Mural Totonaca
bertiux4527 de Julio de 2012
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EL MURAL HOMENAJE A LA CULTURA TOTONACA
El mural Homenaje a la cultura totonaca es una significación de los valores históricos culturales totonacas en la figura de Quetzalcoatl, por la importancia de este personaje entre los pueblos prehispánicos en particular con la de Tajin, se le ha conocido con la denominación y la figura de una serpiente emplumada que inicia con la escultura del Dios Tajin, que representa una figura humana descarnada de cuyas orejas sale el símbolo del rayo quizás por eso se le denomina como el dios del trueno que anuncia la presencia de las lluvias.
En el rabo de la serpiente se encuentra la manifestación del concepto de sedenterizacion de los pueblos cuando han resuelto el problema de la alimentación y descubren la agricultura, el maíz es el único cereal de América que hizo posible esta actividad y he aquí sintetizado en una bella expresión dentro de una mazorca, un útero y en el nuevo ser que integre el tríptico: Hombre-Alimento y Cultura.
Con base en el Códice Ramírez y otras informaciones enseguida se representa el origen del pueblo Mexica como elemento étnico determinante en la vida política, económica y social de los totonacas, son las siete cuevas de Aztlan (chicomoztoc) de donde salieron las tribus nahuatlecas entre ellos los Aztecas o Mexicas que crearon con su hegemonía un nuevo concepto social y político que daría lugar a la gran familia mexica aquí también representada.
Aquí el maestro logra la realización del juego de pelota, practicado en el Tajin, deporte el cual tiene un gran contenido religioso esotérico en este centro ceremonial, existen varios de ellos pero en especial el tablero “uno” del juego de pelota sur; se puede constar el sacrificio de uno de los jugadores, este deporte ritual se practicó en la región zapoteca, Tula capital de los Toltecas y por supuesto en el gran centro ceremonial de Chichen-Itza de la zona Maya.
Continuando con el orden con realismo si igual el gran momento de la transformación de la piedra bruta a la piedra esculpida, elaborada por los excelsos artistas de Tajin, magníficos escultores y superiores arquitectos, aquí se ve la figura del artista totonaco enmarcado por un cinturón en forma de herradura (yugo); como los que usaron los jugadores de pelota según se puede apreciar en el tablero numero tres del juego de pelota sur en el Tajin.
Enseguida y recortando el espacio de su silueta se perfila un danzante “HUAHUA”, corresponde a una danza precortesiana probablemente antillana, conocida con el nombre de Quetzalines, según el maestro Melgarejo Vivanco, se deriva del nombre del dios fuego que el padre Sahagun llamaba CUETIALZIN.
Es una de las danzas prehispánicas de más bello colorido que se práctica en la zona de la Sierra de Puebla; su coreografía es bellísima ejecutan varios sones a ritmo del tamborcito y la flauta de carrizo, cuando gira en una cruz de cuatro aspas, sincroniza superiormente: música y colorido, esta concepción representa al sol.
En la parte media, presidiendo la grandiosidad de este mural se ha repetido idealmente la belleza extraordinaria de una de las joyas arquitectónicas mas notables de la antigüedad mexicana “La Gran Pirámide de los Nichos de El Tajin”, descubierta en el año de 1785 por el Cabo de Ronda Ing. Diego Ruiz se compone de seis cuerpos, el séptimo corresponde al basamento del santuario la cual tiene 365 nichos que coincide con el año solar.
La enmarcan por los lados, dos columnas, de contención, en la primera de la izquierda, el artista quizó llegar para el deleite de los visitantes la sublime expresión de una carita sonriente erroneamente vinculada con la cultura totonaca, pero es tal la aceptación que el papanteco le ha dado a esta figura que la ha hecho propia.
En la segunda el armonioso conjugación de plasticidad deja la no menos bella concepción de la india actual con la sonrisa que ella vierte como suprema y candorosa virtuosidad de la mujer.
Dos Papanes se localizan en al parte superior y ambos lados de la pirámide símbolos eternos de esta tierra generosa a la cual se le da su nombre de “Papantla”, la cual se traduce como lugar de Papales.
A la izquierda de ella y en la parte baja el sol totonaca generador de la vida de esta amplia zona veracruzana se manifiesta en multiplicidad de factores de riqueza.
