Revolucion Industrial
comoolvidarte23 de Febrero de 2012
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La Revolución industrial.
Entre los caracteres económicos y sociales del mundo europeo del Antiguo Régimen y los del siglo XIX pueden observarse cambios importantes. Europa pasa de ser un mundo rural a ser un mundo industrial urbano; los europeos pasan del taller artesano a la fábrica, del trabajo manual a la mecanización.
Esta profunda transformación de la economía, y de los sistemas de trabajo y, a consecuencia de ello, es lo que se conoce como Revolución Industrial.
Pero las transformaciones económicas y sociales no se produjeron repentinamente ni en todos los países al mismo tiempo. Por ello, el proceso de industrialización se suele dividir en dos etapas:
• La primera revolución Industrial, que se inicia en Inglaterra en el siglo XVIII y repercute ligeramente en algunos países de Europa occidental.
• La segunda Revolución Industrial comienza su desarrollo paralelamente a las revoluciones políticas y, a lo largo del siglo XIX se extiende por toda Europa y por algunas zonas de otros continentes, en especial por estados Unidos.
El desarrollo de las matemáticas y de las ciencias físico-naturales permitió, tras el trabajo de laboratorio, su aplicación a principios prácticos, o sea a la técnica, que es la ciencia aplicada a la economía. Gracias a ello se crearon numerosos tipos de máquinas, que se convirtieron en el instrumento básico del desarrollo de la Revolución Industrial. De esas máquinas, una de las primeras y más importante fue la máquina de vapor:
La máquina de vapor fue la aplicación de una serie de estudios sobre la presión atmosférica. A finales del siglo XVIII ya se sabía que un émbolo colocado dentro de un cilindro se mueve si en uno de los extremos del cilindro se ha practicado el vacío. James Watt, considerado el inventor de la máquina de vapor, conocía estas experiencias y se planteó y supo resolver las dificultades prácticas, lo que le permitió patentar su invento hacia 1765. Watt había conseguido una máquina cuyo funcionamiento es sencillo: El vapor producido por el calentamiento del agua sube por un cilindro, La expansión del vapor acciona un pistón, que pone en movimiento una biela que hace girar la rueda.
Tecnología
Transportes:
La aplicación de la máquina de vapor a medios de locomoción permitió la invención del barco de vapor y de la locomotora.
Gracias a estos dos nuevos medios de transporte y a la mejora de los caminos que se produjo a finales del siglo XVIII, el transporte de personas y de mercancías se hizo más rápido y más barato, lo que facilitó el comercio internacional y los movimientos migratorios. Por este motivo se suele hablar de revolución de los transportes en relación con el desarrollo industrial.
La mejora de los caminos y los transportes a finales del siglo XVIII: Se produjo una transformación radical en la red de caminos europeos. Los viejos senderos empezaron a ser sustituidos por verdaderos caminos carreteros aptos para la circulación de vehículos de ruedas.
Estos nuevos caminos eran más anchos que los anteriores, disponían de puentes adecuados para cruzar los ríos y tenían un pavimento suficientemente firme para garantizar una circulación regular a lo largo de todo el año, lo que facilitaba las relaciones comerciales dentro de cada país e incluso entre los diferentes países europeos.
Pero el gran auge que experimentó el comercio en el siglo XVIII se apoyó, básicamente en la utilización intensiva del transporte marítimo. Las técnicas de navegación mejoraron notablemente, los barcos de vela eran más rápidos, más seguros y más capaces que en épocas anteriores.
El barco de vapor: En 1807 el norteamericano Fulton inventó un nuevo tipo de navegación: el barco de vapor, impulsado por una rueda de palas que era movida por una máquina de vapor. En una primera etapa sólo se aplicó a la navegación fluvial, porque las máquinas de barco debían abastecerse muy pronto de agua y carbón.
Ante la competencia del barco de vapor, se perfeccionó la navegación a vela y, a mediados del siglo XIX alcanzó mucho éxito el clipper, un tipo de velero de gran tonelaje, de quilla estrecha y alargada que alcanzaba gran velocidad y hacía la ruta Inglaterra - Norteamérica en quince días.
Pero también el barco de vapor fue perfeccionándose. Hacia 1845 la hélice sustituyó a la rueda de palas, permitiendo mayor velocidad y menor consumo de carbón. El primer viaje transatlántico de un barco de vapor tuvo lugar en el año 1819 y tardó 27 días, pero en 1840 la duración del viaje se había reducido a 14 días y en 1862, ya con hélice, a 9 días.
A partir de entonces, barcos de hierro, no de madera, empezaron a navegar por todos los mares y acabaron sustituyendo a los veleros antes de finalizar el siglo.
El barco de vapor terminó por sustituir a los grandes veleros, ya que permitía transportar más mercancías y a mayor velocidad.
