Saber ver la arquitectura . Zevi, Bruno

TÍTULO DEL LIBRO: Saber ver la arquitectura

AUTOR/ES DEL LIBRO: ZEVI, Bruno

CAPÍTULO / PÁGINAS: (Cap IV, pág. 62 a 69)

CITA/S RELEVANTES:

“La iglesia cristiana no es ya el edificio misterioso que oculta el simulacro de un dios, en cierto sentido tampoco es simplemente la casa de Dios, sino el lugar de reunión, de comunión y oración de los fieles.”

“…el espacio bizantino es más bien espacio que se dilata continuamente...”

RESUMEN: Los cristianos tuvieron que elegir las formas para su templo y ajenos a la autonomía contemplativa griega como a la escenografía romana, seleccionaron lo que para ellos era vital en ambas experiencias procedentes. Casando la escala humana de los griegos con la conciencia del espacio interno romano. En nombre del hombre produjeron en el espacio latino una revolución funcional. La iglesia cristiana no es ya el edificio misterioso que oculta el simulacro de un dios y tampoco es la casa de Dios, sino el lugar de reunión comunión y oración de los fieles.

La revolución espacial consistió en ordenar todos los elementos de la iglesia en la línea del camino humano. Comparando una basílica romana y una de las nuevas iglesias cristianas, vemos una nueva idea en el planteo del problema espacial, siendo la basílica romana simétrica respecto a los dos ejes, un espacio que no tiene centro preciso y único. El arquitecto cristiano rompe la doble simetría, deja el eje longitudinal y lo hace la directriz del camino del hombre. Toda la concepción del plan espacial y la decoración tienen una medida de carácter dinámico, la trayectoria del observador. La misma conquista dinámica es evidente en los edificios con esquema central. Si tomamos al panteón un monumento de la decadencia Romana como el espléndido edificio conocido como templo de Minerva médica Y el mausoleo de Santa Constanza tienen un desarrollo espacial semejante. El espacio del panteón es estático, centrado uniformemente, sin pasajes de luz y sombra, no es necesario moverse, porque es un ambiente elemental y bien definido que se percibe a simple vista en su totalidad.

Minerva médica, con sus formas hostiles a la estaticidad precedente, formas que dilatan el espacio en los potentes nichos en sombra, con motivos atmosféricos. No se deambula libremente a pesar de la variedad de su estructura. Santa Constanza, crea un vacío anular una nueva articulación espacial, una dialéctica  de luces y sombras, siendo un carácter del espacio donde vive el hombre. Hay una fecundidad de pasajes creados por el hombre, una pluralidad de indicaciones direccionales repetidas todo alrededor, demuestran la nueva conquista cristiana.

El tema basilical paleocristiano se exalta y exaspera en el periodo bizantino. El problema del arquitecto y bizantino no era de carácter estructural sino, se limitaba a introducir en el esquema longitudinal paleocristiano la urgencia de una aceleración. En los edificios de esquema central el planteo espacial y la orientación del gusto son los mismos. El espacio se dilata hasta el fluir más veloz y hasta las perspectivas más tensas. Por ejemplo en la planta de Santa Sofía construida por enormes exedras semicirculares abovedadas, partiendo de dos puntos fijos del ambiente principal la superficie de los muros huye del centro del edificio. El espacio bizantino es más bien espacio que se dilata continuamente, hay en él un elemento dinámico conquistado a través de la cultura paleocristiana, el empleo de planos brillantes de vastas superficies luminosas que se desarrollan en tapices cromáticos. Así como los revestimientos marmóreos de los romanos eran la lógica prolongación decorativa de una concepción estática del espacio.

Por lo que respecta a la decadencia romana el templo Minerva Medica es una evasión psicológica que rompe con dilataciones el esquema clásico. El espacio bizantino está libre de ese drama, no equilibra exigencias contradictorias y constituye el aporte de una inspiración nueva y segura de sí misma, acorde con una espiritualidad unívoca, dogmática y abstracta. Las comparaciones entre Santa Constanza y San vital entre el espacio pale cristiano y bizantino, demuestra que entre ellos no hay solamente diversidad sino también oposición. En Santa Constanza las directrices de los arquitrabes radiales indican el centro del edificio al ojo del observador. Cuándo se camina en el ambiente central en interior los arquitrabe radiales marcan mediante sugerencias lineales el tránsito entre la zona luminosa y una masa atmosférica circundante. El bizantinismo desconoce una dialéctica de este género, en este existe una superficie mural que sea alabea, se aleja del centro por medio de forma cóncavas impulsadas hacia el exterior, hacia el vacío circular, llega a perder toda validez arquitectónica independiente.