Nuevo Orden Neoliberal

El nuevo orden neoliberal

Argentina caracterizada por un sistema político débil y una fuerte articulación entre el sistema político, los actores sociales y el estado. Cuanto más fuerte eran los grupos sociales, menos recurrían a los partidos políticos. Esto se debía a que los sectores conservadores argentinos nunca consolidaron un partido de derecha fuerte y entonces recurrían a la intervención de los militares. Y porque los sectores populares lograron la representación por medio de partidos-movimientos (ej. Peronismo), los partidos políticos eran débiles en relación al líder carismático.

El regreso a la democracia se dio con inconvenientes: rebeliones militares durante el gobierno de Alfonsín y el primer año del gobierno de Menem; presiones de los grupos económicos que se vio en la crisis hiperinflacionaria del 89 (“golpe de mercado”). A partir del 87 se comienzan a acercar los sectores económicamente dominantes y los partidos políticos mayoritarios. Con la apertura democrática hubo un importante cambio de perspectiva política: recurrir a los militares ya no era un camino apropiado. Además la democracia estaba avalada por EE. UU. Y los organismos internacionales. Los sectores dominantes se orientarían a la colonización de los grandes partidos políticos a través de la infiltración del discurso económico liberal, como solución a los problemas argentinos. La puesta en marcha de un nuevo programa liberal, mediante la alianza entre los grupos económicos y el gobierno democrático sería posible con la asunción de Menem.

El escenario político electoral latinoamericano, con sus limitaciones y la crisis del modelo estructural nacional-popular, estaba atravesando demandas contradictorias: el llamado populista emergía como una restitución del progreso a las mayorías, por vía de una política nacional-popular. Esta demanda de revinculación iba acompañada por una fuerte exigencia de eficacia y ejecutividad para enfrentar la crisis. Aunque su campaña electoral se fundó en el llamado populista, Menem terminó construyendo una nueva alianza político-económica que le permitió gobernar mediante una estrategia liberal, orientada al desmantelamiento completo del modelo nacional-popular. La entrada en un nuevo orden neoliberal puso fin a las distancias entre sistema de poder y sistema político. Se abría una nueva época caracterizada a la vez por la polarización y fragmentación social, así como por la hegemonía de los grupos económicos en alianza con el partido mayoritario.

La transformación del proyecto económico exigió que el partido justicialista dejara de apoyarse sobre el actor corporativista sindical para vincularse con los sectores dominantes: grandes grupos económicos. Fue esta alianza la que permitió la aplicación de la reforma del estado. Se consolidó en el país la liberación económica a partir del plan de convertibilidad y la reforma del estado. En 1991 Domingo Cavallo, ministro de economía. El plan de convertibilidad produjo la paridad cambiaria, la restricción de la emisión de la moneda, la reducción de barreras aduaneras, la liberalización del comercio exterior y el aumento de la presión fiscal, fueron suprimidos los mecanismos de control del estado y se liberalizó la inversión extranjera. Así se logró salir de la hiperinflación aplicando una política de reajustes y de estabilización, complementada por una política de apertura del mercado nacional a las importaciones e inversiones extranjeras. Esta estrategia de shock logró detener la crisis del 89, recuperar la credibilidad ante los mercados internacionales y facilitó en los primeros años del Plan la recuperación económica y la reducción de la pobreza.

La convertibilidad acentuó la

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