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Tema 2 Del Siglo XVI Al Siglo XVIII- Historia De España

aafg3218 de Febrero de 2014

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TEMA 2. La Edad Moderna (ss. XVI-XVIII)

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 La España de los Austrias: el reinado de Carlos I de España y V de Alemania.

1. El movimiento comunero.

La rebelión de los comuneros, que surgió en 1520, fue el mayor problema al que tuvo que enfrentarse Carlos I en Castilla. Su origen hay que situarlo tras la muerte de Isabel la Católica, momento en el que se registraron graves trastornos sociales y políticos, que se complicaron tras las regencias de Fernando y del cardenal Cisneros.

Cuando Carlos I llegó a Castilla, vino rodeado por una corte extranjera a la que ofreció los principales cargos, alejando a los castellanos del rey y del poder. Este hecho dificultó su aceptación como rey por parte de las Cortes castellanas y aragonesas, sin embargo Carlos pudo solventar estas dificultades gracias a la concesión de diversas recompensas. Esta situación se complicó cuando en 1519 muere su abuelo Maximiliano de Austria, y Carlos se convierte en candidato a ser nombrado emperador. Los castellanos querían un rey para ellos y no un emperador que no atendiese sus problemas, sin embargo Carlos lo único que deseaba era conseguir el dinero necesario para su elección, de ahí que convocara Cortes en Santiago para marzo de 1520. En estas Cortes las ciudades se negaron a dar dinero al Rey para la empresa imperial. En mayo de 1520 el Rey marchó hacia Alemania dejando a Adriano de Utrecht al cargo de Castilla durante su ausencia. Este hecho facilitó la rebelión.

El levantamiento de los comuneros de Castilla lo encabezó Toledo, que expulsó a su corregidor, y enseguida la revuelta se extendió a otros núcleos como Segovia, Zamora, Madrid, Ávila o Salamanca, que hicieron lo mismo y proclamaron la comunidad, teniendo como cabecillas a Padilla, Bravo y Maldonado. En julio de 1520 los distintos delegados se reunieron en Ávila, crearon una junta revolucionaria y organizaron un gobierno alternativo rival, ofreciendo la Corona a la madre de Carlos I, Juana. En septiembre de 1520 el movimiento alcanzó el punto álgido de su poder e intentó poner condiciones al monarca, en las que se reclamaba la reducción de impuestos, el fin de la salida de la moneda castellana hacia otros territorios del Imperio, la protección de la industria textil castellana, la existencia de una monarquía menos autoritaria y la exclusión de los extranjeros de los cargos políticos, de hecho, se depuso al regente Adriano de Utrecht.

Sin embargo tras la formación de la Junta, la situación de los comuneros evolucionó por dos motivos: la división interna del movimiento entre reformistas y revolucionarios y las iniciativas políticas del Rey. Los comuneros comenzaron a atacar a los altos funcionarios, acusados de tolerar abusos y aprovecharse de ellos, y en las ciudades rebeladas los caballeros (sector del que se nutría la administración) fueron expulsados de sus cargos, alejándose éstos de la comunidad. Además, al denunciar los abusos de poder, muchos sectores de la población comenzaron a reivindicar derechos a sus señores, levantándose en armas contra ellos. De esta forma la nobleza terrateniente, en un principio partidaria de los comuneros, empezó a alejarse de ellos. También los comuneros, muchos de ellos artesanos y pequeña burguesía, reclamaban la protección de la industria nacional, especialmente la textil, muy perjudicada por la exportación de la lana, sin embargo esto supuso que se enfrenara el centro contra la periferia, y que Burgos y la alta burguesía, beneficiados por la exportación, abandonaran la lucha.

Carlos I por su parte, tomó una iniciativa política en la que renunció al dinero pedido en las Cortes de Santiago y nombró a otros dos gobernadores: Fadrique Enríquez e Iñigo Velasco, almirante y condestable de Castilla, contando a partir de entonces con el apoyo de la nobleza y la alta burguesía en el bando real.

En el campo de batalla los comuneros no fueron enemigos para el ejército real y las fuerzas de la nobleza, y fueron derrotados en la batalla de Villalar el 23 de abril de 1521. Al día siguiente fueron ejecutados los jefes de la rebelión, Juan Padilla, Juan Bravo y Pedro Maldonado. A pesar de ello Toledo resistió seis meses más. Otros líderes comuneros permanecieron encarcelados, y pocos años después fueron perdonados. Pese a esta rendición, Toledo fue escenario de una nueva revuelta en febrero de 1522, dirigida por María Pacheco, viuda del líder comunero Padilla, que terminó con el exilio de ésta a Portugal y la derrota de los comuneros. Tras la derrota el poder real de Carlos se fortaleció aún más en Castilla y las Cortes se convirtieron en un simple instrumento del rey e instrumento principal de su política imperial en Europa..

