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SISTEMAS POLITICOS EN LOS PUEBLOS ABORIGENES DE VENEZUELA


Enviado por   •  16 de Abril de 2015  •  6.221 Palabras (25 Páginas)  •  260 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

PROGRAMA DE FORMACIÓN DE MÉDICOS COMUNITARIOS

PRE-MEDICO

CAICARA DEL ORINOCO – EDO. BOLÍVAR

INTRODUCCIÓN

El 2,7% de la población de Venezuela pertenece a pueblos originarios. Se calcula que son 34 grupos que mantienen su cultura propia, radicalmente diferente a la cultura legada por el período de colonización española. Algunos de estos grupos viven también en Brasil y/o en Colombia. Se estima que en Venezuela había en 1492 unos 2 millones de indígenas (200 a 500 mil según bajistas y 4 millones según alcistas). Alexander von Humboldt calculaba que solo una novena parte de los 900 mil habitantes que tenía Venezuela en 1800 eran indígenas puros. La mayoría se hallan en zonas de los estados de Zulia (61,2%), Amazonas (10,5%), Bolívar (7,5%), Delta Amacuro (5,7%), Anzoátegui (4,7%), Sucre (3,1%), Monagas (2,5%) y Apure (1,6%).1 Muchos conservan sus condiciones y modo de vida tradicional, así como sus idiomas. Otros han migrado hacia los centros poblados rurales y urbanos, conformando barrios marginales indígenas.

Todas las comunidades indígenas de Venezuela, desde sus orígenes, tuvieron y han tenido sus formas ancestrales, propias o autóctonas de producción. Por muchos años fueron los dueños de los medios de producción, hasta que llego la Colonia. Por supuesto que esos medios de producción: La tierra y otros fueron ordinarios, rústicos y sin la posibilidad, de utilizar medios tecnológicos inexistentes en nuestras tierras en esos tiempos, para modificarlos o mejorarlos para un mejor rendimiento. Crearon una artesanía indígena, basaban su alimentación en la agricultura, la caza y la pesca; y de ella pudieron vivir por mucho tiempo hasta que los imperialistas de aquel tiempo los despojaran hasta de sus propias vidas.

Fueron saqueados del principal factor de producción del cual disponían a su capricho, como lo fue las grandes extensiones de tierra por donde merodeaban a sus anchas. Vino la Colonia y con ella los males que siempre se irradian, del sistema de dominación del hombre por el hombre: Esclavitud, Latifundio, Capitalismo, Imperialismo.

ASPECTOS HISTÉRICO-ANTROPOLÓGICOS DE LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE

La historia del pensamiento humano siempre ha gustado de dicotomías: bien-mal, platónico-aristotélico, espíritu-materia, cuerpo-mente. En la historia de la Medicina también podemos rastrear y encontrar dicotomías respecto a la visión del hombre-enfermo. Conocida es la contraposición entre la visión hipocrática y la galénica.

En la primera el objeto de estudio era el hombre en su totalidad; planteó una teoría de los humores (de personalidad) y de la reacción global ante la enfermedad. Su atención estaba centrada en el sujeto enfermo, en el estar enfermo.

En la segunda la enfermedad aparece como un fenómeno autónomo de afectación corporal y con una terapéutica concreta. Su foco estaba en tener una enfermedad. Es obvio que fue esta última la que se impuso y condujo al desarrollo de la Medicina moderna, y dejó a un lado el modelo cosmogónico, universal y ecológico de la antigüedad.

Esta visión galénica dio lugar a una atomización de la realidad: del ser humano como totalidad hemos viajado al órgano, a la célula y a sus componentes bioquímicos, lo que ha dado lugar a una falsa dicotomía entre lo físico y lo psíquico. Hemos olvidado que la enfermedad es una construcción dialéctica del médico; que pasar de estar enfermo a tener una enfermedad es un proceso que precisa de la intervención del otro, de la palabra del médico cuando etiqueta, cuando dice "Usted tiene tal enfermedad". Como señaló alguien, "más importante que saber cómo es la enfermedad que tiene un paciente, es saber cómo es el paciente que tiene una enfermedad".

Cita Rof Carballo a Siebeck para decirnos lo mismo: "el curso que adopta una enfermedad y lo que implica para el destino de un hombre dependen, no de la enfermedad, sino, sobre todo, del enfermo, de su actitud ante la vida y de su situación en ella. Todo enfermo no sólo tiene su enfermedad sino que él mismo y su destino hacen su enfermedad. La historia morbosa es siempre una biografía".

Narración sintomática y narración biográfica: éstos son los dos discursos entrelazados que nos comunican los enfermos. Querer aislarlos o excluir alguno de ellos es practicar una medicina deficiente; convertir a los pacientes en casos es olvidarse del verdadero quehacer médico, pero es la realidad a la que una hipertrofia de la visión galénica nos ha conducido. El déficit del ejercicio médico actual es el olvido de la relación interpersonal médico-paciente, lo que Rof acertadamente llama "la laguna antropológica" en la Medicina.

Ha habido intentos históricos de aproximación a la visión hipocrática, desde la cuestionada Medicina Integral a la Medicina Psicosomática. Los fundamentos teóricos que apoyan esta última son muy interesantes y realmente integradores de esa dualidad mente-cuerpo. De entre sus postulados básicos (siguiendo a Lipowski) entresacamos los siguientes:

- Organización jerárquica del hombre: un acontecimiento a cualquier nivel, del molecular al interpersonal, puede repercutir en los demás niveles.

- La actividad psicológica, el cuerpo y el contexto ¡interpersonal afectan y son afectados por la enfermedad.

- El diagnóstico no debe limitarse a identificar una enfermedad sino a toda la situación del paciente.

- La terapéutica debe tener en cuenta los factores psicosociales.

- La relación entre el médico y el paciente influye en el curso de la enfermedad y en la eficacia del tratamiento.

Sin embargo, el enfoque psicosomático no ha tenido el éxito que se esperaba. La actitud psicosomática no ha calado en el quehacer médico y la Medicina Psicosomática se ha convertido en una suerte de especialidad, que ha creado incluso su propia nosología y caído en el vértigo de la parcelación y la especialización.

No obstante, cualquier proceso patológico es psicosomático y lo que exige es una actitud psicosomática, un abordaje que contemple la totalidad del individuo. Esta actitud incluye

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