Resumen Joan Scott

Scott comienza mencionando ejemplos del uso histórico que se ha empleado a la terminología de género, para evocar rasgos de carácter sexual o de la sexualidad. En este sentido deja de manifiesto que género es una acepción más reciente, empleada por las feministas para referirse a la organización social de las relaciones entre sexos, propuesta como término académico a finales del siglo XX.

Cabe agregar que el termino género fue propuesto por quienes decían que transformarían los paradigmas de la disciplina histórica, debido a que el estudio histórico de las mujeres implicaría una redefinición de la misma historia. Ahora bien, el estudio de la historia de las mujeres en la mayoría de los historiadores no feministas ha generado rechazo o marginación, mientras que los intentos de teorizar sobre género se han quedado en los sistemas científicos tradicionales, estos incluyen, generalizaciones reductivas y simplificadoras que no servirían para la compresión del proceso social llevado acabo por las feministas. Con esto Scott planeta una redefinición de las formas tradicionales de la historia, de modo que no solo se escriba la historia de las mujeres sino una nueva historia.

Scott sin embargo no ve una paridad analógica en los términos de raza, género y clase. Ya que en el caso de género se han utilizado posiciones teóricas como también referencias descriptivas en relaciones entre sexos. A partir de lo anterior Joan Scott menciona las formas descriptivas que señalan respecto al concepto de género: Primero como sinónimo de mujer. Segundo, la necesidad de información de mujeres está estrictamente relacionada con la de los hombres (rechazando la idea de esferas separadas). Tercero, género como definición de categoría social, impuesta sobre de un cuerpo asexuado y finalmente para designar relaciones sociales entre sexos. Sin embargo en el uso descriptivo de género no posee capacidad analítica para cambiar los paradigmas históricos existentes.

Es por esto las historiadoras feministas, en el análisis de género, han utilizado tres posiciones teóricas: La del patriarcado basado en la subordinación de la mujer y en la diferencia física al margen de la construcción social. Las feministas marxistas se centraron en una explicación materialista de la división del trabajo, en la cual género era una categoría subordinada a la clase. Finalmente las basadas en las diferentes escuelas de psicoanálisis, para la explicación de la producción de la identidad basadas en la teoría lacaniana que sugiere que las categorías de hombre y mujer no son características inherentes sino que construcciones subjetivas, pero que sin embargo tienden a universalizar las categorías entre sexos.

Joan Scott continúa su artículo entrando en el pensamiento feminista, para analizar teorías académicas proponiendo la definición de desconstrucción de Jacques Derrida para la oposición binaria de los sexos, invirtiendo y desplazando su construcción jerárquica en lugar de aceptarla como natural. Para Scott este es el momento en el que las historiadoras feministas contemporáneas están en condiciones de teorizar sobre su práctica, debido a que surgido un interés sobre la categoría analítica del género, que se encontraba ausente en teorías sociales formuladas durante el siglo XVIII

En este sentido la autora hace su propia definición de género como elemento de relación social, basada en la diferencia de sexo y por otro lado género como el campo primario donde se articula el poder. A su vez Scott entiende sobre cuatro elementos interrelacionados de género: simbolismo cultural, es decir, la representación de la mujer en la historia de la tradición cristiana occidental. Segundo, rechazo a los conceptos normativos de interpretación simbólica. Tercero, romper la noción de fijeza en la investigación histórica. Cuarto, los aspectos de la identidad subjetiva, respecto

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