Real Hacienda

La historia de la Hacienda en Venezuela comenzó efectivamente el 17 de febrero de 1531 cuando la reina Juana la Loca, dictaba y firmaba en Ocaña (Castilla la Nueva), las instrucciones para el cabal desempeño de la misma, cuya gobernación estaba en poder de los Welser, en la persona de Ambrosio de Alfinger, desde el 27 de marzo de 1528.Ella estaba decidida a ejercer un estricto control en la administración de sus posesiones en las Indias. Estaba claro que aunque el gobierno fuese de los Welser gobernaba en nombre de Castilla y a Castilla se entregaban cuentas..

Instrucciones para el desempeño de la Real Hacienda.

Esas instrucciones disponían que la Hacienda estuviese al cuidado de 3 personas: un tesorero que se encargaba de garantizar la equivalencia de las cuentas con lo existente en la caja , un contador quien llevaba las cuentas y hacía los cálculos; y el factor veedor quien “veía” que todo funcionara correctamente. Todo el caudal en oro y en perlas que perteneciese a la administración real, debía ser depositado en un arca con tres cerraduras, cuyas diferentes llaves estarían respectivamente en manos de esos 3 oficiales , de manera que uno solo de ellos no la pueden abrir para meter o sacar algo: debía ser abierta necesariamente estando los 3 reunidos.

En la misma arca, junto con el tesoro, debía guardarse un libro encuadernado que se titulaba Libro común y General, en donde se asentaban todos los ingresos y gastos, explicándose detalladamente el origen de las rentas y razón de los egresos, debiendo ir firmada por los 3 oficiales cada una de las partidas, so pena de 100.000 maravedís por cada emisión. En otro libro grande titulado Libro de acuerdos, que pertenecía en poder del tesorero, se asentaba las resoluciones tomadas en consulta por los 3 oficiales y aunque podían ir firmadas sólo por 2 de ellos, debían ser respetadas por los 3 bajo pena también de 100.000 maravedís. A su vez, cada uno de los 3 oficiales estaba obligado a llevar su propio libro donde asentaría el cargo (ingreso) y la data (egresos). Cuando se hacía el examen de las cuentas por un gobernador o algún fiscal de la Audiencia de Santo Domingo, se cotejaban los libros, que debían coincidir exactamente.

Mudanzas.

Durante los primeros siglos de dominación española, la Real Hacienda mudó 5 veces en procura de seguridad y eficacia, y siguiendo los pasos de los conquistadores se estableció en Nueva Segovia de Barquisimeto, pasó a Burburata cuando se fundó en la cercanía del actual Puerto Cabello y allí permaneció desde 1551 hasta 1559, cuando los continuos asaltos corsarios obligaron a retornarla a Barquisimeto hasta 1577 en que fue trasladada ya definitivamente a Santiago de León de Caracas.

Intendencia de Ejército y Real Hacienda.

Con la creación de la Real Intendencia el 8 de diciembre de 1776, La Real Hacienda fue puesta por completo en manos de los intendentes, siendo el primer asignado Don José de Abalos con el fin de vigilar todo lo relativo al ingreso y gastos de la institución, con el auxilio de numerosos funcionarios locales y del Tribunal de Contadores de Cuentas. Con esta nueva medida se logró la unificación de la Real Hacienda de las provincias de Cumaná, Margarita, Guayana, Maracaibo y Venezuela; permitiendo ponerle orden a la recaudación de impuestos los cuales se derivaban del usufructo de las regalías, destinadas sobre todo a las actividades vinculadas con la industria y el comercio, algunos de estos impuestos era el Quinto Real (20% por la explotación de las minas) y el almojarifazgo ( pagado sobre el valor de las mercancías que entraban y salían de las colonias).

En Venezuela, los ingresos de la Real Hacienda fueron escasos, al menos durante los primeros dos siglos. Esto se debía al poco desarrollo económico y a la escasez de minerales.

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