Procesos Y Tranformaciones Sociales De 1910a 1920
ddaniel5 de Marzo de 2013
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El proceso de desarrollo, el Estado y las transformaciones de las políticas sociales ante la globalización.
Una era de transición: de la aparente bonanza desarrollista a la incertidumbre asociada a la crisis.
Isaac Enríquez Pérez(*)
Resumen: La intensificación de los procesos de globalización en sus distintas
dimensiones está trastocando y redefiniendo las funciones del Estado, por lo
que las políticas públicas adquieren nuevas expresiones para responder al nuevo
patrón de acumulación que acompaña a estos procesos, y entrañar con ello una
nueva concepción del desarrollo nacional, o en muchos casos una anulación de la misma.
En la encrucijada de estas circunstancias, las políticas sociales en México han sido
transformadas en cuento a su diseño e instrumentación para corresponderse con el actual
patrón de acumulación y para dar forma a un nuevo papel del Estado en la promoción
del bienestar social.
Conceptos claves: Desarrollo, Estado, Estado de Bienestar, Estado desarrollista, políticas sociales, patrón de acumulación taylorista-fordista-keynesiano, patrón de acumulación flexible.
...ningún proceso capitalista se caracteriza tampoco por el
desarrollo socialmente armónico y económicamente homogéneo.
Al contrario, el desarrollo del capitalismo no es otra cosa que el desarrollo
de un conjunto determinado de contradicciones, que se expresan en niveles
que van desde el desarrollo desigual en el tiempo
(movimiento cíclico, sujeto a periódicas crisis) y en el espacio
(contrastes entre la ciudad y el campo, entre países adelantados y países atrasados),
hasta la cada vez mayor desigualdad en la distribución de la riqueza y el bienestar social
(Agustín Cueva, “El desarrollo del capitalismo en América Latina”).
El subdesarrollo no es un estado atrasado y anterior al capitalismo
sino una consecuencia de él y una forma particular de su desarrollo:
el capitalismo dependiente
(Theotonio Dos Santos, “La crisis de la teoría del desarrollo
y las relaciones de dependencia en América Latina”).
La aspiración de la igualdad ha sido el mayor fracaso de la voluntad nacional,
el terreno de la fisura entre los propósitos edificantes del país hablado y las
realidades oprimentes del país real. Ni el milenarismo cristiano de las ordenes
misioneras, ni las beneficencias y filantropías liberales decimonónicas,
ni el estado asistencial posrevolucionario del siglo XX, han tocado en lo profundo
el orden colonial de las desigualdades mexicanas (Hector Aguilar Camín, “Después del milagro”).
Para reestructurar el campo cognitivo a fin de repensar la política social falta un eslabón que se ha perdido por la eficiencia del paradigma neoliberal: el derecho a pensar la posibilidad de incidir directamente sobre las estructuras económicas (José Luis Coraggio, “¿Es posible pensar alternativas a la política social neoliberal?”).
El que el discurso político contemporáneo y los marcos normativos de las políticas públicas incorporen –como deberían– principios como la justicia social y la solidaridad humana, no significa que estos principios desaparezcan. Las aspiraciones que estos principios expresan continúan vigentes porque constituyen elementos esenciales y básicos de la condición humana (Andrés Pérez Baltodano, “Entre la utopía y el pragmatismo: política, gobierno y políticas públicas en América Latina”).
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