Modelo Primario Exportador
fanyalarcon3 de Febrero de 2015
2.934 Palabras (12 Páginas)1.367 Visitas
En este ensayo se explicará el modelo primario exportador en América Latina, en donde se abarcará temas como la industrialización y la innovación tecnológica como caminos hacia la diversificación y el incremento de la productividad. Se verá como fue este proceso de desarrollo desde el periodo colonial y sobre todo después de la independencia.
En la base de la recuperación económica y del tránsito a la economía moderna se encuentra una secuencia de cambios institucionales de corte liberal, como las leyes de reforma. Donde gracias a estos cambios se movilizaron recursos que se mantenían inmóviles como la tierra, se incorporaron a la actividad otros que se mantenían ociosos como los yacimientos minerales, se mejoraron los derechos de propiedad sobre la tierra y las minas y se eliminaron lastrabas e impuestos a la circulación interior que impedían la formación de un mercado nacional (las alcabalas). Sin embargo la puesta en práctica de estas medidas no fue inmediata, lo cual en su primer momento acentuó el rezago respecto a otros países latinoamericanos de características similares y postergó el inicio de la recuperación económica hasta el último tercio del siglo XIX.
Es posible distinguir dos fases en este proceso, una primera, de recuperación y crecimiento por adición de recursos, resultante en buena medida de los cambios institucionales ya mencionados, y una segunda en la que el crecimiento estuvo acompañado por transformaciones estructurales, como la industrialización, que es la que constituye propiamente al moderno crecimiento económico. En el caso de México, en ausencia de un mercado nacional fuerte e integrado y de ahorro que pudiera apuntalar la formación de capital y la inversión productiva en una escala superior, esta segunda fase solo fue posible gracias a una mayor apertura e integración a la economía internacional, en la que encontró capitales indispensables para la inversión y los mercados para sus productos. Tal solución era viable en virtud de que, desde mediados del siglo XIX, la economía internacional experimentaba un proceso de interacción en el que participaban tanto mercancías como capitales, y en el cual los países más avanzados demandaban grandes cantidades de alimentos y de materias primas y actuaban como exportadores de capital. De ahí que la transición de las economías latinoamericanas se haya producido con la importante contribución del capital extranjero y en el marco de un modelo de crecimiento liderado por las exportaciones.
El modelo primario-exportador define la forma de inserción de América Latina en la economía internacional. La función de América Latina como proveedor de materias primas para los mercados del mundo tiene sus orígenes en las etapas previas del capitalismo, pero no es sino hasta la época de la industrialización cuando se define claramente la división internacional del trabajo y en la que termina por consolidar el patrón primario-exportador en las economías de la región. Es decir, los modelos de desarrollo determinan para cada país la inserción en la división internacional del trabajo, con lo que se determinara la configuración de su sistema productivo, de su estructura social y de poder. Esta división de trabajo internacional basada en la exportación de productos primarios y en la importación de manufacturas de los centros está presente desde la época colonial. Siendo el sector agropecuario y la producción minera los ejes del proceso de acumulación, los países latinoamericanos se especializaron en la producción y exportación de productos primarios. Así el motor de la economía era el mercado externo.
Los conquistadores en su llegada se encontraron un territorio poblado y distribuido de manera desigual. En estas áreas se habían desarrollado sociedades relativamente avanzadas caracterizadas por una estructura social y económica diversificada, en donde tenían como base del sistema un tipo excedentario, es decir, que ya habían logrado un nivel de producción mayor al necesario, teniendo un tipo de agricultura con un nivel tecnológico significativo. Así como también se encontraban territorios con agricultura de subsistencia y poblaciones de naturaleza más primitiva que se basaban en la recolección y la caza.
Estos conquistadores europeos tenían como concepciones de estado y prácticas políticas orientadas hacia la organización de un sistema de política económica que condujera al enriquecimiento y fortalecimiento de la metrópoli. Las potencias coloniales prohibieron desarrollar en las colonias actividades manufactureras que pudieran competir con la metrópoli. Desde el punto de vista del desarrollo productivo, el monopolio comercial obligaba a las colonias a comprar y vender solo a sus metrópolis y en el segundo caso únicamente aquellos bienes que no competían con ella.
