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Perspectiva De Género Y Poder De Joan W. Scott


Enviado por   •  26 de Diciembre de 2014  •  2.473 Palabras (10 Páginas)  •  1.252 Visitas

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Joan W. Scott en esta Literatura nos da un breve panorama de la evolución del concepto de Género atreves de la historia, apunta varios usos del concepto género y explica cómo "la búsqueda de legitimidad académica" llevó a las estudiosas feministas en los ochenta a sustituir mujeres por género:

Las feministas, de una forma más literal y seria, han comenzado a emplear el "género" como forma de referirse a la organización social de las relaciones entre sexos.

En su acepción más reciente, "género" parece haber aparecido primeramente entre las feministas americanas que deseaban insistir en la cualidad fundamental social de las distinciones basadas en el sexo. La palabra denotaba rechazo al determinismo biológico implícito en el empleo de términos tales como "sexo" o "diferencia sexual". "Género" resalta también los aspectos relacionales de las definiciones normativas de la feminidad.

Con el afán de rescatar lo que de ellas considera valioso, la autora hace una revisión de las que considera las principales corrientes feministas que a su ver son: la que intenta explicar los orígenes del patriarcado, la socialista feminista y la del psicoanálisis. Reconoce la importancia de cada una en el estudio de las cuestiones de género así como en los avances ganados por los derechos de las mujeres, pero critica cada una de estas corrientes en lo que considera sus limitaciones.

Las teóricas del patriarcado refieren a una “necesidad”, como deseo innato, del hombre de dominar a la mujer, y una desventaja también innata en las mujeres a causa de la maternidad o la sexualidad. Las propuestas de solución a la problemática de las mujeres son, para aquéllas que ponen el problema en la maternidad, modificar procesos biológicos para ir eliminando las desventajas que la procreación imprime a las mujeres; y la introspección reflexiva de las mujeres para aquellas que proponen como causal de los problemas la sexualidad, suponiendo que este ejercicio llevará al conjunto de mujeres a su emancipación. La autora critica una generalización excesiva, para ella esta teoría no contempla otro tipo de fenómenos, no distingue entre problemas comunes a todas las sociedades y aquéllos particulares de cada sociedad, es decir, deja de lado que los problemas de las mujeres (así como las mujeres mismas) cambian en cada etapa histórica a otra, y de una cultura a otra, lo cual forzosamente empobrece las conclusiones obtenidas en base a esta teoría.

Sobre las feministas marxistas, reconoce que han tenido un enfoque más histórico, legado del marxismo. Reconoce sus alcances en cuanto a considerar dos sistemas distintos de opresión, el económico y el de género que si bien tienen cierta independencia interactúan apoyándose uno a otro. Opina por otro lado que el enmarcar las relaciones de género a las relaciones económicas propicia un sesgo negativo a los estudios de género y a las explicaciones de la opresión de la mujer, poniendo rígidamente la economía como factor principal.

En cuanto a la teoría del psicoanálisis, hace hincapié en dos escuelas principales que intentan explicar la construcción del género. La primera que resalta la experiencia real (por ejemplo la sensorial o el cómo percibe el niño a sus cuidadores), mientras que la segunda lo hace con el lenguaje (sistemas de significados como el habla, la lectura y la escritura), para esta última el estudio del inconsciente es esencial en el entendimiento de cómo se construye el género. De la primera escuela la autora opina que “Esta interpretación limita el concepto de género a la familia y a la experiencia doméstica, por lo que no deja vía para que el historiador relacione el concepto (o el individuo) con "otros sistemas sociales de economía, política o poder”. Respecto al enfoque del lenguaje y de construcción de significados rescata lo positivo de “sugerir que masculino y femenino no son características inherentes, sino construcciones subjetivas… [que] el sujeto está en un proceso constante de construcción y ofrece una forma sistemática de interpretar el deseo consciente e inconsciente”. La crítica que la autora hace a esta última teoría es que tiende a la “fijación exclusiva sobre cuestiones del ‘sujeto’… [y] a universalizar las categorías y la relación entre varón y mujer” dando esto como consecuencia que “no permite introducir una noción de especificidad y variabilidad histórica”.

Scott cita a:

Natalie Davis sugería en 1975:

Me parece que deberíamos interesarnos tanto en la historia de las mujeres como de los hombres, que no deberíamos trabajar solamente sobre el sexo oprimido, del mismo modo que un historiador de las clases sociales no puede centrarse por entero en los campesinos.

Además, género, se emplea también para designar las relaciones sociales entre sexos. Su uso explícito rechaza las explicaciones biológicas, del estilo de las que encuentran un denominador común para diversas formas de subordinación femenina en los hechos de que las mujeres tienen capacidad para parir y que los hombres tienen mayor fuerza muscular.

