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Revolucion Industrial


Enviado por   •  14 de Mayo de 2013  •  1.906 Palabras (8 Páginas)  •  299 Visitas

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Primer parcial de Historia Contemporánea.

Prof.: Gabriel Quirici

13 de mayo de 2013

Alumno: Juan Andrés Grizutti

4.408.598-1

Estudiante de 1er año de Ciencias de la Comunicación.

1.

Seleccioné la Maquina a Vapor ya que representa el take off de la Primera Revolución Industrial. Desde fines del siglo XVIII en Inglaterra y hasta casi mediados del siglo XIX, aceleró portentosamente el desarrollo económico de muchos de los principales países de la Europa Occidental.

La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la industria y la manufactura. La Revolución comenzó con la mecanización de las industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión del comercio fue favorecida por la mejora de las rutas de transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril. Una de las innovaciones tecnológicas más importantes fue la máquina de vapor. Esta favoreció enormes incrementos en la capacidad de producción y desarrolló maquinaria en las dos primeras décadas del siglo XIX facilitando la manufactura en otras industrias.

Gracias al ferrocarril y al barco de vapor, los viajes intercontinentales y transcontinentales se habían reducido en cuestión de semanas en vez de meses, excepto en las grandes extensiones de Asia, Asia Central y el interior de Sudamérica.

En el decenio de 1880, Europa no era solo el núcleo original del desarrollo capitalista que estaba dominando y transformando al mundo, sino con mucho el componente más importante de la economía mundial y de la sociedad burguesa. No ha habido nunca en la historia una centuria más europea ni volverá a haberla en el futuro.

El progreso era especialmente evidente e innegable en la tecno logia y su consecuencia obvia el incremento de la producción material y de la comunicación. La maquinaria moderna, casi toda ella de hierro y acero, utilizaba como fuente de energía casi exclusivamente el vapor.

Ahora bien, mientras el mundo se ampliaba demográfica y materialmente, se reducía desde el punto de vista geográfico, y se convertía en un espacio más unitario – un planeta unido más estrechamente como consecuencia del movimiento de bienes e individuos, de capital y de comunicaciones, de productos materiales y de ideas-, al mismo tiempo sufría una división. La renta per cápita en el mundo desarrollado era más del doble de la del tercer mundo.

La tecnología era una de las casusas fundamentales de ese abismo, que se reforzaba no solo económicamente sino políticamente. Un siglo después de la revolución francesa era cada vez más evidente que los países más pobres y atrasados podían ser fácilmente derrotados y conquistados, debido a su inferioridad técnica. Los 50 años transcurridos entre 1880 y 1930 serian, por esta razón, la época de oro, o más bien de hierro, de la diplomacia de los cañones.

Así pues en 1880 nos no nos encontramos ante un mundo único, sino frente a dos sectores distintos que forman un único sistema global: los desarrollados y lo atrasados, los dominantes y los dependientes, los ricos y los pobres.

La tecnología moderna no solamente era innegable y triunfante sino que además claramente visible. Las maquinas utilizadas para la producción, es decir, las locomotoras de ferrocarril así como los barcos, si bien no eran especialmente potentes de acuerdo con los parámetros actuales, eran muy grandes como se podía apreciar en puertos y ciudades fabriles. Los 22 mil barcos a vapor que existían en el mundo en 1880 representaban el 3/4 partes de la navegación mundial.

Por lo expuesto, es evidente que la maquina a vapor contribuyó en gran medida al desarrollo de la tecnología y las comunicaciones, sustentando de este modo la supremacía europea y sus consiguiente evolución industrial.

2. Se entiende por estatización al proceso mediante el cual el Estado pasa a controlar una empresa o sector económico determinado. Es una tendencia que exalta la plenitud del poder y la preeminencia del Estado sobre diferentes órdenes y entidades.

En Uruguay, significó la exaltación del poder y preeminencia del Estado sobre diferentes órdenes y entidades. El gobierno central comenzó a consolidarse durante el periodo histórico conocido como el “militarismo” (1875-1890) y, más claramente, tras la guerra civil de 1904. Las dos presidencias de José Batlle y Ordoñez significaron el principio de un proceso de apartamiento del liberalismo económico tradicional y el ingreso del Estado regulador, industrial y comerciante. Durante el gobierno de Gabriel Terra, de Juan José de Amezaga y de Luis Batlle y Berres la intervención del Estado en la economía y el proceso de burocratización se intensifico considerablemente. Entre la década de 1930 signada por la Gran Depresión de la economía mundial, y la de 1950, los gobiernos de Uruguay cerraron la economía y crearon una industria abocada a abastecer el mercado interno, según el principio de “sustitución de importaciones”.

La nacionalización, en cambio, es la conversión de una actividad o entidad privada en pública llevada a cabo por el Estado. Es el procedimiento empleado por Estados que han elegido un proceso de descolonización, así la mayoría del capital de las empresas que hasta la independencia operaban en su territorio y que estaban en manos de extranjeros o de súbditos de la potencia hasta entonces administradora se integra al patrimonio Público del nuevo Estado. En la mayoría de los casos, estas expropiaciones han tenido lugar sin mediar compensación alguna, generando fuertes tensiones. Hoy se decantan por la constitución de empresas mixtas, de una y otra forma, lo que desean es afirmar su plena soberanía sobre su territorio, su subsuelo, sus aguas y su plataforma continental.

Por tanto la diferencia entre nacionalización y estatización, radica en que mientras la primera tiene un carácter más político e implica recuperar para el Estado empresas o áreas de la economía que se hayan en mano de extranjeros, la estatización posee un mayor componente económico; busca hacer públicas empresas que se encuentran en manos de privados.

Batlle consideraba que el Estado debía intervenir en áreas de la economía que hasta ese momento estaban reservadas sólo a la iniciativa privada, donde predominaban empresas extranjeras

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