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Relaciones Internacionales: El pensamiento de los Clásicos


Enviado por   •  17 de Enero de 2020  •  Síntesis  •  2.233 Palabras (9 Páginas)  •  208 Visitas

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Desde el establecimiento de las primeras relaciones diplomáticas a lo largo de la historia se ha dejado entre ver que la presencia internacional reside en el poder los estados tanto a nivel político como económico; de 1914 a 1918 tuvo lugar una inflexión radical en la política mundial: la Primera Guerra Mundial había descompuesto la realidad política internacional en un grado inimaginable. Europa había perdido protagonismo y la hegemonía en la escena internacional, aunque sus grandes potencias e imperios aun poseían un considerable poder y dominio territorial gracias a sus colonias, pero la contienda había desvelado su debilidad inherente, su incapacidad de adaptarse a los cambios que ocurrieron después y principalmente su “ceguera” ante los acontecimientos surgidos durante los años veinte.

Con el establecimiento de la república en el antiguo imperio Alemán y el sistema soviético en Rusia, Europa comienza una redefinición de su sistema organizacional en materia política y que en cierta medida también afectó económica y socialmente a la población en general; si durante el siglo XIX las monarquías habían dictado la última palabra en estos sectores gracias al poder que ostentaban y las clases altas que fueron sus principales adeptas, a partir de 1919 surgen diferentes manifestaciones con las cuales los países que resultaron más castigados por las consecuencias de la guerra se puede decir que comienza un etapa de cambios de forma interna que posteriormente derivan a nivel internacional, tanto en las artes como en la filosofía y sobre todo en el pensamiento de las masas.

De 1920 a 1938 se le conoce como periodo entreguerras, las potencias europeas habían practicado una política a la que se le denominó “de apaciguamiento”, con la que se creía que así los regímenes totalitarios, surgidos durante este tiempo (nazismo, fascismo, stalinismo) independientemente de la evolución del pensamiento social en la población, desistirían de sus ambiciones mayores, conformándose con la implantación de sus ideologías en espacios geopolíticos definidos al modo megalomaníaco habitual, aunque sin las connotaciones destructivas del gigantesco alcance que después demostraron de forma real.

Incluso debido a la forma en que fue evolucionando la sociedad, al a ser más rápida de lo que había sido anteriormente, y con el surgimiento del consumismo entre la población contribuyó también a la expansión de estos sistemas gracias al sentimiento de enfoque nacionalista que la primera guerra dejó como remanente en la mentalidad de las personas afectadas por ella y también por la que de alguna manera sentían resentimiento, además de las consecuencias que aparecieron a raíz de la Crisis de 1929 dando como resultado una especie de “caldo de cultivo” para que se afianzaran con mayor fuerza sus ideas entre ella.

De lo anterior derivan los antecedentes planteados por el Realismo, el cual establece que todos los países en el mundo coexisten en un escenario a menudo denominado sistema internacional, donde la principal característica reside en la eterna lucha por poder. Esta postura plantea abiertamente su oposición al idealismo, planteado por el presidente americano Thomas Woodrow Wilson, el cual estableció que  el marcado ideal de cooperación y armonía internacionales no encajaba en un mundo regido por el conflicto y la anarquía1.

El realismo se aborda mediante dos perspectivas: la primera consiste la dimensión de la población debido a la cantidad de millones de habitantes del planeta, la mayoría de los tratadistas confrontan este problema agrupando a todos los países en un solo escenario internacional, mientras que la segunda lo representa la constante transformación que sufre el escenario internacional, ya que el mundo cambia día con día.

Para el Realismo los conflictos del mundo no son un mal que se pueda erradicar, sino más bien son meros resultados de las fuerzas inherentes de la naturaleza humana; los conflictos nacen a raíz del continuo choque que experimentan los Estados debido a sus intenciones de sobrevivir, prevalecer, dominar, y propagarse.

Los primeros autores realistas incluyen personajes clásicos como Tucidides y Maquiavelo, ya en la epoca contemporánea el realismo está representado por Hans Morgenthau, Henry Kissinger, George Kennan y Robert Gilpin, entre otros.

Estos autores afirman que el carácter egocéntrico de los países en el sistema internacional tiene su origen en el deseo inherente, y casi insaciable, que posee el hombre por poder. Al analizar las relaciones entre los diferentes Estados del mundo se encuentra el hecho de que estos están formados por individuos y, como resultado, estos adoptan las características de los individuos que los forman.

El principal tratadista de esta corriente fue Hans Morgenthau quien expuso en su obra “Política entre las naciones: La lucha por el poder y la paz”, lo que a su consideración representan los principios del Realismo. Morgenthau se centra en

analizar el fenómeno del poder en la política internacional y la obstinada batalla por conseguirlo. Sostiene que los problemas del mundo se deben a tres causas irremediables: el deseo de poder del hombre, la definición de los intereses nacionales en términos de poder, y la naturaleza anárquica del sistema internacional.

Según él, los Estados, en su lucha por poder, van a presentar tres patrones determinantes en su conducta:

El primer patrón está representado por la aplicación de políticas para mantener el poder ya adquirido, en otras palabras, para mantener el status quo2.

El segundo se refiere al incremento de poder, los Estados que requieran un aumento de poderío se van a valer de acciones para llevarlo a cabo. En tercer lugar, los países que no consideren como una prioridad su aumento o disminución de poder van a utilizar políticas de prestigio, como por ejemplo ceremonias diplomáticas y despliegues de fuerzas militares, todo esto con el fin de demostrar su poder.

La posibilidad de modificar esta naturaleza egoísta de los Estados es nula; sin embargo, los conflictos se pueden minimizar mediante la diplomacia de los Estados, la cual será la encargada de procurar que exista un equilibrio de poder, es decir, que una sola potencia no sea capaz de dominar el sistema internacional por completo. Un ejemplo de los métodos diplomáticos que utilizan los Estados se realiza mediante la firma de alianzas.

Aunque hoy en día las alianzas se manejan como acuerdos económicos, lo cierto es que su antecedente directo se remonta a finales del siglo XIX cuando el canciller alemán Otto von Bismarck patrocinó después de la guerra franco-prusiana para aislar a Francia y evitar así su hipotética venganza tras la derrota de 1871, lo que provocó una serie de pactos entre las naciones más poderosas de aquel entonces con el fin de evitar más conflictos bélicos en Europa.

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