En lugar de ello, género pasa a ser una forma de denotar las "construcciones culturales", la creación totalmente social de ideas sobre los roles apropiados para mujeres y hombres.

Es una forma de referirse a los orígenes exclusivamente sociales de las identidades subjetivas de hombres y mujeres. Género es, según esta definición, una categoría social impuesta sobre un cuerpo sexuado.

El género es un tema nuevo, un nuevo departamento de investigación histórica, pero carece de capacidad analítica para enfrentar (y cambiar) los paradigmas históricos existentes. Algunos historiadores, desde luego, se dieron cuenta de este problema y de ahí los esfuerzos por emplear teorías que pudieran explicar el concepto de género e interpretar el cambio histórico.

Las historiadoras feministas han empleado diversos enfoques para el análisis del género, pero pueden reducirse a una elección entre tres posiciones teóricas. La primera, esfuerzo completamente feminista, intenta explicar los orígenes del patriarcado. La segunda se centra en la tradición marxista y busca en ella un compromiso con las críticas feministas. La tercera, compartida fundamentalmente por posestructuralistas franceses y teóricos angloamericanos de las relaciones-objeto, se basa en esas distintas escuelas del psicoanálisis para explicar la producción y reproducción de la identidad de género del sujeto.

La historia del pensamiento feminista es la historia del rechazo de la construcción jerárquica de la relación entre varón y mujer en sus contextos específicos y del intento de invertir o desplazar su vigencia. Las historiadoras feministas están ahora en condiciones de teorizar sobre su práctica y desarrollar el género como categoría analítica.

Debemos preguntarnos con mayor frecuencia cómo sucedieron las cosas para descubrir por qué sucedieron; según la formulación de la antropóloga Michelle Rosaldo, debemos perseguir no la causalidad universal y general, sino la explicación significativa: "Me parece entonces que el lugar de la mujer en la vida social humana no es producto, en sentido directo, de las cosas que hace, sino del significado que adquieren sus actividades a través de la interacción social concreta. Para alcanzar el significado, necesitamos considerar tanto las características individuales como el contexto social, cultural e histórico eso nos permite descubrir la naturaleza de sus interrelaciones, porque todo ello es crucial para comprender cómo actúa el género, cómo tiene lugar la evolución.

Finalmente, para Scott la utilización de la categoría género aparece no sólo como forma de hablar de los sistemas de relaciones sociales o sexuales sino también como forma de situarse en el debate teórico. Los lenguajes conceptuales emplean la diferenciación para establecer significados, y la diferencia de sexos es una forma primaria de diferenciación significativa. El género facilita un modo de decodificar el significado que las culturas otorgan a la diferencia de sexos y una manera de comprender las complejas conexiones entre varias formas de interacción humana.

Scott propone una definición de género que tiene dos partes analíticamente interrelacionadas, aunque distintas, y cuatro elementos. Lo central de la definición es la "conexión integral" entre dos ideas: [...] el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder. Es decir el género según los estereotipos y roles de género que determina la sociedad.

Los lenguajes conceptuales emplean la diferenciación para establecer significados, y la diferencia de sexos es una forma primaria de diferenciación significativa.

El género facilita un modo de decodificar el significado que las culturas otorgan a la diferencia de sexos y una manera de comprender las complejas conexiones entre varias formas de interacción humana.

Scott distingue género comprende cuatro elementos principales que, aunque poseen significación propia, están inter-relacionados: en primer lugar, símbolos culturales que poseen múltiples representaciones; en segundo lugar, conceptos normativos que interpretan los significados de dichos símbolos, estos conceptos se expresan en diversas doctrinas que colocan en una posición dominante y única el significado de varón y mujer, masculino y femenino; en tercer lugar, incluye nociones políticas, referencias a las instituciones y a las organizaciones sociales como familia, mercado de trabajo, educación y política; y por último, la identidad subjetiva, por lo cual los historiadores deben investigar las diversas formas de construcción de dichas identidades y la relación que se establecen entre éstas y las actividades, organizaciones y representaciones de los hombres.

Scott cita a Bourdieu, para quien [...] la "di-visión del mundo", basada en referencias a "las diferencias biológicas y sobre todo a las que se refieren a la división del trabajo de procreación y reproducción" actúa como la "mejor fundada de las ilusiones colectivas". Ya que estas referencias establecen un control diferencial sobre los recursos materiales y simbólicos, el género se implica en la concepción y construcción del poder.

El sociólogo francés Pierre Bourdieu ha escrito sobre cómo la "división del mundo", basada en referencias a "las diferencias biológicas y sobre todo a las que se refieren a la división del trabajo de procreación y reproducción", es decir siempre se encasillo a la mujer como la encargada de la vida privada (procreación y cuidado de los hijos) mientras que los hombres son los encargados de la vida pública (fuerza y proveedores).

