Marat Sade

INICIOS Y SOCIEDAD, EN “LA REVOLUCION FRANCESA”.

Marat Sade

Marat Sade, una película en la cual se puede evidenciar el problema social que se vivió en la época de la revolución francesa, ya después representada por los internos del manicomio Charenton, en donde ilustran el asesinato de Jean Paul Marat ocasionado por Charlotte Corday quien viajo de Normandia a París. Su muerte fue a causa de la dictadura que quiso iniciar respaldado por el pueblo ingenuo en Francia.

Se puede demostrar en la película el deseo de igualdad y libertad que exige el pueblo esclavo a Marat, viendo que las altas sociedades, burgueses y cleros optaban con un poder político y económico. Esto tuvo pie a la polémica exaltada, en la cual se exponen pensamientos iguales pero opuestos a la hora de ejecutar.

Jean Paul Marat, propuso una idea de revolución donde se ve reflejado el homicidio a los gobernantes individualistas y egoístas con el pueblo, mientras que Monsieur Sade, plantea una idea de revolución donde se evidencia el poder de la palabra, estaba totalmente en desacuerdo con la asamblea nacional constituyente.

Un punto bastante importante fue la comparación entre el derecho natural reflejado por las leyes divinas las cuales fueron ejercidas por la iglesia, y el derecho positivo reflejado por las leyes humanas, donde el hombre crea sus propias leyes.

Una situación importante en la película (desde mi punto de vista), es la representación en colores que se dio a cada circunstancia, en el momento en el que se guillotinan a los burgueses, cleros…, se demuestra el color rojo, en donde muere decapitado el rey, se demuestra el color azul, con un color negro se hace representación a la muerte de Jean Paul Marat protagonista de el problema social vivido en esta época de Francia y finalmente demostrado con el color blanco se refleja la paz y tranquilidad en el pueblo francés, son colores que tal vez tendrán relación con la bandera de Francia.

La muerte de Marat ocasionada por Corday el sábado 13 de julio de 1793,

"Descendió del coche en el lado opuesto de la calle, frente a la residencia de Marat. La luz comenzaba a bajar, especialmente en ese barrio oscurecido por altas casas y por estrechas calles. La portera, al principio, se negó a dejar entrar a la joven desconocida en el tribunal. A pesar de ello ésta insistió y llegó a subir algunos peldaños de la escalera bajo los gritos en vano de la portera. Con este ruido, el ama de llaves de Marat entreabrió la puerta, y negó la entrada en el apartamento a la extranjera. El sonoro altercado entre ambas mujeres, en el que una de ellas suplicaba que la dejaran hablar con el "Amigo del pueblo" y la otra se obstinaba en cerrar la puerta, llegó a oídos de Marat. Éste comprendió, por las entrecortadas explicaciones, que la visitante era la extranjera de quien había recibido dos cartas durante la jornada. Con un grito fuerte e imperativo, ordenó que la dejaran pasar.

Por celos o desconfianza, Albertine obedeció con repugnancia y entre gruñidos. Introdujo a la joven muchacha en la pequeña

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