Durante el reinado de Carlos I también se produjo otro problema: Las Germanías. Las Germanías estallaron casi paralelamente al movimiento comunero. Afectaron a casi todos los estados de la Corona de Aragón, aunque los hechos más graves sucedieron en Valencia. En el verano de 1519, aprovechando la huida de las autoridades municipales por temor a la peste y a los ataques berberiscos, los agermanados se hicieron con el control de la ciudad de Valencia. Las Germanías fueron una revuelta de artesanos, de pequeña burguesía y de campesinos contra la oligarquía ciudadana, la nobleza y el alto clero. Pedían democratización de los cargos municipales y mejora de los arrendamientos campesinos. Era una revuelta de los más débiles contra los poderosos y pidieron protección al monarca frente a los abusos de estos. Pero Carlos I se alió con la nobleza y los agermanados fueron derrotados en 1521. La revuelta también fracasó en Mallorca y en algunos lugares de Cataluña

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 La España de los Austrias: el reinado de Felipe II.

2. El régimen polisinodial

La forma de gobierno de la España de los Austrias fue la monarquía autoritaria, caracterizada por la tendencia a la concentración del poder de los monarcas. Durante la dinastía de los Austrias, la diversidad y lejanía de los territorios del Imperio, hizo que fuera necesaria la figura de un representante del rey en los mismos, conocido con el nombre de virrey o gobernador, el cual llegó a ostentar tanto poder, que tuvo que someterse en numerosas ocasiones a mecanismos de control.

Otro rasgo característico del gobierno de los Austrias fue que cada reino mantuvo sus instituciones y sistemas de representación. Así mientras que en Castilla las Cortes estuvieron sometidas al poder real; en la Corona de Aragón las Cortes se convirtieron en órganos de resistencia frente al autoritarismo regio, al igual que en Navarra, por la existencia de fueros.

Pero si hay que destacar un aspecto de la política de esta dinastía, ese fue el denominado como gobierno polisinodial. Este sistema tomó como referencia las instituciones creadas por los Reyes Católicos, pero aumentando su complejidad. Consistió en la existencia de una serie de consejos, órganos encargados de asesorar al monarca con una serie de funciones. Dentro del llamado gobierno polisinodial se desarrollaron los siguientes consejos:

• Consejos Supremos (con competencias en todos los territorios):

o Consejo de Estado: Estaba por encima de todos. Asesoraba al rey en los asuntos más graves.

o Consejo de Guerra: Se centró en los asuntos bélicos y contó con el asesoramiento de técnicos militares. Lo presidía el rey.

o Consejo de la Inquisición: Fue la máxima autoridad en materia de fe.

• Consejos materiales (con competencias sólo en Castilla y según materia responsable):

o Consejo de Órdenes: Administraba los territorios de las órdenes militares (Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa)

o Consejo de Cruzada: Administraba la Bula de Cruzada o gracias espirituales concedidas por el Papa en la lucha contra los infieles.

o Consejo de Hacienda: Se encargó de la administración de las finanzas.

• Consejos territoriales (órganos asesores según territorio):

o De Castilla: Era la columna vertebral castellana, con amplias competencias.

o De Aragón: Se encargaba de todos los territorios de la corona aragonesa.

o De Portugal: Sus miembros eran todos portugueses.

o De Indias: Trataba los asuntos americanos.

o De Flandes, de Navarra y de Italia (solo los territorios conquistados)

En cuanto a la organización de estos consejos, al frente había un presidente, al que le seguían a los consejeros togados (letrados) y consejeros de capa y espada (nobles), junto a sus escribanos, tesoreros, alguaciles. En ocasiones se formaban Juntas, que eran comités específicos que asesoraban al monarca en materias muy concretas.

Finalmente, y para la financiación de toda la política imperial, los Austrias contaron con un importante aparato hacendístico. Por un lado existieron los impuestos directos, repartidos por los distintos territorios, en el que la Iglesia contribuyó mediante las tercias reales (parte del diezmo), la bula de Cruzada (donativo para luchar frente al infiel), el subsidio y el excusado (rentas de bienes eclesiásticos). Por otro lado estuvieron los impuestos indirectos como la alcabala (diez por ciento de las ventas), además del impuesto de consumo aplicado a diversos productos básicos como el vino o el aceite. Sin embargo, a pesar de la recaudación de todos estos impuestos y de las riquezas procedentes de América, los Austrias tuvieron que acudir a los préstamos de los principales banqueros de la época, además de tener que crear deuda pública en forma de juros, un hecho que a largo plazo, dejó en muy mal

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