El antropólogo francés Maurice Godelier lo ha expresado así:

“No es la sexualidad lo que obsesiona a la sociedad, sino la sociedad la que obsesiona la sexualidad del cuerpo” se refiere a que culturalmente, históricamente y socialmente hemos estado obsesionados con todo lo que concierne con el Género.

Bonald comienza con una analogía y luego establece una correspondencia directa entre divorcio y democracia. Lo mismo que la democracia política "permite al pueblo, la parte débil de la sociedad política, alzarse contra el poder establecido", así el divorcio, "verdadera democracia doméstica", permite a la esposa, "la parte débil, rebelarse contra la autoridad marital" [. . .] "Con el fin de mantener el Estado (fuera del alcance de las manos del pueblo, es necesario mantener la familia fuera del alcance de las manos de esposas y niños).

Se refiere a que el hombre representa la fuerza, por ende al Estado y la mujer la debilidad por lo tanto a la sociedad subordinada. El divorcio representa la liberación de la opresión que hace el Estado al pueblo.

El género es una de las referencias recurrentes por las que se ha concebido, legitimado y criticado el poder político. Se refiere al significado de la oposición varón/mujer. Cuestionar o alterar cualquiera de sus aspectos amenaza a la totalidad del sistema.

Además, está nueva historia dejará abiertas posibilidades para pensar en las estrategias políticas feministas actuales y el (utópico) futuro, porque sugiere que el género debe redefinirse y reestructurarse en conjunción con una visión de igualdad política y social que comprende no sólo el sexo, sino también la clase y la raza.

 ¿Cómo crees que estos conceptos te pueden ayudar a entender la violencia familiar y hacia las mujeres en general?

Para lograr un acercamiento a la teoría de género confieso que ha resultado un tanto sobrecogedor e inquietante para mí; teniendo en cuenta que constituía un campo del conocimiento desconocido, pues aunque soy psicóloga de profesión y poseo una formación integral no imaginé que este tema fuese tan complejo y abarcador , además de las implicaciones que tiene toda la raza humana en esta cuestión, desde ya me sumo a los que han aprendido a mirar el mismo asunto pero desde una perspectiva diferente.

Se han realizado varios estudios referentes al género tomando en cuenta una forma de organización por las diferentes sociedades en su desarrollo, propiciando lo que conocemos como división sexual del trabajo, es aquí donde se le asigna a la mujer, por su capacidad de gestar y amamantar, la tarea del cuidado de los hijos y las funciones domésticas, encasillándola al cuidado del hogar. Como a la mujer se le confería el poder de la garantía y continuidad de la especie, territorio en veda para el hombre, el hogar era solo el espacio para ella, estas fueron las condiciones que posibilitaron el control de las mujeres y su confinamiento al espacio privado, lo que las convertía en la garantía que el hombre necesitaba, además de la seguridad de sus bienes y patrimonio. Lo que significa que cuando una mujer se quiere salir de lo que se considera como ¨ natural ¨, o sea, que no quiere ser madre ni ocuparse de la casa, se le tacha de ¨ antinatural ¨.

De manera que después de hacer todo un análisis, pude comprender que son muy significativas las aportaciones que hace: da respuesta a las diferencias, buscando otros referentes teóricos del mismo fenómeno; el género es un producto sociocultural que se expresa en las personas, en la construcción sociocultural de las diferencias entre hombres y mujeres; la cuestión del género siempre ha involucrado más a las mujeres que a los hombres, ellas han sido las protagonistas y las más interesadas en la contienda; el problema está que sobre las diferencias se construyan las desigualdades; las mujeres requieren de mayores oportunidades para poder equiparar a los hombres; el contexto es importante para lo que somos; hay que seguir promoviendo el cambio, el cual no debe ser brusco sino paulatino; no se trata de aceptar y tolerar, sino de comprender la diversidad; La teoría de género se posesiona en el debate teórico sobre el poder, la identidad y la estructuración de la vida social, esto equivale a decir que el género no se restringe a una categoría para denotar las relaciones sociales de hombres y mujeres, al contrario, en su desarrollo actual este cuerpo teórico permite ir más allá del análisis empírico y descriptivo de estas relaciones; si no identificamos el asunto como paradigma muy difícil de cambiar (más no imposible) de formar conciencia de género, contribuir al cambio del pensamiento, dar las herramientas para ser críticos con la vida y la realidad; no se trata de prohibiciones, sino de educación y sensibilización, y más cuando se trata de un asunto que forma parte de la identidad cultural de la gente y los pueblos, de lo contrario generaríamos más problemas y conflictos de los ya existentes. La clave es convertirnos en agentes de cambio y promover agentes de cambio. (NIÑOS y JOVENES). Para vislumbrar un futuro con más equidad de Género.

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