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March Bloch


Enviado por   •  4 de Junio de 2015  •  1.807 Palabras (8 Páginas)  •  429 Visitas

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Introducción a la historia, Marc Bloch

Se señala que la historia es una palabra antigua, tan antigua, que a algunos a llegado a cansar, pero que a través de los siglos, está a variado cada vez, Por el hecho de que permanezca apaciblemente fiel a su glorioso nombre heleno, nuestra historia no será la misma que escribía Hecateo de Mileto, como la física de Kelvin o de Langevin no es la de Aristóteles. ¿Qué es entonces la historia?

No es menos cierto que frente a la inmensa y confusa realidad, el historiador se ve necesariamente obligado a señalar el punto particular de aplicación de sus útiles; a hacer en ella una elección, elección que, evidentemente, no será la misma que, por ejemplo, la del biólogo: que será propiamente una elección de historiador.

Ahora bien, la obra de una sociedad que modifica según sus necesidades el suelo en que vive es, un hecho eminentemente “histórico”. Asimismo, las vicisitudes de un rico foco de intercambios, un punto de intersección en que la alianza de dos por una disciplina a otra.

Respecto al objeto de la historia es esencialmente el hombre, mejor dicho, los hombres. Detrás de los rasgos sensibles del paisaje, de las herramientas o de las máquinas, detrás de los escritos aparentemente más fríos y de las instituciones aparentemente más distanciadas de los que las han creado, la historia quiere aprehender a los hombres.

Del carácter de la historia, en cuanto conocimiento de los hombres, depende su posición particular frente al problema de la expresión.

Cada ciencia tiene su propio lenguaje estético. Los hechos humanos son esencialmente fenómenos muy delicados y muchos de ellos escapan a la medida matemática.

Bloch explica el tiempo histórico como una realidad concreta y viva abandonada a su impulso inevitable, es el plasma mismo en que se bañan los fenómenos y algo así como el lugar de su inteligibilidad. Esto se contrapone a las disciplinas en las que no es más que una medida dividida en fragmentos artificialmente homogéneos, pues el tiempo histórico va más allá de lo cronológico y de los acontecimientos, se busca romper con el tiempo histórico unilineal sostenido en la idea de progreso que planteaba ausencia de rupturas. Así, el tiempo histórico tiene dos atribuciones: continuidad y ruptura, es un continuo y está sometido al cambio permanente

Bloch explica que los orígenes son comúnmente considerados como un comienzo que basta para explicar lo más próximo por lo más lejano. Pueden distinguirse dos sentidos:

- El origen como “principios”, comienzos cronológicos, en donde la obsesión por los orígenes da lugar principalmente a una historia centrada en los nacimientos (los principios) en la que el pasado cumple un papel legitimador o censor del presente, y no sólo busca explicarlo; lo que implica un intento de enjuiciar y juzgar.

- El origen como las “causas” que constituyen una razón explicativa, en las que al estudio de la actividad humana amenaza el error de confundir la filiación con la explicación: se reduce la explicación a un origen, que es generalmente tranquilizador y monocausal, y está vinculado a la concepción historicista de la historia.

Bloch concluye postulando que «un fenómeno histórico nunca puede ser explicado en su totalidad fuera del estudio de su momento», de su contexto.

COMPRENDER EL PASADO POR EL PRESENTE.

Esta soliralidad de las edades tiene tal fuerza que los lazos de inteligilibilidad entre ellas tiene verdaderamente doble sentido. El temblor de la vida humana que exigirá un duro esfuerzo de imaginación para ser el resultado a los viejos textos, es aquí directamente perceptible a nuestros sentidos. La educación de la sensibilidad histórica no es siempre el factor decisivo. Ocurre que en una línea determinada, el conocimiento del presente es directamente más importante todavía para la comprensión del pasado. Seria un grave error pensar que los historiadores deben adoptar en sus investigaciones un orden que este modelado por el de los acontecimientos, aunque acaben restituyendo a la historia su verdadero movimiento, por que el camino natural de toda investigación es el que va de lo mejor conocido a lo más oscuro. La vida es demasiado breve y los conocimientos se adquieren lentamente. Sin embargo una ciencia no se define únicamente por su objeto. Sus limites pueden ser fijados también por la naturaleza propia de sus métodos.

LA OBSERVACIÓN HISTÓRICA.

1. CARACTERES GENERALES DE LA OBSERVACIÓN HISTORICA.

Los caracteres más aparentes de la información histórica entendida en este sentido limitado y usual al termino han sido descritos muchas veces, el historiador se halla en la imposibilidad absoluta de comprobar por si mismo los hechos que estudia. Que haya en todas las observaciones una parte de verdad nadie se atreverá a discutirlo. Exigen sin embargo, que las maticemos considerablemente. Además el individuo el individuo no pose jamás la conciencia inmediata de nada que no sean sus propios estados mentales; todo conocimiento de la humanidad, sea de la naturaleza que sea, y se aplicara al tiempo que fuera, extraerá siempre de los testimonios de otro una gran parte de su sustancia. El investigador del presente no goza en esta cuestión de mayores privilegios que el historiador del pasado. Es evidente que todos los hechos humanos algo complejos escapan a la posibilidad de una reproducción, o de una orientación voluntaria. El pasado es por definición, un dato que ya nada habrá de modificar. Pero hay momentos en el que el más imperioso debe ser sabio es, habiéndolo intentado todo, resignarse a la ignorancia y confesarlo honestamente.

II.

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