Reino Unido Siglo XVI-XVIII
Joooocelyn9 de Septiembre de 2012
6.362 Palabras (26 Páginas)1.243 Visitas
SIGLO XVI –XVIII
En la etapa posterior a la Guerra de los Cien Años, la disputa dinástica entre los Lancaster y los York desencadenó la Guerra de las Dos Rosas, que culminó con el ascenso al poder de los Tudor en 1485. El período de los Tudor es considerado el comienzo del moderno Estado británico. Uno de los Tudor, Enrique VIII (1509-47) rompió con Roma y fundó la Iglesia Anglicana. El deseo de extender la autoridad inglesa y la reforma religiosa a Irlanda hicieron que la hija de Enrique, Isabel I, impusiera su dominio en el Ulster. La invasión de Irlanda por parte de los Tudor dio origen a siglos de conflicto político y religioso.
Bajo el reinado de Isabel I florecieron la poesía y el teatro. Fue el tiempo de Ben Jonson, Marlowe y William Shakespeare. Se desarrollaron la industria y el comercio, y dio inició la aventura colonial, embrión del futuro Imperio. Luego de vencer a la armada española –llamada Armada Invencible–, la marina británica se convirtió en la «dueña de los mares», sin que hubiese flota capaz de oponérsele.
Los barcos mercantes ingleses, los que se usaban para el tráfico de esclavos, los piratas y corsarios, o los buques con nuevos colonos, surcaron libremente los océanos. Los mercados se multiplicaron, la demanda creció rápidamente y los productores se vieron obligados a emplear nuevas técnicas para acelerar su producción. Fue el prólogo de la Revolución Industrial que se desarrolló en el país a partir del siglo XVIII.
En 1603, la corona de Jacobo I (Jacobo VI de Escocia) puso fin a la independencia de la monarquía escocesa. La intolerancia religiosa del hijo de Carlos I, hijo de Jacobo, causó una rebelión en Escocia y creciente descontento en Inglaterra. La situación llevó a los ingleses a la guerra civil, que estalló en 1642. El deterioro de la situación política llevó al partido puritano a armar su propio ejército apoyado por el Parlamento y dirigido por Oliver Cromwell, que venció a las fuerzas reales en 1646 y otra vez en 1648.
En 1649, el Parlamento ejecutó al rey y proclamó a Cromwell «Lord Protector», estableciendo la república del Commonwealth. Ideas radicales sobre la igualdad entraron en el movimiento parlamentario, notablemente entre los Levellers (niveladores), que abogaron por una democracia política y la abolición del sistema de clases inglés. Sus ideas fueron omitidas y los líderes cayeron en manos de Cromwell que los encerró en la Torre de Londres. Tras la muerte de Cromwell, en 1658, la monarquía fue restablecida con Carlos II.
Las prioridades del nuevo régimen eran impulsar la colonización de Norteamérica y el comercio con América, Extremo Oriente y el Mediterráneo. La trata de esclavos –secuestro, tráfico y venta de africanos a América y otros lugares– iniciada en el siglo XVI, se convirtió en una de las principales fuentes de ingreso del imperio.
La política absolutista de Jacobo II (sucesor de Carlos II) y su profesión de fe católica chocaron con el Parlamento protestante y provocaron la Revolución Gloriosa. El rey huyó a Francia y los protestantes invitaron al holandés Guillermo de Orange a asumir el trono. En 1689, Guillermo III juró sobre la Declaración de Derechos, que limitó los poderes reales y aseguró la supremacía del Parlamento.
John Locke sintetizó el ideal revolucionario sosteniendo que el ser humano tiene derechos naturales básicos: a la propiedad, a la vida, a la libertad y a la seguridad personal. El gobierno, creado por la sociedad para proteger esos derechos, debe cumplir con su misión; si no lo hace, el pueblo tiene derecho a resistir su autoridad.
En 1707 se unificaron los parlamentos de Escocia e Inglaterra y se creó el Reino Unido de Gran Bretaña. El país intervino en la guerra de sucesión de España y, por el Tratado de Utrecht (1713), obtuvo Menorca, Gibraltar y Nueva Escocia. El creciente peso de los impuestos, como se expresó por ejemplo en la Ley del Timbre (1765), provocó un levantamiento en las colonias americanas que culminó con la independencia de Estados Unidos en 1776.
En este período los terratenientes unieron sus intereses a las clases mercantiles y se consolidaron los dos grandes partidos: el conservador (Tory) y el liberal (Whig). Las bases del liberalismo económico fueron desarrolladas en esos años por Adam Smith. La política imperial se sirvió de esta doctrina para abrir, incluso por la fuerza, los puertos y mercados de África, América y Asia, como en la Guerra del Opio contra China a mediados del siglo XIX.
En 1801, después de sofocar la sublevación nacionalista irlandesa de 1798, se creó el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, con la disolución del Parlamento irlandés.
Esto es en Resumidas cuentas, pero que pasaba en cada uno de los países que integran el ahora Reino Unido.
