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Lucha De Clases

lovatico27 de Febrero de 2014

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1. LA LUCHA DE CLASES

En las anteriores épocas históricas encontramos casi por todas partes una completa división de la sociedad en diversos estamentos, una múltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos, y, además, en casi todas estas clases todavía encontramos gradaciones especiales.

La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.

Pero la industria, en su desarrollo, no sólo acrecienta el número de proletarios, sino que los concentra en masas considerables; su fuerza aumenta y adquieren mayor conciencia de una misma. Los intereses y las condiciones de existencia de los proletarios se igualan cada vez más a medida que la máquina va borrando las diferentes partes, a un nivel igualmente bajo. Como resultado de la creciente competencia de los burgueses entre sí y de las crisis comerciales que ella ocasiona, los salarios son cada vez más fluctuantes; el constante y acelerado perfeccionamiento de la máquina coloca al obrero en situación cada vez más precaria; las colisiones individuales entre el obrero y el burgués adquieren más y más carácter de colisiones entre dos clases

Las clases sociales para el marxismo están definidas por las relaciones de producción, es decir, por la forma en que los hombres producen mercancías. En el seno de las relaciones de producción, el papel que ocupa cada individuo está determinado por la división del trabajo, es decir, aquellos que desarrollan una misma actividad -y por tanto están sometidos a unas idénticas condiciones- conforman una clase social. Las clases sociales vienen determinadas por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Unos la producen y otros se apropian de una porción de la misma. De esa relación no cabe esperar sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y explotadores.

El trabajador se convierte en obrero cuando vende su fuerza de trabajo a otro llamado patrón, o capitalista, poseedor de los medios de producción y el capital necesario para que produzcan. Es decir, el desarrollo de la sociedad capitalista llevará a la creación de la clase obrera.

La industria moderna ha transformado el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica del capitalista industrial. Masas de obreros, hacinados en la fábrica, están organizadas en forma militar.

Pequeños industriales, pequeños comerciantes y rentistas, toda la escala inferior de las clases medias de otro tiempo, caen en las filas del proletariado; unos, porque sus pequeños capitales no les alcanzan para acometer empresas industriales y sucumben en la competencia con los capitalistas más fuertes; otros, porque su habilidad profesional se ve despreciada ante nuevos métodos de producción.

En esta etapa, los obreros forman una masa diseminada por todo el país y disgregada por la competencia.

A lo largo de la historia siempre ha habido clases enfrentadas. En las sociedades esclavistas (Grecia y Roma en la Antigüedad) fueron antagónicos los propietarios libres y los esclavos; en el seno de la sociedad feudal estamental el enfrentamiento se estableció entre nobles y eclesiásticos por un lado y siervos por otro.

“Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de lucha de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta.”

En el seno de la sociedad capitalista ocurre igual: la lucha de clases es protagonizada por la burguesía, propietaria de los medios de producción(capital, fábricas, máquinas, transportes, etc.) y por el proletariado que, al disponer únicamente de su fuerza de trabajo, se ve obligado a venderla a cambio de un salario que escasamente sirve para satisfacer la supervivencia.

Los intereses de ambas clases son antagónicos e incompatibles y conducirán indefectiblemente al enfrentamiento. A medida que el capitalismo vaya desarrollándose el número de obreros se incrementará, lo que unido al deterioro de sus condiciones de vida, conducirá a la revolución.

La moderna sociedad burguesa, que se alza sobre las ruinas de la sociedad feudal, lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, que han venido a sustituir a las antiguas. Hoy, toda la sociedad tiende a separarse, cada vez más abiertamente, en dos grandes campos enemigos: la burguesía y el proletariado.

La revolución tendrá como objetivo conseguir una sociedad perfecta donde no existan ni explotadores ni explotados. Para ello será imprescindible la abolición de la propiedad privada, es decir, la socialización los medios de producción, evitando la mera sustitución de los antiguos propietarios por otros nuevos.