A la derecha, los tres corazones que nos hablan de las tres federaciones totonacas, Tuzapan, Paxil, y Zempoala. Mas tarde abandonaron Tuzapan, capital de la federación totonaca del sur y la pasaron a el Tajin. Papantla en un concepto totonaca también significa. Tutu (tres) Nacu (corazón) tres corazones
Opuesto simétricamente al guagua y en actitud de volar se encuentra el incomparable volador, danza ritual de gran espectacularidad y significación mística religiosa y de variado contenido ceremonial. Con una especial calidad de sones que ejecutan con gran maestría, muy singular para cada ceremonia: cuando escogen y cortan el palo, cuando efectúan el arrastre, cuando llevan a cabo el levantamiento, antes y después de volar. Esta danza se practica con regularidad en la ciudad y en algunas comunidades de Papantla.
Abajo del volador, importante grupo de danzantes; santiagueros, negritos y moros y españoles, que enriquecieron el folklore de esta región, estas danzas surgieron después de la conquista como formas imitativas de hechos realizados por los españoles y que hablan de la especial concepción psicológica indígena.
Aquí se muestran dos aportes espirituales al altar cristiano y a la ofrenda totonaca, el primero vierte su contenido religioso en la segunda y se funde a la conquista guerrera, la conquista espiritual, aunque todavía la ofrenda indígena conserva una reminiscencia de su pasado tradicional.
Con una fuerza que se manifiesta con gran acierto artístico, entre las manos generadoras del hombre se hace resaltar lo pródigo de la naturaleza en este bello rincón de Veracruz. Es la prueba mas alta que liga la fe del hombre a su glorioso destino; su arte representado por su lira; su cultura expresada en el simbolismo del libro abierto; su riqueza natural, manifestada en los campos petrolíferos, en la ferocidad de su campo, en especial su incomparable vainilla y en el gran potencial ganadero.
Y como ultima simbolización de aquel hombre honrado y sombrío, sublimado moralista QUETZALCOATL. En su cabeza se resaltan un cuerpo y cinco rostros que corresponden a dignos hijos, personajes en la historial de Papantla:
El Caudillo Totonaca Serafín Olarte
El Teniente Coronel Simón Tiburcio
El General Vicente Herrera Hdez
El Educador Jorge de Castro Cancio
El Compositor Y Poeta Gildardo Muñoz
El Lingüista Celestino Patiño Pérez
BIOGRAFÍA MAESTRO TEODORO CANO GARCÍA
MAESTRO TEODORO CANO GARCÍA : Hijo de Luciano G. Cano y de María Luisa García, el maestro Teodoro Cano García nació un 29 de mayo de 1932; en su tierna infancia se vio envuelto en una tragedia al perder a su progenitora cuando apenas contaba con un año y medio de edad, siendo criado, junto con su hermana Carmen, por su tía Valeria Cano.
Su primera afición a la tierra surgió cuando contaba con 4 años de edad, pues le gustaba comer tierra, por lo cual sufría reprimendas por parte de su padre, hasta quitarle esa "maña"; heredando de su padre --quien además fue "mi primer maestro"-- el talento artístico, porque don Chano Cano también lo tuvo.
Fue alumno de otro artista que también dejó huella en su tierra natal, quien al partir de este mundo terrenal era el cronista de la ciudad, el maestro Luis Salas García, un hombre de gran cultura que a su temprana edad advirtió en Teodoro un talento que quedó de manifiesto desde su incursión primaria en la escuela "Melchor Ocampo", hoy "Donato Márquez Azuara"; la secundaria la cursó en la escuela "Jorge de Castro Cancio" y fue en 1945 cuando conoció al muralista Diego Rivera, durante la visita de éste a Papantla.
Fue en un descanso del artista en que vino a visitar las ruinas de El Tajín, cuando el maestro Teodoro Cano, que en aquella época contaba con 14 de edad, dibujó el rostro del muralista y también el paisaje que en esos momentos veían, el parque central; en su despedida, Diego Rivera le obsequió una tarjeta "para que lo buscara cuando fuera a la ciudad de México".
Al año siguiente, Teodoro Cano García abandonó sus estudios formales tras un suceso inesperado; en 1946 llegó a la ciudad de México y así fue recibido días después como pupilo por el muralista Diego Rivera, y pasó a hacerse cargo del aseo del taller, de hacer mandados, de preparar las pinturas y allí pudo observar los trabajos que realizaba el genial muralista.
Cuatro meses más tarde, Diego Rivera le sugirió al tutor de Teodoro Cano, Alberto Andrade Valencia, que lo mandara a un entrenamiento académico y después que retornara con él, extendiéndole una carta dirigida al entonces gobernador del Estado Adolfo Ruiz Cortines, por lo que retornó a Papantla en espera de una nueva oportunidad.
En 1947, el gobernador Ruiz Cortines visitó la ciudad de Poza Rica y a sugerencia del presidente del Consejo Municipal de Coatzintla, Alfredo Gudini, Teodoro hizo un retrato del mandatario, quien más tarde lo recibió tras la intervención de
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