INGLATERRA:
La Reforma (1509–1603)
El rey Enrique VIII, quien rompió con la Iglesia Católica Romana y se estableció como principal autoridad de la Iglesia de Inglaterra.
En este período Enrique VIII rompió los vínculos que le ataban al Vaticano. Con la ruptura, el monarca se instituyó como máxima autoridad de la Iglesia inglesa. Esta ruptura se consolidó con su hijo y heredero del trono, Eduardo VI bajo cuyo reinado, entre otras medidas, se dejó de exigir el celibato a los clérigos y se retiraron las imágenes de los templos religiosos. Algunas medidas de Eduardo VI provocaron multitud de conflictos entre el estado y muchas parroquias. Esa situación permitió a María I acceder al trono en 1554 restaurando de nuevo el catolicismo. No obstante, al morir sin descendencia en 1558, Isabel I convirtió Inglaterra definitivamente en un país de preponderancia protestante.
Las dos revoluciones del siglo XVII (1603–1707)
Los reyes de Inglaterra eran poderosos, pero no disponían de ejército regular y sus ingresos eran limitados. Trataron de encontrar fondos sin tener que depender del Parlamento. Inglaterra era un país claramente protestante y cualquier movimiento que pudiera interpretarse como un intento de restablecer el catolicismo era objeto de una violenta respuesta. La incapacidad de Carlos I de dar respuesta a estos problemas originó la guerra civil.
Jacobo I (1603–1625)
Cuando Jacobo I subió al trono inglés, ya había sido rey de Escocia durante 36 años, y había aprendido a sobrevivir. Por un lado, era flexible y voluntarioso para llegar a acuerdos y por otro era rudo e indecoroso.
Jacobo pretendió la coexistencia de todas las religiones, pero un grupo de católicos, en la Conspiración de la Pólvora, de 5 de noviembre de 1605, atentaron contra el gobierno. Fueron ejecutados. En lo sucesivo, los católicos fueron considerados posibles traidores. Jacobo heredó una deuda que incrementó gastando mucho dinero con sus favoritos. Terminó la guerra con España y mantuvo a Inglaterra al margen de la Guerra de los Treinta Años. La corona apoyó la colonización del Ulster. Los cargos en Irlanda exigían jurar la Ley de Supremacía, lo que significaba la exclusión de los católicos. De este modo, los ingleses se hicieron dueños del Parlamento irlandés. Los colonos fueron mayoría en el Ulster, mientras en el resto de Irlanda solo representaban una minoría combativa.
Carlos I (1625–1642)
Carlos I era remilgado y retraído, buen padre y marido, pero sin cualidades negociadoras. Se enfrentó a España en la Guerra de los Treinta Años. Fracasó en su ataque a Cádiz y en su intento de liberar a los hugonotes franceses. En 1628 pidió dinero al Parlamento, que a cambio redactó la Petición de Derecho contra el arresto arbitrario, el impuesto extraparlamentario, el reclutamiento de tropas gratuito y la ley marcial. Carlos fingió aceptar la petición, pero dejó de respetarla al cabo de poco tiempo, y disolvió el Parlamento en 1629. Empezaron entonces los once años de gobierno absolutista. En 1629, Carlos firmó la paz con Francia y en 1630 la paz con España. En 1637, estaba en la cumbre de su poder, con el presupuesto equilibrado.
Sin embargo, su política religiosa disgustaba a sus súbditos: en su apoyo al anglicanismo frente al calvinismo, muchos veían una restauración del papado. En Escocia intentó imponerse a la Iglesia presbiteriana. En 1638 los escoceses formaron una Alianza Nacional y Carlos envió un ejército contra ella. Es el comienzo de las llamadas Guerras de los tres reinos, una sucesión de conflictos interconectados que se sucederían en Escocia, Irlanda e Inglaterra hasta 1651, entre los que se incluyen la Guerra Civil Inglesa con sus tres fases.
Al comienzo de las Guerras de los Obispos (1639-1649), Carlos no consiguió formar un ejército con garantías y se vio obligado a firmar la paz en 1639. En 1640 sufrió una derrota y los escoceses invadieron Inglaterra, venciendo en Newcastle y ocupando la zona nororiental del país. En noviembre de 1640, Carlos, sin dinero, convocó al Parlamento, que ya no se había de disolver en vida del monarca en lo que se conoce como Parlamento Largo. En 1641 se llegó a un acuerdo pacífico con los escoceses.
La primera sesión del Parlamento Largo duró hasta agosto de 1641. Se abolieron las medidas financieras de la Corona establecidas en la década anterior y los tribunales de prerrogativa real. Carlos aceptó, pero el Parlamento no le creyó. El Parlamento atacó entonces a los principales ministros: Strafford y Laúd fueron ejecutados. El Parlamento aprobó la Ley Trienal, que obligaba a reunir el Parlamento cada tres años; su disolución solo se produciría por acuerdo de sus miembros.
En octubre de 1641 se produjo una nueva rebelión en Irlanda. Muchos protestantes fueron asesinados. Los católicos ingleses apoyaron a los irlandeses. La Confederación
...