RESUMEN LA REPUBLICA

RESUMEN DEL LIBRO VII DE LA REPÚBLICA DE PLATÓN

El texto comienza con el mito de la caverna. Esto da una idea del contenido de este capítulo,

las teorías platónicas sobre cómo deben ser educados los individuos para alcanzar la sabiduría,

virtud imprescindible que tienen que poseer los gobernantes del estado ideal platónico.

Para Platón el conocimiento se alcanza cuando llegados a la contemplación del mundo de

las ideas (cuando salimos de la caverna y alcanzamos la luz, según su metáfora). Él expresa este

concepto de mundo de las ideas con varias expresiones: ámbito de lo inteligible (haciendo

referencia a que es una realidad intelectual), lo cognoscible (donde está el conocimiento), las cosas

divinas (eternas y superiores al mundo material, que es una copia de ellas), lo que es ( lo realmente

existente, frente al mundo físico que es una mera sobra de esta auténtica realidad).

Por otra parte, el mundo material o físico (nuestro mundo, la caverna en el mito que Platón

nos cuenta al principio) se designa también de varios modos: la región que se manifiesta por medio

de la vista (haciendo referencia a que es el mundo que percibimos por los sentidos), el ámbito

visible, lo que tiene génesis (génesis significa nacimiento, y quiere expresar con esto la fisis, palabra que

hace referencia al nacer; en el mundo material se da el cambio, como decía Heráclito, el nacimiento y la muerte,

no como en el mundo de las ideas, inmutable como decía Parménides), lo que deviene.

La educación consiste pues en un proceso por el cual vamos hacia el mundo de las ideas

(pág. 344). Sucede entonces que se plantea la objeción de que aquellos que han llegado al mundo de

las ideas no quieran mancharse con las cosas políticas, pues ya no querrán volver al despreciable

mundo material (bajar a la caverna) (pág. 345). Habrá que obligarles, porque el estado platónico no

mira por una clase determinada, sino por el conjunto (el todo armonioso) (pág. 345). Por eso

gobernarán quienes menos desean hacerlo (pág. 346), acabando con la corrupción (pág. 346), basada

en el deseo material.

Ahora, ¿cómo educar?. Debe partirse de aquellos que participan en la guerra (los soldados)

(pág 348), que ya han pasado por la gimnasia, para el cuerpo, y la música, para el espíritu (págs. 348-

349). Ahora la educación debe completarse con las matemáticas, necesarias para todas las artes y

ciencias (pág. 349), y que son un camino para el mundo de las esencias (las ideas), entre otras cosas

porque suscitan percepciones contrarias (pág. 351). Por ejemplo, cuando vemos algo que es una cosa,

una unidad, también vemos que es múltiple, que está compuesto de partes. Esta contradicción

impulsará a nuestro espíritu a no conformarse con lo puramente visible, el mundo material, y a

seguir investigando (pág. 353). Recordad además cómo las matemáticas no son materiales, los

números están más allá de lo material (pág. 354). Después del cálculo y la aritmética habrá que

estudiar geometría (pág. 356), y luego astronomía, que es geometría en movimiento. Pero

astronomía en cuanto a un conocimiento matemático, que apunta a las ideas, no en cuanto que mira

hacia los astros (que son parte de mundo físico y material (pág. 360). Lo mismo en relación con el

estudio más avanzado de la música (pág. 363).

El último estudio debe ser la dialéctica, donde mediante el dialogo razonado se llega al

mundo de las ideas con su culmen que es la contemplación del Bien (el sol en el mito de la caverna

(pág. 364). La dialéctica sería la auténtica ciencia y la matemática sería un conocimiento discursivo.

Ambos pertenecen a la inteligencia. El conocimiento a través de los sentidos pertenecería a la

opinión (es inferior) (pág. 366).

Las personas a educar deben ser elegidas entre las más valientes, bellas y esforzadas (pág.

368). La matemática debe empezar como un juego (teoría pedagógica de Platón, muy moderna por

cierto) (págs. 370-371). A los 20 años se empezará ya más seriamente (pág. 371). A los 30 ya

comenzarán la dialéctica, aunque de forma moderada, pues pueden caer en el escepticismo (como

conseguía Sócrates con sus interlocutores) (págs. 372-373). Sólo a partir de los 50 podrán ser

gobernantes (sólo en la vejez se alcanza la sabiduría, después de un largo camino ) (pág. 375). Y

acaba ya Platón con un alegato feminista: la dicha vale también para las mujeres.

Describe luego las ciencias a que debe consagrarse el que está destinado a gobernar elEstado. Se trata de elevarlo de la zona de las tinieblas a la realidad. La aritmética es la ciencia másadecuada para ello, y también aquellas otras relacionadas con la aritmética, como la geometría, plana y sólida, y la astronomía.Presentan contradicciones aparentes que invitan a la reflexión; presuponen y desarrollan lafacultad de concebir abstracciones y razones en forma consecuente, lo cual es indispensable para

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