RESTAURACION, LIBERALISMO Y NACIONALISMO.
manuel217jxoj28 de Septiembre de 2014
868 Palabras (4 Páginas)546 Visitas
RESTAURACION, LIBRERALISMO Y NACIONALISMO. LAS REVOLUCIONES BURGUESAS.
Europa de la Restauración o Restauración europea es una denominación historiográfica para el periodo de la historia política de Europa que va de la derrota del Imperio Napoleónico (1814 y 1815) a la revolución de 1848. Marcado por la crisis del Antiguo Régimen y el triple proceso revolucionario de la revolución liberal, la revolución industrial y la revolución burguesa, el periodo de la Restauración significó el esfuerzo de las monarquías europeas para legitimarse en la tradición y la alianza entre Trono y Altar; combatiendo los principios revolucionarios que ponían en la voluntad general el origen de la soberanía (soberanía nacional contra el derecho divino de los reyes); procurando la represión de cualquier movimiento contrario entre sus súbditos (por ejemplo, los que se organizaron en movimientos político-sociales, como los carbonarios italianos) e incluso, especialmente, entre los militares (por ejemplo, los decembristas rusos).
El liberalismo económico significaba respeto a las libertades ciudadanas e individuales (libertad de expresión, asociación, reunión), existencia de una constitución inviolable que determinase los derechos y deberes de ciudadanos y gobernantes; separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) para evitar cualquier tiranía; y el derecho al voto, muchas veces limitado a minorías. Junto a este liberalismo político, el estado burgués del siglo XIX estaba también asentado en el liberalismo económico: un conjunto de teorías y de prácticas al servicio de la alta burguesía y que, en gran medida eran consecuencia de la revolución industrial. Desde el punto de vista de la práctica, el liberalismo económico significó la no intervención del estado en las cuestiones sociales, financieras y empresariales. A nivel técnico supuso un intento de explicar y justificar el fenómeno de la industrialización y sus más inmediatas consecuencias: el gran capitalismo y las penurias de las clases trabajadoras. La alta burguesía europea veía con preocupación cómo alrededor de las ciudades industriales iba surgiendo una masa de trabajadores. Necesita por tanto una doctrina que explicase esta hecho como inevitable y, en consecuencia, sirviese para tranquilizar su propia inquietud. Tal doctrina fue desarrollada por dos brillantes pensadores: el escocés Adam Smith (1723-1790) y el británico Thomas Malthus (1766-1834). Smith pensaba que todo el sistema económico debía basarse en la ley de la oferta y la demanda. Para que un país prosperase, los gobiernos debían abstenerse de intervenir en el funcionamiento de esa ley "natural": los precios y los salarios se regularían por sí solos, sin intervención alguna del estado y ello, entendía Smith, no podía ser de otra manera, por cuanto si se dejaba una absoluta libertad económica, cada hombre, al actuar buscando su propio beneficio, provocaría el enriquecimiento de la sociedad en su conjunto.
El nacionalismo se robusteció a raíz de las revoluciones liberales burguesas. En lugar de los vínculos personales en que sustentaba la lealtad al señor feudal o la sumisión al monarca absoluto, se abrió camino un nuevo tipo de relación: la del ciudadano libre dentro del marco del Estado-nación, formado por una unidad compuesta de elementos comunes como la lengua, la cultura y la historia. Los límites del territorio albergaban un Estado constituido por una colectividad claramente diferenciada de otras. Con la Restauración el nacionalismo constituyó una fuerza opuesta a los intentos de una ordenación artificial de los estados; ocurrió con los belgas, incómodos en su integración con Holanda; también con los polacos, que rechazaron la dependencia del Imperio Ruso; checos y húngaros, por su parte, intentaban desligarse del Imperio Austríaco.
El paradigma del nacionalismo europeo lo constituyeron las unificaciones
...