2. LA RELACIÓN DE DOMINACIÓN

Desde el origen, el ser humano se organiza en grupo social. Lo hace así presionado por consideraciones tales como la diferencia sexual, la competencia por los bienes alimenticios, la reproducción de la especie humana, la ventaja de trabajar en equipo, etc. Lo hace siempre con un fuerte deseo de supervivencia.

Y todo sucede como si el primer proceso de trabajo hubiera sido a mano desnudo. Esta manera de trabajar determina que la relación grupo social / Centro de alimentación sea de una dependencia absoluta. Ello da lugar a una talla reducida del grupo social en un equilibrio precario. Todo esto conduce a imaginar la existencia de solamente algunos grupos sociales teniendo como única fuente alimenticia los Centros de Alimentación.

En las condiciones del proceso de trabajo a mano desnuda, la lucha por la apropiación de los bienes alimenticios se efectúa entre grupos sociales. Este tipo de lucha social no podía realizarse al interior mismo del grupo social. ¿Por qué las luchas sociales por la apropiación de bienes alimenticios no podían desarrollarse al interior del grupo social? ¿Por qué ciertos miembros del grupo social no podían vivir a costa de otros miembros del grupo social?

Porque la forma de manifestación del trabajo era inapropiable por terceros, lo que hacía imposible establecer una Relación de dominación a fin de apropiarse el trabajo de otros de una manera permanente. No fue cuestión ni de la débil productividad ni de una carencia de Producto social a apropiarse. Entonces, al interior de cada grupo social no hubo ninguna posibilidad de dominación o de avasallamiento de uno por el otro; no hubo tampoco lugar para los amos o señores feudales (clase social dominante-ociosa). No hubo, por consiguiente, ninguna posibilidad de la existencia de ricos y pobres. Lo máximo alcanzado por el grupo social era disfrutado por todos en igualdad de condiciones. Por lo tanto, el Producto social fue repartido en términos más o menos igualitarios entre todos los miembros del grupo social.

En su espíritu de búsqueda, el grupo social descubre la producción de bienes alimenticios partiendo de la reproducción del ciclo biológico natural de las plantas y de los animales. Es así como el grupo social crea la tierra cultivable. Por sus características, esta tierra cultivable es diferente de una porción de tierra ordinaria. Es el resultado de una cantidad de trabajo cristalizado.

Una vez la tierra cultivable incluida en el proceso de trabajo, como medio de producción insoslayable, el grupo social crea la condición formal de la Relación de dominación. Por primera vez, en la Historia de la Humanidad, se crea la condición formal de apropiación del trabajo de otros, de manera permanente, por la apropiación de este insoslayable medio de producción.

La fuerza, siendo el elemento esencial de las luchas sociales entre grupos, deviene un verdadero agente socio-económico en la segunda fase de la actividad socio-económica 2pnp. Ya no se trata de la lucha por los bienes alimenticios. Cuando los grupos sociales se enfrentan, en adelante, es por la tierra cultivable; porque, en este estadio de evolución de los procesos de trabajo, el desarrollo del grupo social es directamente proporcional a la extensión de la tierra cultivable en posesión. Y este momento llega cuando ya no existe una porción de tierra que pueda devenir tierra cultivable. Es a partir de este punto de saturación que las luchas sociales apuntan no solamente a la tierra cultivable sino también a la fuerza de trabajo necesaria para su mantenimiento y producción. Estamos frente a la segunda fase de la actividad socio-económica 2pnp.

Allí es donde la fuerza termina por instalarse en la actividad socio-económica, convirtiéndose en el otro elemento de la Relación de dominación. El ejercicio de la fuerza, sin la condición formal de la Relación de dominación, no pudo llegar más allá de actos ocasionales de apropiación del trabajo de un tercero. En cambio, la fuerza más la condición formal hacen posible, por primera vez, la aparición de la Relación de dominación. Es así como se pasa de una actividad socio-económica compuesta de un proceso de trabajo y una decisión social, a otra compuesta de un proceso de trabajo y de una decisión privada. La primera impone una Repartición Igualitaria del resultado de la actividad socio-económica, mientras que la segunda impone una Repartición Individualista del resultado de la actividad socio-económica. Es decir que el 100% de ese resultado pertenece solamente

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