Así va gestándose una política destinada a producir, extraer y enviar a España y Portugal el máximo excedente posible de metales preciosos y productos de valor en el mercado europeo. Para las sociedades cuyos centros se encuentran en el Imperio Incaino y en el Imperio azteca, la llegada del conquistador significa desde un punto de vista político y social, reemplazar los grupos dirigentes nativos por una burocracia civil, militar y religiosa española. En cuanto a la estructura productiva significa una expansión de una nueva actividad, la minería. Donde esta producción minera regula la monetización del sistema y por consiguiente el nivel del ingreso monetario, el volumen de las transacciones comerciales, el monto de las recaudaciones tributarias, las trasferencias de metales preciosos a la metrópoli y el nivel de las importaciones.
El comercio exterior latinoamericano en esa época, en pleno dominio del mercantilismo, consistió en la exportación de metales preciosos (oro y plata) y de algunos productos de consumo, como el azúcar y el tabaco. Las importaciones de América Latina consistían básicamente en productos manufacturados para consumo de las élites internas.
Las reformas borbónicas durante la colonia fue un proceso de revitalización económica, que creo una creciente integración de las colonias a la economía mundial y una diversificación del desarrollo regional, gracias a esto también se reforzó el monopolio de la metrópoli mediante la extracción de las rentas del sistema colonial lo que se transformó en una voracidad fiscal para el mantenimiento de la actividad militar cuando comenzaron las guerras, quedando subordinada a ello toda la política colonial.
El desempeño de la economía mundial consiste en un proceso de aumento de la riqueza por habitante. La dinámica población es hasta cierto punto una expresión de bienestar económico, que habla de la capacidad de un territorio de atraer, alimentar y reproducir más gente. La población de América latina creció a un ritmo de 1.7%anual en 1870-1929, mayor a la media mundial, un factor que contribuyó a las dispares tasas de crecimiento de la población fue la capacidad de atraer inmigración. América Latina absorbió cerca de la quinta parte de los 62 millones de personas que emigraron de Europa y Asia entre 1820 y 1930, debido a la primera guerra mundial. (Hatton y Williamson, 1994 y 2005). La colonización en cambio fue un rotundo fracaso, pues aun cuando las leyes contemplaban subsidios y franquicias para los colones y sus familias, México no resultaba un destino muy atractivo para los migrantes europeos, quienes preferían países más prósperos como Estados Unidos o Argentina. A pesar de todo algunas colonias de inmigrantes se establecieron a lo largo de todo el periodo, tanto ingleses y franceses como en mayor medida de norteamericanos y la zona más favorecida por los asentamientos fue el noroccidente del país.
Con la decadencia española queda superado el mercantilismo como concepción predominante respecto de la forma de organización económica y política de los estados, se puede decir que es desplazado por el imperio Británico que traerá un pensamiento, el de liberalismo y con esto la primera fase de la Revolución Industrial.
Desde el punto de vista económico-tecnológico, la revolución industrial en Inglaterra constituyó una transformación radical de la forma de funcionamiento de la economía capitalista. Las tecnologías de la Revolución industrial a fines del siglo XVIII fue la mecanización de hierro, el uso de la energía hidráulica y la construcción de canales, en base a esto comenzó a partir de 1830 un surgimiento de innovaciones como la utilización masiva de la máquina de vapor, incluyendo los ferrocarriles y la navegación, el uso de máquina herramienta en procesos productivos y de telegrafía, lo que revolucionaria las comunicaciones a larga distancia. Y en la década de los sesenta del siglo XIX se basó en el mejoramiento de transporte y la ingeniería pesada, así como la máquina de combustión interna. Todas estas nuevas innovaciones abrieron nuevas posibilidades al comercio internacional, por lo que se le llamo entre 1750 y 1870 la transición hacia el capitalismo periférico, un capitalismo que carece de la dinámica estructural y tecnología de las economías centrales (Cardoso y Pérez, 1979).
Entre 1877 y 1910 se produjo una aceleración importante en el crecimiento de algunos sectores, que en esta medida desempeñaron un papel protagónico en la transición económica y en el crecimiento del PIB. Es el caso de la actividad minero metalúrgico, el comercio exterior,
...