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Nueva Frontera


Enviado por   •  18 de Mayo de 2015  •  11.184 Palabras (45 Páginas)  •  176 Visitas

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Estudios Empresariales Colombianos, Grupo: 087-2015-1- Universidad EAFIT

Montoya Zuluaga, Esteban- Código 201519101001

Revisión Nueva Frontera, Bogotá, Nos, 1, 2, 3,4 - 1976.09.02-1976.09.29

“Ludwig Erhard y la Economía Social del Mercado. En mi anterior artículo, (NUEVA FRONTERA No. 95), alcancé a mencionar que el 16 de octubre de 1963 Ludwig Erhard entró a reemplazar como Canciller de la República Federal Alemana a Konrad Adenauer. No conozco en detalle las razones por las cuales este último se opuso tan duramente a que lo sucediera Erhard ni el origen de las grandes diferencias que los dos hombres tuvieron en los tres años que precedieron al relevo. Lo cierto es que cuando el 15 de octubre el Bundestag rindió, por boca de su presidente Eugen Gerstenmaier, un más que merecido tributo a Adenauer por su tarea de grandes proyecciones históricas, el viejo no hizo en su discurso de despedida mención alguna de su sucesor. Este llegaba a Canciller a una edad relativamente avanzada, sesenta y seis años, después de una larga carrera consagrada en su mayor parte al estudio de los problemas económicos y al adelanto de una política que se suele conocer con el nombre de "la economía social del mercado". Ménudier resume muy certeramente en el libro que vengo reseñando el conjunto de factores que obraron en el rápido y formidable resurgimiento de la economía alemana bajo la dirección sustantiva de Erhard:

"La destrucción del aparato productivo en 1945 era menos grave de lo que se podía pensar al ver las ciudades bombardeadas; y ella y el desmonte de fábricas tuvieron la ventaja de que se renovó el equipo industrial, se le modernizó y racionalizó. La ayuda americana concedida en el cuadro del Plan Marshall, la reforma monetaria de 1948 y el escogimiento fundamental que hicieron Ludwig Erhard y la democracia cristiana en favor de la economía social del mercado, ejercieron el efecto de una transfusión sanguínea, seguida de una terapia apropiada, sobre un paciente en muy mal estado. Alemania, país relativamente pobre en riquezas naturales, estuvo obligada, desde el siglo XIX, a trabajar duramente para exportar a los países europeos bienes de capital de alta técnica que tuvieran la mayor probabilidad de encontrar salida. El país, en 1870, sólo ocupaba el cuarto rango como potencia comercial, después de Inglaterra, Francia y los Estados Unidos; a principios del siglo XX sigue detrás de los Esta-dos Unidos pero ya adelante de Inglaterra y de Francia. Después de las dos guerras mundiales tiene que luchar rudamente para recuperar sus mercados externos. Desde 1951, la Alemania Federal registra ya excedentes comerciales, a pesar de las numerosas restricciones que la golpeaban. En 1974, los Estados Unidos realizan un 13o/o del comercio mundial, la República Federal Alemana un 12o/o, el Japón 7o/o, Francia 6o/o y la Gran Bretaña 5o/o".

¿Qué ha sido la economía social del mercado? Erhard la ha expuesto en dos libros bien conocidos: "Prosperity Through Competition" publicado en 1958 y "The Economics of Success", que vio la luz en 1963. (Cito las traducciones inglesas ya que no puedo leer el alemán). De la última de estas dos obras existe una traducción, española que lleva precisamente el título de "Economía Social del Mercado" (Ediciones Omega. Barcelona, 1964). Se trata de una colección de artículos, discursos, debates, que cubre el período 1945 (artículo publicado en "Die Neue Zeitung") a enero de 1962 (Discurso en la Escuela Superior de Comercio de St. Gallen). Hay una gran continuidad de pensamiento en todas esas intervenciones y yo admiro en ellas sobretodo el tono didáctico, la exposición clara consagrada a afianzar ciertos principios en la conciencia de un pueblo que había pasado por el rígido dirigismo de la etapa nazista y por todas las reglamentaciones del primer período posbélico. Con frecuencia salta allí el tono polémico se hallan páginas que muestran a un l combatiente con el cual no debía ser fácil mantener serenas relaciones Así, por ejemplo, durante la sesión' conjunta que celebraron en Dusseldorf exponentes de los dos grandes partidos, CDU y el PSB. Erhard se enfrenta al Profesor Erik Nolting (diciembre de 1951), que acababa de sostener que la política económica que se estaba siguiendo constituía un peligro nacional y refiriéndose concretamente a las ideas de Erhard había afirmado: "Su economía política es embrollada, contradictoria y caótica. Se remueven problemas pero no se resuelve nada. Palabras, pero ningún hecho! Alemania se ha convertido en un paraíso para los ricos y en un infierno para los pobres". El párrafo inicial de la respuesta de Erhard es una buena señal de su genio pugnaz: "Yo esperaba una explosión así de fuegos artificiales. Pero el ruido provenía esencialmente de un croar de ranas. Y con en sólo se consiguen éxitos en la oscuridad y contra espíritus miedosos! A la clara luz de la verdad no pueden sostenerse tales afirmaciones. Esto ya lo ha demostrado claramente el éxito de nuestra política económica".

Y ciertamente, las exposiciones de Erhard parecen muy convincentes. Me faltan suficientes informaciones para poder describir bien cuáles fueron, durante el gobierno de Adenauer y luego el de su sucesor, las diferencias con los social-demócratas. Mi impresión es la de que entre las concepciones económicas de los dos partidos principales no existió una oposición radical y la de que las posiciones se fueron aproximando. En su artículo del "die Neue Zeitung" Erhard expresó ideas que siguieron siendo el centro de su pensamiento económico a lo largo de muchos años: "La oposición real no se plantea entre economía libre y economía planificada, ni entre economía capitalista y economía socialista, sino entre economía de mercado con libertad de precios y economía centralizada por el Estado, el cual regula también la distribución. . . fue precisamente la opresión de la libertad lo que hizo perder, el equilibrio de la economía y lo llego a crisis cada vez más insolubles. Si en el futuro el Estado procura que ni los privilegios sociales ni los monopolios artificiales entorpezcan el equilibrio natural de un espacio libre para el juego de la oferta y la demanda, entonces el mercado regulará en condiciones óptimas la aportación de todas las fuerzas económicas y con ello corregirá también cualquier conducción errónea. En otro artículo publicado por el mismo periódico (Junio de 1947), se insistió en el tema: "No se trata de decidir entre socialismo y capitalismo, los cuales han sufrido cambios esenciales de sus rasgos característicos debido a la evolución económico-social; ante todo, no coinciden

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