación respecto de los que se juzgan aspectos negativos de la realidad política del estado, pero no

«desinvolucramiento» precisamente por el compromiso todavía fuerte con los aspectos y valores positivos del régimen democrático (Di Palma, 1970). Un aspecto importante de la identidad política tiene que ver con el auto-posicionamiento de las personas en el espectro político izquierda/derecha. Y aunque en el registro de tal posicionamiento no sabemos lo que entiende por «izquierda» o «derecha» cada entrevistado, de todos modos hay una noción genérica que, podemos asumir, es compartida aun con diversos grados de información entre todos ellos. La consistencia en el comportamiento de esta variable puede ser un indicador de que esta afirmación puede ser correcta, a grandes rasgos.

[pic 3]

En la gráfica se observa que la mayoría de los jaliscienses se posicionaban con cierta comodidad en la «derecha» del espectro político en 1997. Este era el caso del 32 por ciento (es decir, la tercera parte) de los entrevistados en ese año, cifra que duplicaba la correspondiente a los autoposicionados en la «izquierda» (14.3 por ciento) y superaba cómodamente a los posicionados en el «centro» (27.6 por ciento). En 2005 el autoposicionamiento en el «centro» del espectro político (con un 27.9 por ciento de menciones) desplaza a la «derecha» del primer sitio, que de todos. modos permanece cercana con 25.5 por ciento de las menciones (aunque la «derecha» pierde 6.5 puntos porcentuales). La «izquierda», con 13.2 por ciento, queda esta vez menos retirada de la derecha, pues de estar a una distancia de 17.7 puntos porcentuales en 1997, para el año 2005 queda a 12.3 puntos. Esa distancia se mantiene casi sin variación en 2012 (13.2 puntos porcentuales), como lo hacen los porcentajes obtenidos tanto por la «izquierda» como por la «derecha». Finalmente, en el año 2017 se reduce la brecha entre autoidentificados con la «derecha» y aquellos que lo hacen con la «izquierda»; quedan esta vez en solo 8.6 puntos porcentuales (9 puntos menos que en el año 1997). La evidencia sugiere que la democracia llega a Jalisco cuando la identidad política predominante es de

«derecha», lo que es congruente con la llegada del pan a la primera magistratura de Jalisco. diapositiva 4[pic 4]

El gran ganador no ha sido ciertamente la «izquierda», porque no han variado mucho sus porcentajes en todo el período. El autoposicionamiento en el «centro» del espectro político ha tenido, por el contrario, una evolución espectacular. De 27.6 por ciento en 1997 (y 27.9 en 2005), da un brinco hasta 41.2 por ciento en 2012, y hasta el 53.3 por ciento en 2017, por lo que la posición de «centro» pasa a ser aplastantemente mayoritaria. Es probable, o al menos no puede descartarse del todo, que este importante avance del «centro» político, la consistencia de la «iizquierda» y el descenso de la «derecha» estén vinculados con la desafiliación partidaria, y que ambas variables lo estén a su vez con el triunfo electoral de nuevas alineaciones políticas en el año 2018. En un sentido más amplio, esto muestra que entre los jaliscienses la polarización política ya no existe, o no al menos por razones

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