Opera De Sidney

Opera de Sídney

Inaugurada en 1973, la Ópera de Sídney aparece como una gran obra arquitectónica del siglo xx. Su edificio expresa múltiples corrientes creativas e innovadoras, tanto en lo que respecta a sus formas arquitectónicas como en lo referente a su diseño estructural.

Ubicada sobre la bahía de Sídney, este edificio de grandes dimensiones llama la atención por su arquitectura poco convencional, la cual prescindió de los avances tecnológicos para poder ser llevada a cabo suponiendo un desafío desde el punto de vista técnico y de la ingeniería.

Además Jorn Utzon, el arquitecto de la obra, adecuó perfectamente su proyecto a un ambiente vinculado al mar, donde comprendió las posibilidades que el emplazamiento, que goza de un telón de fondo tan magnífico como el Puerto de Sídney, ponía a su disposición.

La Opera de Sídney está construida de Norte a sur en una península, Bennelong Point, un lugar privilegiado en la entrada de la bahía y está rodeada en sus tres lados por puertos. Es una de las protagonistas visuales de la ciudad, ya que puede ser vista desde todos los ángulos. Utzon siempre tiene en cuenta las características del lugar en el que se emplazara el edificio antes de empezar con el diseño:

“El pueblo de Sídney a convertido la Opera en uno de sus símbolos: es fácil de verla en cualquier lado del mundo de diferentes formas pero nadie duda de su vinculo con la ciudad de Sídney y la nación australiana. En mi opinión, una situación como esta, en la que el edificio influye tanto en la ciudad, es muy poco frecuente”

Jorn Utzon

Esto se expresa en uno de los 9 puntos de la monumentalidad de S. Giedion: la situación de los monumentos debe ser planificada, teniendo en cuenta la nueva planificación de los puntos centrales de la ciudad para permitir la aparición de espacios abiertos en el caos de la ciudad. En estos espacios se ubicara la arquitectura monumental.

El arquitecto danés gano el primer premio del concurso convocado en 1956 por el gobierno de Nueva Gales del Sur. Durante los años previos se había consolidado la identidad nacional australiana, mientras Europa lucha por reconstruir sus ciudades tras la devastación de la guerra, la construcción de un gran monumento ofrecería a los australianos la oportunidad de enseñar al mundo que ya son una gran nación por derecho propio y no una parte más del imperio Británico. El motivo de porque fue creada se ve reflejado en la siguiente cita:

“Los monumentos constituyen piedras miliares, en las que los hombres crearon símbolos para sus ideales, sus objetivos y sus actividades. Están destinados a sobrevivir a la época en que surgieron, son un legado para las futuras generaciones. Forman un vinculo entre el pasado y el porvenir.”

La historia de la opera de Sídney es tan extraordinaria y compleja como lo es ella misma. Es un relato que habla de visión, coraje, dedicación, desafíos, controversia y triunfo.

Entre sus muchos elementos notables se encuentra el envío de un diseño futurista que los jueces eligieron valientemente como ganador, a pesar de presentar esquemas casi diagramáticos que era imposible de realizar y hacia necesario adaptar el diseño junto con las necesidades tecnológicas del momento a un modelo que si sea posible construir:

“La arquitectura se basa en la ciencia tanto como en la intuición, y si uno quiere hacer arquitectura debe tener el control de la tecnología para poder desarrollar sus propias ideas, para poder demostrar que la propia intuición es correcta, para poder construir sus propios sueños.”

Jorn Utzon

La construcción de la Opera fue un desafío desde el punto de vista tanto técnico como también en el área de la ingeniería. Se tardo varios años en desarrollar los métodos para construir las grandes bóvedas autoportantes que conforman la cubierta. Estas fueron las ideas directoras del edificio d desde la presentación del proyecto al concurso hasta el final de la obra. Durante la ejecución material fue muy difícil para Utzon mantener la fidelidad a ellas por parte de todos los agentes implicados en el proceso. La necesidad de trabajar con formas calculables y que se pudieran construir por piezas no se ajustaba fácilmente a una forma salida del gesto y de la imaginación.

La cubierta, que en el proyecto presentado a concurso estaba formada por unas formas libres poco definidas geométricamente, dio mucho trabajo por varios motivos a los equipos redactores del proyecto ejecutivo. El primero fue la falta de definición geométrica de las formas de las conchas; pero, sobre todo, hubo que hacer frente a algo que no se había tenido muy presente: el tamaño. La dimensión de estas cubiertas requería un control de la forma que permitiera un proceso constructivo de prefabricación, ya que usar encofrado “in-situ” era un costo desmesurado, y una importante movilización de sistemas auxiliares para el montaje en obra.

En el largo proceso de definición de la forma de la cubierta se hicieron pruebas sobre grandes modelos a escala y se redactaron los planos de todo el edificio, y esto a su vez implico una de las aplicaciones más tempranas de las computadoras en el análisis estructural para entender el complejo sistema de fuerzas que recibían estas cascaras.

En un primer momento del diseño, las cáscaras se plantearon como arcos parabólicos, pero esta geometría, en principio adecuada para una buena estabilidad, complicaba mucho los cálculos. La forma fue cambiando y Utzon comprendía que la figura geométrica sería el camino de la solución ya que la posibilidad de trabajar con ecuaciones matemáticas sencillas simplificaría el trabajo del equipo. Finalmente, casi seis años después del concurso, se decidió trabajar con formas esféricas. Esta solución evitaba el colapso sucesivo si una cascara fallaba:

“Arquitectura era lidiar con aquellas fuerzas que durante la construcción amenazaban con derribar el edificio.”

La forma esférica representó la síntesis entre la ecuación simple y la libertad compositiva. La esfera es la superficie curva tridimensional más sencilla de controlar geométricamente, su curvatura es uniforme en todos sus puntos y la combinación de fragmentos puede ser muy rica en posibilidades. Esto permitió usar unidades prefabricadas utilizando un innovador sistema de sujeción de acero denominado arco de construcción.

A causa de ello, se prescindió el trabajo en grupo, donde arquitectos e ingenieros deben volver a los principios y consultar

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