Reflexión Del Libro "El Pueblo Del Sol"
JoszGarcini20 de Marzo de 2013
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Me sorprende mucho la filosofía con la que vivían los antiguos pobladores del Altiplano Central del México Prehispánico, esa manera tan particular de ver el mundo. Para empezar, analizando el politeísmo, que a diferencia del monoteísmo, se aleja un poco de la perfección, pero tiende más a la especialización; en lugar de que un Dios maneje TODO, varios dioses, tanto en unión como en guerra entre ellos, complementan el mundo de tal forma, que cada uno de los sucesos y cosas tan simples de la vida tiene su propio mito y su propia explicación religiosa, un claro ejemplo: La leyenda de Huitzilopochtli.
Toda la forma en cómo conciben y viven con la religión, la gran idea de que sin obscuridad no hay luz y que para que haya un nuevo día debe haber una noche: ésta dualidad permanente en todos los sentidos de la religión, como incluso, la religión origina la ciencia pues los incentivo para hacer calendarios, investigaciones de los astros, investigaciones para la construcción de sus pirámides y muchos avances científicos.
También a pesar de que los ritos de los aztecas eran mucho más sanguinarios con los de los otros pueblos, estos ritos tienen su fundamento, y esos (para mi personal punto de vista) son los mejores, o más bien, los que se deberían tomar más en cuenta, pues la intención es noble: agradecer a los dioses, hacerles culto, etc.
Tenían una organización TAN precisa que hasta en las clases sociales se reflejaba este amor a la religión, con los sacerdotes en los principales escalones sociales, además de los guerreros que hay que recordar que también juegan un papel muy importante en la religión, esto por el dios Huitzilopochtli que era el dios del sol, y aunado a eso, el dios de la guerra. Y este tipo de cosas, son curiosas porque muestra a un hombre demasiado dependiente en creer que hay algo mucho más superior que el.
Lo malo es que para el hombre moderno, acostumbrado a la naturaleza inanimada o vivir a través de los recursos proporcionados por la ciencia le es difícil y tonto creer que incluso dar tu vida para los dioses era un honor: aquel, en el que todo era consabido de manera diferente y mucho más espiritual. Aquel modo de vida en el que la religión era lo primero, se le hace que es una tontería de gente “inculta”, subestima mucho a los indígenas, a pero eso sí, no se hable de un extranjero porque ya lo está alabando, y comparando (para mal, pues le funciona para criticar). Opino que es importante que primero veamos las riquezas propias que las de otros, porque esto es una GRAN riqueza cultural, esa perfecta forma como cada cosa tenía su explicación, es algo que debería ser reconocible.
Otra cosa que es raro (aparentemente halando) es la semejanza entre la magia, religión y ciencia, pues está por demás saber que magia y religión tienen la concepción de que hay un mundo sobrenatural por encima del mundo natural. Pero a pesar de esto unas dieron origen a otras y además se iban (y aun hasta nuestros días) complementando entre sí. Por ejemplo, la magia que actuaba de manera objetiva al igual que la ciencia, querer dominar el mundo pues magia y ciencia son disciplinas que tienen por objeto dominar el mundo, entre otras cosas.
Aunque también el politeísmo trajo algunos inconvenientes, como por ejemplo: a veces pasaba entre los indígenas que confundían una deidad con otra; o había confusión, pues los indígenas concebían a varios dioses lo que en la mente de los sacerdotes solo era manifestaciones o advocaciones de un mismo dios.
Y, como es de imaginarse, el título del libro se fundamenta en que era un pueblo totalmente religioso, en el que su dios principal era Quetzalcoatl dios del agua y aire, y Huitzilopochtli el dios de la guerra y el sol, donde una vez más se muestra el dualismo de este mundo mágico.
Muchas de sus ideas viéndolas de manera metafórica son perfectamente ajustables a la vida
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