ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL TRABAJO

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL TRABAJO

El ser humano, a través de los tiempos ha estado inmiscuido en un proceso de cambio constante, debido a la evolución latente del conocimiento y las formas de pensar del individuo, relacionado con el desarrollo cognitivo y tecnológico fruto de una serie de descubrimientos e inventos.

El trabajo es un ente fundamental en el desarrollo de las sociedades y, asimismo, se ha encontrado en un proceso de variación desde sus incipientes orígenes, hasta la actualidad.

Desde el origen de la humanidad, con una organización social incipiente y un inexistente desarrollo tecnológico, la recolección de frutos, raíces, semillas y hojas eran la actividad principal del individuo. Con el pasar del tiempo, el ser humano empezó a usar herramientas como palos y piedras, además de crear otras como lanzas y hondas para poder cazar a los animales salvajes. El trabajo empezó a diversificarse y las sociedades empezaron a tener una organización establecida (Lastra, 2015).

Las sociedades desarrollaron la agricultura y el arado, además del descubrimiento de los metales y su uso en la cotidianeidad. La humanidad dejó aquella vida nómada, característica de los primeros pobladores y se desarrollaron en lugares concretos, formando centros urbanos y ciudades, en las que, se hizo una división de la sociedad en grupos determinados de personas que compartían características concretas (Lastra, 2015).

En la Antigua Grecia, se desarrolló un sistema de esclavitud, en el que, solo aquellos que no eran considerados ciudadanos, eran quienes desarrollaban las diversas labores o actividades en la ciudad. En esta urbe, existía una clara división de los grupos sociales, beneficiando a unos y perjudicando a otros (Evolución Histórica del trabajo. Scribd, 2015)

En la Antigua Roma se consideraba que el trabajo no era para el individuo, sino que éste era inherente a los animales y objetos, pero, bajo ciertos parámetros, las personas tenían que realizar esta actividad, bajo el sistema de esclavitud, la misma que “era la única base sobre la que descansaba la independencia de la clase gobernante” (Lastra, 2015).

Posterior a los sistemas de esclavitud desarrollados en los períodos de la Grecia y Roma Antigua, se formó un sistema denominado como “colonato”, el cual, puede conceptualizarse como “aquella forma de explotación de tierras por parte de un agricultor, el cual estaba bajo el mando de un amo o señor” (Lastra, 2015). Por lo tanto, en este sistema, el individuo tenía más derechos que un esclavo, sin embargo, aún había explotación y abuso por parte de los superiores (Lastra, 2015).

El feudalismo se desarrolló de forma inmediata al colonato, y se caracterizó por el predominio de la agricultura, y así mismo, los individuos tenían una relación de dependencia “vasallo- feudal”, en la que el vasallo realizaba todas las actividades concernientes al campo a cambio de tener libertad y poder poseer un hogar en el que pueda establecerse con su familia (Evolución Histórica del trabajo. Scribd, 2015).

Al finalizar la Edad Media, y con el desarrollo tecnológico vertiginoso de esas épocas, se originó la denominada “Revolución Industrial”. Ésta comenzó en Inglaterra, caracterizándose por el uso de maquinarias para facilitar el trabajo humano y acelerarlo, de esa forma, poder responder a las necesidades que empezaban a surgir. En esta etapa de la Historia humana hubo una transición en la economía, pasó de ser agraria, a convertirse en industrial de carácter capitalista. (Evolución Histórica del trabajo. Scribd, 2015)

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