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Mas que el Bogotazo, un Colombianazo


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2017  •  Trabajos  •  3.037 Palabras (13 Páginas)  •  385 Visitas

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Más que el Bogotazo, un Colombianazo

Jefry Steven Blanco Montes

Universidad Sergio Arboleda de Bogotá D.C.

14 de Noviembre 2017

Notas del Autor

Jefry Steven Blanco Montes, Escuela Mayor de Derecho

La correspondencia relacionada con esta investigación debe ser dirigida a la docente del Departamento de Lectura y Escritura Académica I Ana Lucy Pataquiva Padua,

 Dirección electrónica: ana.pataquiva@usa.edu.co 

Universidad Sergio Arboleda de Bogotá D.C., Carrera 13 # 74 - 64

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Tabla de Contenido

  1. Introducción ……………………………………………………….….…………………3
  2. La experiencia………………………………………..…………….….…………………4
  3. El efecto nocivo…………………………...……………………….….………………….7
  4. Conclusión……………………………………………………………………………….13
  5. Referencias…………………………………………………………...……………….....14

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Introducción

     “Si avanzo, seguidme. Si me detengo, empujadme. Si os traiciono, matadme. Si muero, vengadme”, esta es una de las muchas frases recurrentes que el caudillo del pueblo Jorge Eliecer Gaitán solía usar en sus discursos que daba en nuestro país en su campaña política en el camino a la presidencia de la Republica; a su vez, esta frase se quedó en la memoria de la abuela Leonor, una cachaca de pura cepa, que siempre se caracterizó por su felicidad y sus ganas de salir adelante, y que por el amor que tuvo por sus hijos llego a trabajar de niñera para el embajador de Francia aquí en Colombia y en el exterior, y que después de haber visto por sus propios ojos como los europeos obligaban en cadenas a los alemanes a reconstruir las calles en Paris, después de acabada la segunda guerra mundial, como llego a su amada Bogotá, que tristemente iniciaba una batalla campal que la llego a comparar con lo visto en Europa, y que mientras se escondía en su casa antes de huir de la capital, recordaba el “si muero vengadme” junto con el futuro que le depararía a nuestro país, el cual como veremos más adelante, iniciaría un gran retroceso en los grandes avances que habíamos logrado junto con el nombre de “Estado fallido” que nos llegaron a decir muchos países de la región.

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La Experiencia

     El 09 de abril de 1948 es una fecha que quedo marcada en la memoria de todos los colombianos, puesto que en la década de los cuarenta, había una notoria división de la sociedad en dos partes, cada una con su propia ideología, como lo eran por una parte los coloquialmente conocidos como “cachiporros” (los mismos liberales) y por la otra parte los “godos” (los mismos conservadores), que antes de esta fatídica fecha tenían pequeños enfrentamientos en las calles de las principales ciudades del país, sobre todo en la capital, y que luego de estos enfrentamientos logro estallar en una batalla campal momentos después de la muerte de Jorge Eliecer Gaitán.

     La gran mayoría de nosotros sabemos lo básico del Bogotazo, puesto que vimos y aprendimos esta historia en el colegio, pero pocos saben en verdad los efectos a futuro que llego a causar en nuestra sociedad, y mucho menos logramos vivenciar en carne propia este día como muy pocas personas que están con vida hasta la fecha de hoy, pero que por el contrario, como la abuela Leonor, que tuvo la desgracia de estar en Bogotá aquel 09 de abril, nos ha dejado con un gran vacío en nuestros corazones, pero con muchas historias contadas y que quedaron por contar, así como el Bogotazo, historia que nos relató a mí y a mi madre con una avanzada edad.

     Esta fecha la tenía muy presente, puesto que siempre al relatarla, la comparaba con lo que llego a vivir siendo la niñera del embajador de Francia en Colombia, y que al tener un viaje el embajador a su propio país, la llevo a ella junto con su familia para que supiera cuidar de sus hijos, que por cierto los tenía presente como unos niños muy inquietos y a los cuales le

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costaba mucho llevarlos a la cama para dormir, en donde al llegar a Paris, tristemente vio como en cada calle a la que iba, junto con la compañía del embajador, veía como tenían a los alemanes presos y en cadenas, después de acabada la Segunda Guerra Mundial, reconstruyendo todo lo que esa guerra había destrozado en su paso por Francia.

     Luego de dar por finalizada su tarea con el embajador en Europa, regreso a su amada Bogotá, la cual la recordaba como una ciudad pequeña pero con los “cachacos originales”, los cuales eran hombres bien vestidos y con los zapatos siempre brillantes, quienes les gustaba vestir elegante y hablar de una manera muy sutil, de igual manera nos contaba como siempre quiso vivir en el reconocido barrio Teusaquillo, por sus imponentes casas estilo inglés, pero que por sus ingresos económicos nunca se lo pudo permitir, por lo que ella vivió muy cerca de la avenida de las américas en el sur de la ciudad, y que días después de su llegada a la capital, daba gloria a Dios y al cielo que no estuvo en el centro de la ciudad cuando iniciaron los grandes enfrentamientos en las calles, que logro escuchar como grandes estruendos muy cerca a su casa.

     Cuando empezaron a golpearse las personas en las calles, ella obviamente se asustó y al ver hacia el horizonte casas quemándose, llego a pensar después de lo vivenciado en Francia, que había empezado una nueva guerra, pero ese pensamiento solo le duro unos pocos segundos después de que un vecino, quien no recordaba muy bien, le dijo que por la radio estaban llamando a todos los liberales a alzarse en armas en venganza por la muerte de su candidato a la

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presidencia, de quien había escuchado muy poco en unas cuantas ocasiones por lo que se encontraba en el extranjero en su campaña política.

     Una vez su familia se enteró de lo que estaba sucediendo a unas cuantas calles de su casa, inmediatamente tomaron todo lo necesario lo más rápido posible, corriendo todo lo que podía, según decía ella, y salieron de la ciudad en camino a una finca con pollos y vacas mal olientes como recordaba, que tenía un familiar en Boyacá para resguardarse junto con su familia, en donde llego a estar allí unas cuantas semanas de las cuales no recordaba con exactitud cuántas, pero que al llegar nuevamente a Bogotá, por fortuna no le había pasado nada grave a su casa, solo unos cuantos vidrios rotos, pero que tristemente el centro de la ciudad estaba en pedazos y en la radio todavía se hablaba de desaparecidos y muertos que faltaban por aparecer e identificar.

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