Sintesis Mexico Barbaro
danielitos26 de Noviembre de 2012
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México Bárbaro
Este libro hace mención sobre la situación social y política del país (México) durante la dictadura de Porfirio Díaz, todo esto expuesto por John Kenneth Turner, quien se hace pasar por un empresario norteamericano y millonario. Comienza con investigaciones y entrevistas para exponer todas las situaciones de esclavismo, maltrato físico, jornadas largas de trabajo y alimentación precaria.
Este libro está dividido en 17 capítulos:
I. Los esclavos de Yucatán
En este capítulo el autor describe las condiciones de vida y trabajo en las plantaciones del henequén donde indios mayas y yaquis eran obligados a trabajar; estos últimos “presos políticos”, desterrados y vendidos como esclavos. Hace hincapié en explicar porque el peonaje o el trabajo forzoso por deudas es esclavitud y narra también cómo los hacendados hacían alarde de la complicidad del gobierno para mantener la esclavitud de los indios. A pesar de que México es un país con leyes escritas y una Constitución, es un país en donde la ilegalidad domina por excelencia partiendo desde el propio Gobierno: es un país sin libertad política, sin libertad de palabra, sin prensa libre, sin elecciones libres, sin sistema judicial, sin partidos políticos, sin ninguna garantía individual, sin libertad de conseguir la felicidad. Durante el gobierno de Porfirio Díaz el país no ha tenido una contienda electoral y por tanto el Poder Ejecutivo lo gobierna todo por medio de un ejército permanente, donde los puestos políticos se venden a precio fijo y las tierras de la nación y de muchos indígenas, también.
II. El exterminio de los Yaquis
El exterminio de los yaquis empezó con la guerra y el fin de ellos se está cumpliendo con la deportación y la esclavitud. El pueblo yaqui no han sido nunca salvajes, siempre fueron un pueblo agrícola; descubrieron y explotaron minas; construyeron sistemas de regadío; edificaron ciudades de adobe; sostenían escuelas públicas, un gobierno organizado y una fábrica de moneda. Son los mejores trabajadores de Sonora, honesto, trabajador y pacífico; un trabajador yaqui vale por dos norteamericanos y tres mexicanos, pues el yaqui tiene un admirable desarrollo físico, con hombros anchos, pecho hondo, piernas nervudas y cara curtida. El yaqui típico es casi un gigante y su raza es de atletas. Los españoles no pudieron subyugarlos completamente y después de 250 años de conflicto, llegaron a concertar la paz y les cedieron una parte del territorio con títulos de propiedad, los cuales fueron respetados por 150 años por los gobernantes y jefes de México hasta llegar Díaz; narra los conflictos de los indios yaquis del norte de México con el gobierno federal, el que para poderlos exterminar los enviaba a la península de Yucatán para que sirvieran como esclavos en las haciendas henequeneras, donde morían a los seis meses debido a las condiciones de vida y de trabajo.
III. En la ruta del exilio
Los yaquis que se dirigen a Yucatán, al llegar al puerto de Guaymas, Sonora, abordan un barco de guerra del Gobierno hasta el Puerto de San Blas. Viajan amontonados en la bodega sucia de popa. Muchos mueren en el camino por hambre o enfermedad y tienen que recorrer largas distancias a pie. Es el recorrido que hace el autor al acompañar en su viaje por tren a los indios yaquis desterrados a Yucatán. Ahí es testigo de la forma en que familias enteras eran desmembradas cruelmente.
IV. Los esclavos contratados de Valle Nacional
Valle Nacional es el peor centro de esclavitud en todo México, pues allí todos los esclavos, con excepción de unos, sobrevivían hasta los ocho meses de haber llegado, al sexto o séptimo mes empiezan a morirse como las moscas durante la primera helada invernal y después no vale la pena conservarlos, resulta más barato dejarlos morir. No hay supervivientes de Valle Nacional, sólo los dejan ir cuando ya son inservibles, cuando son cadáveres vivientes que tan sólo avanzan un corto trecho y caen.
V. Valle de la muerte
Valle Nacional fue llamado Valle Real por los primeros españoles; pero después de la independencia, el nombre fue cambiado por el de Valle Nacional. Treinta y cinco años antes esas tierras pertenecían a los indios chinantecos, tribu pacífica, entre quienes las dividió el Presidente Juárez. Cuando Díaz subió al poder olvidó dictar medidas para proteger a los nativos contra algunos hábiles españoles que azotan a sus esclavos, de modo que en pocos años los indios se habían quedado sin sus tierras. Antonio Pla, probablemente el monstruo humano principal del Valle es el gerente general de Balsa Hermanos y por tanto vigila el movimiento de 12 grandes haciendas. El movimiento anual de esclavos era de 15 mil y Pla aseguraba que aunque mataran a los trabajadores, las autoridades no intervendrían.
