SEGURIDAD CIUDADANA

INTRODUCCIÓN

La seguridad ciudadana implica que los ciudadanos y las ciudadanas de una misma región puedan convivir en armonía, cada uno respetando los derechos individuales del otro. El Estado es el garante de la seguridad ciudadana y el máximo responsable a la hora de evitar las alteraciones del orden público o social.

En este sentido, la seguridad ciudadana es un derecho de todos los ciudadanos y las ciudadanas, como también es un servicio de carácter universal, dirigido a proteger su integridad, tanto física como de sus bienes. Para ello fueron creadas las fuerzas de seguridad (Cuerpos armados o fuerza pública), que trabajan coordinadamente con el Poder Judicial. Estas son fuerzas de orden público y deben prevenir la comisión de delitos y reprimir en los casos que sucedan, bajo la normativa establecida en la Carta Magna de la República Bolivariana de Venezuela, leyes y tratados internacionales suscritos por la nación. En este sentido, la seguridad ciudadana depende de la eficacia de los cuerpos de seguridad policiales, del funcionamiento del Poder Judicial, de las políticas estatales y de las condiciones sociales.

En la actualidad, se considera la inseguridad como uno de los flagelos que perturba a muchos gobiernos en su desarrollo social y económico; se está consciente que se vive en tiempos difíciles, esto se refleja en la desintegración familiar, en la falta del uso de los valores éticos y morales en los hogares, en el desempleo y en la pobreza que afectan notablemente el sustento de la familia y otras causas que genera más problemas a la sociedad.

Otro factor que influye en el comportamiento de los individuos son los medios de comunicación, puesto que transmiten programas que transforman o modifican la manera de pensar y actuar del niño, niña y del adolescente más aún cuando no se encuentra bajo la supervisión de un adulto o adulta. La mayoría de las veces, este escenario se genera, porque no existe el compromiso de la familia, delegando éstas sólo a la escuela, las instituciones educativas representan el segundo hogar de los niños y adolescentes. El docente, ha dejado de ser el maestro guía que aconseja al alumno y lo encamina por la senda de justicia, debido a que él mismo necesita retornar a sus valores, en los planteles se vive un clima de hostilidad y violencia, ha disminuido el respeto docente-alumno, a tal punto que se teme llamar la atención a un joven.

A pesar de los grandes esfuerzos que hace el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, este país no se salva de esta realidad. Por lo tanto, este problema afecta tanto a los venezolanos y venezolanas, así como a las demás personas que residen en él, sin importar su ideología, credo, raza o posición económica u otros, requiriéndose el consenso de todos y todas, para que los esfuerzos

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