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Poblacion Mundial


Enviado por   •  15 de Junio de 2014  •  4.647 Palabras (19 Páginas)  •  211 Visitas

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Semana 10: Convivencia en el planeta y necesidades mundiales

Apreciadoas alumnos, a continuación les presento el siguiente texto lo cual tiene como finalidad enriquecer sus conocimientos a través de la lectura y como material de apoyo para la actividad participativa e interrogativa de la semana 11.

A través de la historia, la humanidad ha concebido al planeta Tierra como su casa natural; pero, a medida que avanza el tiempo, esta noción va disminuyendo. En tiempos históricos, anteriores al surgimiento del industrialismo, en todas sus facetas y dimensiones, hermanado con el capitalismo como sistema dominante, no se planteaba el dilema de elegir entre la conservación del planeta o el aumento de grandes capitales, so pena del medio ambiente. No pocos grupos sociales señalan la inmensa preocupación por la destrucción acelerada de la Tierra, sometida a una explotación indiscriminada, que supera sus capacidades de regeneración.Unido al elemento ecológico, y como igual consecuencia del quehacer capitalista, males, igual de peligrosos para la convivencia humana, atentan contra el desarrollo humano armónico, equilibrado, justo y, sobre todo, seguro para las personas. Estos problemas se expresan en la pobreza y todas sus secuelas, la discriminación racial y étnica, exclusiones de género, guerras por el control y dominio del mundo y sus riquezas, crisis energética, entre otros. Esta realidad necesita ser conocida, analizada y atacada para que se garantice la sobrevivencia de la humanidad.Para ello, es necesario crear y practicar una acción nueva de vida, una ética que nos permita encontrarnos con el otro ser humano y vernos en él. Debemos concientizarnos para que nuestras acciones conduzcan a la superación de estos grandes conflictos, que nos aquejan. Este es el objetivo de esta unidad III: orientarte, estimado estudiante, en un conocimiento que te permita tomar conciencia de lo planteado y revisar, constantemente, tus actuaciones individuales y colectivas, en función de un mundo mejor.En esta unidad podrás encontrarte con reflexiones que guiarán tu conocimiento hacia el logro de un estudiante y profesional consciente de su papel ante el complejo mundo de hoy.

EL ETHOS MUNDIAL QUE NECESITAMOS

Son tres los problemas que suscitan la urgencia de una ética mundial: la crisis social, la crisis del sistema de trabajo y la crisis ecológica. Todas estas crisis son de dimensiones planetarias.

En primer lugar, la crisis social. Sus indicadores son evidentes y no hay necesidad de exponerlos. El cambio de naturaleza en la actividad tecnológica, mediante la robotización y la informatización, ha favorecido una fantástica producción de riquezas. Riquezas de la que se apropian, de forma altamente desigual, grandes corporaciones transnacionales y mundiales que vienen a ahondar más aún el abismo existente entre ricos y pobres. Esa acumulación es injusta, porque está pésimamente distribuida. Los niveles de solidaridad entre los humanos han retrocedido a los tiempos de la barbarie más cruel.Este hecho despierta un fantasma aterrador: la posible bifurcación dentro de la especie humana. Por un lado, se configura un tipo de humanidad opulenta, situada en los países centrales, que controla los procesos científico-técnicos, económicos y políticos y en el oasis de los países periféricos, en la que viven las clases privilegiadas. Todos ellos se benefician de los avances científico-técnicos, de la biogenética, de la manipulación de los recursos naturales y viven en sus refugios cerca de 120 ó 130 años, tiempo biológico de nuestras células. Por otro lado, está la vieja humanidad, que vive con la presión de mantener un status de consumo razonable o simplemente en la pobreza, en la marginación o en la exclusión. Éstos, los desheredados y excluidos, viven como siempre ha vivido la humanidad y alcanzan, como mucho, un promedio de 60 – 70 años de expectativa de vida.

En segundo lugar, la crisis del sistema de trabajo: las nuevas formas de producción, cada vez más automatizadas, prescinden del trabajo humano; en su lugar, entra la máquina inteligente. De este modo se destruyen puestos de trabajo y se hacen innecesarios los trabajadores, creando un inmenso ejército de excluidos en todas las sociedades mundiales.Esta transformación, en la propia naturaleza del proceso tecnológico, exige un nuevo patrón civilizatorio. Habrá desarrollo sin trabajo. La cuestión principal ya no será el trabajo, que en el futuro, podrá ser el lujo de algunos, sino el ocio. ¿Cómo pasar de una sociedad de pleno empleo a una sociedad de plena actividad que garantice la subsistencia individual? ¿Cómo conseguir que el ocio sea creativo, que realice las virtualidades humanas? Liberado del régimen asalariado, a que fue sometido por la sociedad productivista moderna, especialmente la capitalista, el trabajo volverá a su naturaleza original: la actividad creadora del ser humano, la acción plasmadora de lo real, el demiurgo que convertirá los sueños y las virtualidades presentes en los seres humanos en acciones sorprendentes y en obras que expresarán lo que es y lo que puede la creatividad humana ¿Estamos preparados para este salto cualitativo encaminado a la plena expresión humana?

En tercer lugar, emerge la crisis ecológica. Los escenarios son también ampliamente conocidos, difundidos no sólo por reconocidos institutos de investigación que se preocupan por el estado global de la Tierra, sino también por la misma Cruz Roja Internacional y por diversos organismos de la ONU. En las últimas décadas, hemos construido el principio de autodestrucción. La actividad humana, irresponsable ante la máquina de muerte que ha creado, puede ocasionar daños irreparables en la biosfera y destruir las condiciones de vida de los seres humanos. En una palabra, vivimos bajo una grave amenaza de desequilibrio ecológico, que puede afectar a la tierra como sistema integrador de sistemas. La Tierra es como un corazón. Gravemente lesionado, el resto de los organismos vitales se verán afectados: los climas, aguas potables, la química de los suelos, los microorganismos y las sociedades humanas. La sustentabilidad del planeta, tejida por miles de millones de años de trabajo cósmico, puede verse desbaratada. La Tierra buscará un nuevo equilibrio que, seguramente, traerá consigo una inmensa devastación de vidas. Este principio de autodestrucción invoca urgentemente otro, el principio de corresponsabilidad que deriva de nuestra existencia como especie y como planeta. Si queremos continuar la aventura terrenal y cósmica, tenemos que tomar decisiones colectivas que estén ordenadas a la salvaguarda de la creación y al mantenimiento de las condiciones generales que permitan a la evolución

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