VI. Los peones del campo y los pobres de la ciudad
Si bien los trabajadores rurales del México porfiriano no eran afortunados, las condiciones de vida en las ciudades tampoco eran envidiables. El autor narra sus visitas a los albergues para gente de clase trabajadora, donde por tres centavos podían rentar un pedazo de suelo en una habitación que en ocasiones llegaba a alojar hasta doscientos huéspedes sin distinción de sexo. También hace referencia a las condiciones insalubres de los barrios pobres.
VII. El sistema de Díaz
El general Porfirio Díaz, sin ninguna excusa válida y sin otra razón que su ambición personal, inició una serie de revoluciones para dominar los poderes gubernamentales del país. Mientras prometía respetar las instituciones progresistas de Juárez y Lerdo, instituyó un sistema propio en el que su propia persona es la figura central y dominante; en el que su capricho es la Constitución y la Ley. Díaz es el sostén principal de la esclavitud, pues a la vez hay un conjunto de intereses comerciales que obtienen grandes ganancias del sistema porfiriano de esclavitud y autocracia. Entre estos intereses, los norteamericanos ocupan un lugar importante y sin duda, la fuerza determinante para que continúe la esclavitud en México; son defensores tan agresivos de la fortaleza porfiriana como el mejor.
VIII. Elementos represivos del régimen de Díaz
Un sistema de opresión no puede existir sin los elementos necesarios de intimidación sobre la población. En este capítulo se hace referencia a la importancia del ejército y de la policía rural para el gobierno de Díaz.
IX. La destrucción de los partidos de oposición
En México se viven hoy acontecimientos que transportan la imaginación a los días de la Revolución Francesa y a los tiempos en que nacía el Gobierno Constitucional, ese gigante destinado a concluir la transformación de la Edad Media en Edad Moderna.
El movimiento del Partido Liberal fue el único al que Díaz permitió progresar mucho en materia de organización. Este partido nació en el otoño de 1900. Tras un discurso del obispo que dejaba ver el resurgimiento de la Iglesia Católica, se conformaron 125 clubes liberales, se fundaron alrededor de 50 periódicos y se convocó a una convención que se efectuaría en San Luis Potosí en enero de 1901. Con métodos policíacos fueron destrozados la mayoría de los clubes de la federación liberal y los periódicos dejaron de circular por haber sido encarcelados los directores y destruidas o confiscadas las imprentas. Algunos dirigentes que todavía conservaban la vida y la libertad huyeron a los Estados Unidos, donde establecieron su cuartel general. Se organizó la junta que había de dirigir al partido; se publicaron periódicos y sólo después de que los agentes del Gobierno mexicano los habían seguido y hostilizado con falsas acusaciones que causaron su detención, tales dirigentes perdieron la esperanza de hacer algo por medios pacíficos para la regeneración de su país y entonces decidieron organizar una fuerza armada con el propósito de derrocar al anciano dictador de México. El Partido Liberal intentó dos revoluciones que terminaron fracasando por diversos factores: primero por la eficacia del Gobierno para colocar espías entre los Revolucionarios, segundo por los severos métodos aplicados en la represión y tercero por la participación efectiva del Gobierno de los Estados Unidos, puesto que las revueltas tenían que ser dirigidas desde el lado norteamericano.
X. La octava elección de Díaz por unanimidad
Presidente Díaz se ha mantenido a la cabeza del Gobierno mexicano por más de una generación. A fines de 1876, hace cerca de 34 años, encabezó una revolución personalista y condujo un ejército hasta la ciudad de México, en donde se proclamó Presidente provisional. Poco después, convocó a unas llamadas elecciones y anunció que el pueblo lo había elegido como Presidente Constitucional, por unanimidad. En 1880 cedió el Gobierno a su amigo, Manuel González, quien fue elegido por unanimidad. González reinstaló a Díaz en 1884, después de una tercera votación unánime. Después de 1884, Díaz fue reelegido por unanimidad cada 4 años durante 20, hasta 1904, en que el periodo presidencial se alargó a 6 años, y por séptima
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