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Revolucion De Los Clavijos


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2013  •  5.283 Palabras (22 Páginas)  •  1.394 Visitas

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INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA CESMAG

Economía colombiana

Integrantes: Jhon Erazo, Jesus Manchabajoy, Catherine Cabrera y Óscar Zamora

LEVANTAMIENTO INDÍGENA DE LA PROVINCIA DE LOS PASTOS

En 1792 llegan a Túquerres, cabecera de la Provincia de los Pastos, Francisco, Atanasio y Rafael Rodríguez Clavijo, provenientes de Cartago, Valle, ambiciosos comerciantes de profesión.

Don Francisco fue designado como Corregidor de la Provincia y por tanto la primera autoridad que representaba al Rey, dependía de la Gobernación de Popayán y del Virrey del Nuevo Reino de Granada, don Pedro Mendinueta, Presidente de la Real Audiencia de Santa Fe y Superintendente General de la Real Hacienda. Su hermano don Atanasio era el encargado de la recaudación delos Diezmos e Impuestos.

Atanasio compra al asentista, don Francisco Muñoz de Ayala, el partido de Túquerres y Guaitarilla, con el objeto de acrecentar mayores ganancias, a costa del aumento de las obligaciones que pagarían los indígenas. Se aumentarían impuestos por las tenencias no acostumbradas, por cuyes, gallinas, por el humo y productos agrícolas que en sus minifundios cultivaban. Hasta se dio la amenaza, que toda mujer embarazada debería contribuir con diferente impuesto, tanto por niña o varón. Se destacaron por su despotismo, tiranía y fueron crueles opresores de todos estos pueblos bajo su administración. Con su incisiva conducta, ataques y demandas, no solo abusaron de los infelices indígenas, sino, de mayor manera, de la élite de la región. Sus hostigamientos fueron por casi más de diez años, al punto de pensarse, que este levantamiento fue patrocinado por los poderosos, especialmente por el español Miguel González del Palacio. Personajes que cometían toda clase de atropellos contra la dignidad humana, saqueaban sus infelices chozas, cometían violaciones, decomisaban arbitrariamente cualquier pertenencia, obligaron a beber licor de pésima calidad. Azotaban o torturaban a personas que no cumplían con sus exigencias, hasta el aborto o la asfixia según el método empleado, u obligados a trabajos forzados sin remuneración. Graves e inhumanos acontecimientos que fueran ya denunciados en el mes de noviembre de 1799, ante el Virrey Ezpeleta, aunque se le hiciera caso omiso.

Para complementar las desgracias por ese mismo tiempo, la Real Audiencia de Quito expide el llamado "Recudimiento de Diezmos", en los primeros días del año 1800. Dicho decreto gravaría aún más los artículos que hasta el momento no se pagaban. Este hecho alegró a Atanasio, quien humilló y burlase de los miserables cuando quiso ejecutar la orden. Antes se anunciaba, simplemente con pregoneros en las plazas, pero en esta oportunidad, debería leerse en todas las iglesias en las misas del domingo.

El día 18 de mayo de 1800, en la misa mayor, celebrada por el cura Bernardo Erazo, en la población de Guaitarilla, se dispone a comunicar la orden del señor Provisor del Obispado y notificando el nuevo "Recudimiento de Diezmos". Pero el pueblo alborota lanzando terribles amenazas e insultos contra los opresores.

"Que ojalá las mujeres decidieran quitarle el papel", gritan desde atrás, entonces, Manuela Cumbal y Francisca Aucug, se levantan y corren a arrebatarle el documento de las manos del cura, quienes temerosas, lanzan al piso el mencionado papel, luego la turba lo vuelve menudos pedazos. En medio de los gritos, churos y tambores, los lugareños apoyan la causa hasta llenarse la plaza y empiezan a quemar el estanco y edificios de la población. Entre tanto, con el temor de que estas dos mujeres serían apresadas, huyen por la ventana de la sacristía en el mismo momento. Francisca se precipita por un barranco quedando malherida, mientras Manuela logra llegar al valle de Yacuanquer, viviendo escondida hasta el día 31 de enero de 1801, fecha en la que fuera capturada. La noticia llega a todas las poblaciones de la comarca, especialmente a Túquerres.

El día lunes, 19 de mayo, se tenía conocimiento que dos indias habían sido apresadas y se las trasladaría a Túquerres, los vecinos de Chaitán encabezados por Ramón Cucas Remo y otros, preparan el rescate. Pronto este dato es descartado, sin embargo, es la oportunidad de castigar al tirano. Para ello, son enviadas Andrea Cucas, Nicolasa Taques y Paula Flórez, a hacer un recorrido por todos los pueblos de la provincia, Calcán, Sapuyes, Imués, Guachucal, Cumbal, entre otros, citando a las gentes para cobrar venganza a los Clavijos, las que amenazaban diciendo: "Si no acuden serían quemadas sus casas". Incansables recorridos que se hacen durante día y noche. Lograron reunirse en el llano de la Cofradía más de 300 indios, armados con palos, piedras y herramientas, al lado del camino, enseguida de la quebrada, como se había señalado. Según el capellán Ramón Ordóñez de Lara, hacen su arribo a Túquerres a eso de las cuatro de la tarde. La gente enardecida persigue a los Clavijos, Argotes y a otros comerciantes, a piedra y palo, razón por la que se ve obligado a brindarles la iglesia como protección. “Venimos a morir matando", decían. En la agitada noche del lunes, hay alborotos, Lorenzo Piscal, es quien anduvo con el tambor incitando al levantamiento, además es quien da la señal con tres golpes para que se incendiara el estanco. Josefa Bolaños es vista en el techo junto con otras mujeres prendiéndole fuego. Es derribada la casa de don Raimundo Argote y quemado el estanquillo de Marcos Arroyo como también la fábrica principal de Túquerres. Se sabía que el cura había escondido a los Clavijos en la Iglesia, por lo que la habían sitiado. Atanasio y Francisco se escondían detrás de las cortinas del nicho de la Virgen Inmaculada y Rafael se hallaba en el nicho de San José.

El día martes 20 de mayo de 1800, debido a todo lo ocurrido en la noche anterior, los sacerdotes Ramón Ordoñez de Lara Y Nicolás Flórez, habían previsto concelebrar la misa que desde entonces se realizaba en la madrugada. Pero ya rondaba un pesado ambiente durante la celebración religiosa. Como era el mes de la virgen, la Inmaculada estaba expuesta en el altar mayor, y en este día se colocó en la puerta para bajar los ánimos enardecidos de las gentes. Aun así se rumoraba la peor de las tragedias. Para ello, el padre Nicolás Flórez, después de la misa recorre la plaza en procesión con la custodia de Jesús Sacramentado rezando las letanías pero la gente no lo sigue.

Todo este operativo había sido coordinado por Ramón Cucas Remo, apoyado por Juan y Andrea sus hermanos, personajes oriundos de Chaitán, Juan venía desde Guaitarilla a caballo encabezando la multitud guerrera.

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