El ferrocarril: Ya en el siglo XVIII, en las minas de carbón inglesas se utilizaban vagonetas que se deslizaban sobre raíles, empujadas por hombres o por mulas. Pronto se pensó en la posibilidad de impulsarlas mediante una máquina de vapor, creando así la locomotora.
Después de varios intentos, en el año 1825, el inglés Stephenson logró poner en funcionamiento este nuevo sistema de transporte. Inmediatamente se vio que el ferrocarril tenía grandes ventajas sobre los sistemas de transporte terrestre habituales (carros, carruajes tirados por caballos, diligencias...).
En 1830 se inauguró la primera línea férrea para viajeros y mercancías, de 50 Km, entre Manchester, centro de la industria textil, y el puerto de Liverpool.
En España se puso en funcionamiento la primera línea férrea en 1848, entre las poblaciones de Barcelona t Mataró.
El ferrocarril supuso una revolución del transporte: un carro tirado por mulas podía llevar hasta 10 toneladas de mercancía; los primeros trenes transportaban ya 1000 toneladas. En cuanto a la velocidad, las diligencias para viajeros recorrían entre 6 y 8 Km por hora; los ferrocarriles comenzaron alcanzando velocidades superiores a los 20 Km./h y fueron aumentando su velocidad progresivamente.
La rapidez y lo barato que era el transporte facilitó y desarrolló el comercio. Se podían transportar grandes cantidades de materias primas y de productos manufacturados de unas regiones a otras en muy pocas horas, e incluso entre distintos países.
Al mismo tiempo, se inició el transporte de productos agrícolas, evitando el hambre en unas regiones cuando sobraba en otras. Utilizando el ferrocarril y el barco de vapor, llegaba a Europa, a muy buen precio, el trigo de las grandes llanuras americanas.
Por otra parte, la construcción de líneas férreas, locomotoras y vagones estimuló el desarrollo de las industrias siderúrgica y metalúrgica, y la minería del carbón, que era indispensable para las máquinas de vapor. A partir de 1830, las zonas más pobladas e industrializadas de Europa empezaron a cubrirse de líneas férreas.
El primer ferrocarril transcontinental: El 10 de mayo de 1869 quedó terminado el primer ferrocarril transcontinental, de Estados Unidos y del mundo, al unir la línea férrea que provenía de San francisco y la que procedía de Chicago (Chicago estaba unido por ferrocarril con nueva York desde el año 1853). A partir de entonces, un viaje de costa a costa, de unos 5000 Km, pudo hacerse en el “Union pacific “, en 7 días, mientras que en carro el viaje duraba 6 meses.
El tendido de una vía férrea exigía mucho trabajo. Las cuadrillas de obreros vivían junto a la línea, en vagones enganchados a la locomotora, que les proporcionaba calefacción y agua. Otros trenes llevaban alimentos y los materiales para continuar la construcción.
En Europa, las líneas férreas se construían para unir ciudades, pero en Estados Unidos el ferrocarril dio lugar al nacimiento de nuevas ciudades.
El automóvil: Ya desde los primeros años del siglo XIX hubo inventores que trataron de aplicar la máquina de vapor al motor de un vehículo. El primero que tuvo éxito fue el francés Etienne Lenoir, quien en 1862 consiguió poner en marcha un motor a gas de combustión interna, que aplicó a un carro con el que dio una vuelta por París.
El sistema fue perfeccionado para la combustión gasolina y aire. En 1885 salió a la venta el primer automóvil de los talleres Benz de Manheim (Alemania).
Los primeros automóviles: Los primeros automóviles se parecían mucho a los coches de caballos, de los que habían tomado el gran tamaño de las ruedas, la carrocería abombada, el pescante alto e incluso el salpicadero (así llamado porque evitaba que hiriese al cochero las piedras que levantaban los caballos).
Durante algún tiempo el automóvil no pasó de ser un lujo de carácter deportivo, pero su perfeccionamiento técnico continuó y a principios del siglo XX comenzó a popularizarse.
Fuentes de energía:
El carbón: Para el funcionamiento de los transportes y de las industrias se necesitaban fuentes de energía capaces de hacer funcionar los altos hornos y mover las máquinas. La primera gran fuente de energía del siglo XIX fue el carbón mineral.
El carbón mineral, concretamente la hulla, comenzó a utilizarse en Inglaterra en el siglo XVIII. Era una fuente de energía barata, abundante y de gran poder calorífico, aunque bastante contaminante.
Se suele considerar que la hulla fue la fuente de energía básica de la Revolución Industrial, ya que era indispensable para alimentar las máquinas de vapor, por medio de las cuales se movían las máquinas de las fábricas, los ferrocarriles y los barcos de vapor.
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