Santa Anna, Comandante General Y Gobernador De Yucatán

FARNESIO 400

20 DE NOVIEMBRE DE 2005

Santa Anna, Comandante General y Gobernador de Yucatán.

El general Antonio López de Santa Anna, personaje controvertido de la historia mexicana, fue el protagonista indiscutible de la primera mitad del siglo XIX, convirtiéndose en el "hombre fuerte" del país por muchos años, si bien su presencia formal al frente del poder político fue intermitente.

En 1824 fue comisionado por Gobierno mexicano con el cargo de Comandante General de Yucatán con el encargo de restablecer el orden, alterado por los conflictos surgidos entre las dos ciudades más importantes de la península: Mérida y Campeche.

Santa Anna -quien para entonces comenzaba a adquirir cierto prestigio- tocó tierras yucatecas por primera vez en la ciudad de Campeche el 20 de mayo de 1824 y los integrantes del partido de la Liga (el cual dominaba en Campeche) lo recibieron con entusiasmo. Con tal de no crear conflictos, el general se pronunció a favor de los intereses del partido local, y apoyaba a los campechanos dándoles la razón en el conflicto con Mérida. De esta forma disfrutó de las comodidades y agasajos que se le brindaban.

El partido de la Liga era opuesto al de la Camarilla que dominaba en Mérida; estos nombres sustituyeron a los de Rutineros y Liberales, respectivamente, con los que se designaban al principio a dichos partidos.

Luego se trasladó a la ciudad de Mérida, con el supuesto objeto de hacer efectiva su adhesión a las ideas campechanas, y una vez ahí cambió de postura y se inclinó a favor del partido de la Camarilla al manifestarse a favor de los principios políticos de aquel partido, adulándolos y dejándose adular en cualquier oportunidad que se le presentaba, pero sin dejar romper de manera significativa con los ligados.

Ejemplo de ese comportamiento se observa cuando ordenó "situar en Calkiní la mayor parte de las fuerzas que guarnecían la plaza de Campeche. Y con su genial sagacidad halagó á los ligados de Campeche aparentando establecer en la medianía de ambas ciudades un cantón militar de fuerzas campechanas que dominaran á la Capital; al mismo tiempo que á Mérida le satisfacía ver debilitada la preponderancia militar de la plaza de Campeche." Esta estrategia la utilizaba para tratar de controlar todas las partes para su propia ventaja política.

Posteriormente manifestó las órdenes que había recibido por parte del gobierno central y solicitó a los campechanos reponer a los empleados depuestos por los rebeldes de la plaza e intentó que el Congreso publicara la declaración de guerra a España, todo esto no fue aceptado ni por Campeche ni por Mérida.

Al ver que no era obedecido por ninguna de las dos ciudades más importantes de la península y dudando de utilizar la fuerza para hacerse escuchar, Santa Anna consultó al gobierno de México, explicando punto por punto lo que sucedía en la península.

El gobernador de Yucatán, Francisco Antonio Tarrazo vio que el Comandante General pretendía adjudicarse atribuciones que no le correspondían y que trataba de imponer sus ideas, lo que propició un rompimiento entre ambos funcionarios.

El gobernador, con la intención de no permitir que se invadieran sus facultades y de que se respetara su autoridad, se quejó ante las autoridades de México por la actitud tomada por Santa Anna y al no obtener una respuesta favorable, optó por renunciar a su cargo, petición que fue aceptada por el Congreso del Estado.

La persona elegida para sustituirlo fue el mismo Santa Anna con el nombramiento de Gobernador Interino teniendo en sus manos los poderes político y militar tomando posesión el 20 de julio. Después, se inclinó de manera evidente por el partido de la Camarilla, actitud que demostró al aplazar la declaración de guerra a España y haciendo efectiva la reposición de los empleados que habían sido depuestos en Campeche por lo que quedó separado

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