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Patrimonio Cultural


Enviado por   •  23 de Febrero de 2014  •  2.902 Palabras (12 Páginas)  •  227 Visitas

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Patrimonio Cultural

El patrimonio cultural es el reflejo de la actividad humana que nos documenta sobre la cultura material, histórica y artística de distintas épocas, y que, por su condición ejemplar y representativa del desarrollo de la cultura, es necesario conservar.

"Patrimonio" ha pasado a significar una realidad muy vasta: todo aquello que, como testimonio de los valores y el trabajo de las generaciones pasadas, forma hoy parte de los bienes individuales o sociales que han merecido y merecen conservarse. En efecto, lo que unas generaciones transmiten a otras no son sólo cosas: son también ideas, conocimientos, representaciones del mundo, valores, costumbres y tradiciones, además de objetos, testimonios y documentos de otras épocas.

En este sentido, el patrimonio de una sociedad es esencialmente cultural: lo constituyen bienes de suyo perdurables, poseedores de una vigencia intemporal y de un significado particular para esa sociedad desde el punto de vista de sus creencias, su tradición y su identidad. Y, por otro lado, esos " bienes " no son necesariamente materiales, dado que los valores y los símbolos de que éstos son portadores han surgido de la vida de las sociedades y se encarnan en ella, y no únicamente en obras físicas.

En la medida en que esos valores viven y se transforman de una generación a otra, puede hablarse también de un patrimonio cultural formado por las prácticas que expresan tradiciones, rasgos simbólicos e inclinaciones de largo o reciente arraigo en el grupo social. Por ello, en los enfoques actuales del patrimonio cultural, esta última precisión tiende a ocupar un sitio sobresaliente.

Patrimonio cultural tangible e intangible

El concepto de patrimonio cultural, comúnmente referido sólo a bienes materiales con un significado o valor particular de tipo arqueológico, histórico o artístico, se ha ampliado para referirse también a las lenguas, música, costumbres, expresiones de las culturas populares, tradiciones, prácticas artesanales, acervo intelectual y, recientemente, acervos fílmico y fotográfico, entre otras manifestaciones de la cultura de un pueblo. Se habla, así, del patrimonio cultural tangible e intangible de una nación.

Consecuentemente, los conceptos de protección y conservación del patrimonio cultural se han enriquecido de manera notable. La preservación del patrimonio cultural no presupone únicamente las disposiciones jurídicas y las tareas para proteger del deterioro físico y de la amenaza de agentes sociales y naturales a monumentos históricos, obras de arte, vestigios arqueológicos, testimonios y documentos, sino los conceptos y los medios para atender la conservación, mucho más compleja, de realidades lingüísticas, tradiciones musicales, técnicas artesanales, valores, modos de vida o visiones de la realidad.

El patrimonio cultural de una nación no se restringe a los testimonios materiales del pasado, que dan cuenta de un rico proceso histórico de formación de valores, sino que comprende también las formas vivas en que esos valores encarnan en la actualidad. Por eso, aunque distintas en la naturaleza de su acción y en su complejidad, pero confluyentes en sus propósitos, la preservación del patrimonio cultural tangible y la del patrimonio intangible dan su justa dimensión al patrimonio cultural de un pueblo como el gran acervo de obras, testimonios, valores y tradiciones que forman su cultura viva y actuante, y que habrá de ser enriquecido con la creatividad del presente para constituir, a su vez, el legado para las generaciones futuras.

En este sentido, es conveniente mirar el campo de la conservación del patrimonio cultural, no en su acepción restringida a los bienes tangibles, sino en su dimensión íntegra, que comprende también la compleja realidad del acervo intangible de elementos culturales que sustenta en sus diferentes estratos la vida social.

Debe tomarse en cuenta, además, que el concepto de patrimonio cultural no es estático, y forma parte él mismo de las representaciones que los pueblos se hacen de su cultura en los diferentes momentos de su historia. Lo que una sociedad considera que es su o el patrimonio cultural, es algo que va cambiando con el tiempo, tanto en su definición como en sus contenidos, y se encuentra estrechamente ligado no sólo con las formas culturales sino también con los procesos históricos y sociales. Tiene que ver, por ejemplo, con el reconocimiento como propias o la exclusión de formas culturales diversas, con el proceso de integración social y con el grado de conciencia de identidad nacional, entre otros muchos factores.

México: un patrimonio plural

México es uno de los mejores ejemplos de la complejidad de estos procesos y de la paulatina formación y transformación de la idea de patrimonio cultural. Sobre su territorio se han sucedido, encontrado o fusionado los más diversos grupos étnicos, dueños de particulares y heterogéneas culturas. La idea de que en México se inicia el mestizaje a partir de la llegada de los españoles ha sido abandonada hace mucho tiempo.

Étnica y culturalmente, México ha sido siempre escenario del mestizaje, de la fusión de pueblos y culturas, a través de los más diversos y complejos procesos, en cuyas condiciones no se reconoce siempre el libre y natural intercambio o comercio cultural, sino también las superposiciones, las oposiciones y las sustituciones de las formas culturales.

Por ello, si bien cada pueblo ha generado actitudes propias y formas en las que se reconocen maneras de entender o valorar lo que podría considerarse su patrimonio cultural, el concepto de éste como sistema de vasos comunicantes entre los grupos y comunidades que en un sentido más amplio constituye un pueblo -como factor de integración de sectores y estratos diversos, como suma, en consecuencia, de elementos y formas heterogéneos- tiene sus orígenes en el surgimiento mismo de nuestro Estado nacional.

No es casual que haya sido el más temprano ideario de nuestro movimiento de lndependencia el que, partiendo del reconocimiento de la diversidad de la nación, se propusiera construir un Estado capaz de aglutinar a todos los individuos y grupos en términos de equidad, no suprimiendo sus diferencias, sino afirmando la pertenencia de todos a una misma condición, la de ciudadanos mexicanos, por el solo hecho de haber nacido en esta tierra, más allá de toda particularidad étnica, cultural y social.

Al mismo tiempo que se rechazaban las distinciones étnicas en la prescripción de derechos y obligaciones, se afirmaba la pluralidad como una característica

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