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Renuncio A Mi Apellido Indigena


Enviado por   •  9 de Junio de 2015  •  2.070 Palabras (9 Páginas)  •  528 Visitas

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Renuncio a mi apellido indígena

Los cambios de apellidos se dan por razones personales; se desecha uno y se registra otro, el que sea. Pero hay quienes se ven orillados a hacerlo por discriminación, para olvidar su pasado indígena y transformarse en ladinos como una regla no escrita para “ser alguien” en esta sociedad.

Foto: Luis Soto/Contrapoder

Es una práctica frecuente. Un repaso a los edictos que se publican en periódicos y en el diario oficial lo constata: cambios de nombre que ocurren todos los días; borrón del apellido paterno o materno, adopciones extranjeras o de apodos varios.

O permutas de indígena a ladino. Sutur por Aguilar, Bin por Escobedo, Baquiax por Villanueva, Cóc por Barajona, Culajay por Méndez, Caná por Estrada, Saquic por Hernández, Nix por Mendoza, Chiché por Álvarez, Tum por Cortez, Tzamol por García, Cac por Alvarado, Xiquín por Morales, Caal por Stalling. Por lo menos tres casos semanales, de lunes a viernes.

OLVIDAR PARA ASCENDER

En la esquina de la 14 calle y sexta avenida de la zona 1 de la capital hay un edificio repleto de oficinas de abogados y notarios.Olga Lilia Monge tiene la suya desde 1981 en el cuarto nivel, la número 407. Es especialista en bienes raíces, pero también ha trabajado casos de cambio de nombre indígena a ladino.

“Pero eso no le gusta hablarlo a la gente”, responde de inmediato. Sin embargo, sí recuerda una vez que un joven le pidiócambiar su apellido Ajcú por otro, borroso a la distancia: “Él no quería hacerlo, su esposa era la más entusiasmada. Ella fue quien lo empujó pues no quería apellidarse De Ajcú, así que lo obligó y se libró del bochorno”.

Pero Ajcú no es un apellido cualquiera, según el antropólogo Mario Tejada Bouscayrol. Viene de la nobleza indígena, Cu quiere decir sagrado y Aj viene del linaje de Jun Ajpú”.

“Es una decisión consciente de quitarse el apellido maya y poner otro para tratar de cortar cualquier vínculo con su pasado ancestral. Es por el complejo que existe, porque la gente discrimina, porque para algunos sectores está mal y es feo ser indígena”, expone.

Foto: Luis Soto

“A la gente le da vergüenza admitir que no quiere ser indígena, por eso no aceptan hablar del tema”, indica. Quien no siga las reglas del juego, pierde y da un ejemplo: “En el Congreso no hay ninguna posibilidad de que se discuta en otros idiomas, que se reconozcan lenguas indígenas”.

Según Tejada, mucha gente deja atrás toda su tradición ancestral para entrar al mundo ladino, pues “de otra manera no tienen oportunidades”.

Otavio Castro tiene su oficina notarial unos metros más lejos que la de Olga Lilia. Es la número 412. Dice que nadie quiere recordar esos cambios “pues es exactamente lo que hacen, esconder su pasado para poder ascender en sociedad. Aquí vino hace unos días un señor que ya utilizaba desde hacía mucho su otro nombre, en alemán, pero necesitaba legalizarlo porque, según él, había conseguido un puesto alto en una empresa. Pero como trabaja tanto no se ha aparecido por aquí para concluir el trámite”.

Pablo Fernando Alquijay Rodríguez, abogado y notario que atiende en la colonia Mariscal de la zona 11, recuerda a un cliente que quiso cambiar su apellido indígena a uno ladino “porque tenía que legalizar su situación en Estados Unidos y lo haría con otro nombre, pero no lo hizo para olvidar su pasado”.

VERGÜENZA

“Yo visité la Comisión Presidencial contra la Discriminación y el Racismo (Codisra) para que me asesoraran pues ya no quería que me discriminaran por mi primer apellido”, relata a ContraPoder una joven kaqchikel de 29 años que pide anonimato.

Cuenta que la gente no entendía o no sabía cómo escribir su apellido paterno. Que en las filas de los supermercados la gente atrás suyo se desesperaba porque el cajero tenía que escribir varias veces y que eso le daba mucha vergüenza, porque “sí se reían algunas personas; era muy incómodo. Me pedían que repitiera o deletreara y lo captaban, pero otras hasta se burlaban en mi cara”.

Acudió a la Codisra pues quería hacer una identificación de persona, ya que el apellido era de su padre biológico pero ella creció con el esposo de su madre, de apellido Gálvez.

Luis Soto/Contrapoder

Esto “comenzó hace poco, porque cuando niña no tuve tanto problema. Antes el bullying no tenía tanta importancia como ahora. Yo lo que pido es que todas las personas que trabajan en servicio al cliente tengan un poco más de sensibilidad si les cuesta pronunciar o entender un nombre. Entiendo su posición pues yo trabajo en ventas en un local de celulares”.

Según Irma Alicia Velásquez Nimatuj, periodista y antropóloga maya k'iche', quien cambia de apellido lo hace porque desde su niñez, pasando por su adolescencia hasta la edad adulta sus apellidos han sido insumo de chistes, apodos, burlas y cualquier otro tipo de humillación crueles, constantes y ofensivas en la escuela, universidad, trabajo y cualquier espacio público.

“Sus vidas terminan girando alrededor de sus apellidos; no como nombres que les enaltezcan sino como onomatopeyas responsables de esa situación con las que quieren romper y cuando tienen la oportunidad lo hacen”, afirma en entrevista vía correo electrónico.

Esto se da “ante la falta de herramientas para comprender cómo opera el racismo en este país y en la vida de los hombres y mujeres indígenas creen que cambiando su apellido pueden enterrar su vida pasada y la historia que los ata a sus padres, abuelos y comunidades indígenas”.

También existen casos en donde las personas indígenas han cambiado de estatus social y con el cambio “llega la oportunidad para cambiarse el apellido”, resalta Irma Alicia.

“Son razones económicas que les permitirán ingresar o escalar como integrante más del pueblo ladino o mestizo, que no siempre logran, pero intentan el cambio étnico a través de romper con sus apellidos. Y algunas mujeres lo hacen cuando se casan con hombres ladinos o mestizos, pues es la oportunidad de poder enterrar su pasado indio”, apunta.

Luis Soto/Contrapoder

Y va más allá del nombre, continúa, pues los cambios terminan siendo físicos como teñirse el cabello de rubio. “Este fenómeno ha sido socialmente poco estudiado y tiene relación con el país que

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