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Valcarcel, Roberto.

lain101Trabajo30 de Junio de 2014

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Introducción

El siguiente trabajo tiene por objeto establecer una comparación entre la pintura holandesa del siglo XVII y la pintura realista francesa del S. XIX a través de las obras de Johannes Vermeer y Gustave Courbet ; partiendo como hipótesis que ambas corrientes estéticas (el barroco holandés y el realismo francés) se nutrieron del concepto de realidad para elaborar un lenguaje pictórico diferente que marcara un punto de quiebre en la historia de la representación del arte occidental moderno. La pintura ha sido, en muchas ocasiones, un sincero reflejo de lo que el pintor visualizaba con sus propios ojos y decidía plasmar en el lienzo para que perdurase eternamente en la posteridad. Así, gracias a multitud de obras de arte, nos podemos hacer una idea bastante aproximada de cómo era la sociedad, la vida urbana, las fiestas, los paisajes y el trabajo en determinados ambientes socio-históricos.

Vermeer se inscribe, en la tradición pictórica holandesa que combina el realismo con la representación de la perspectiva y los efectos de la óptica a través de la técnica de la cámara oscura. Gustave Courbet, por su parte, personifico y fundó la corriente realista en Francia sosteniendo en el manifiesto del Realismo publicado en 1850:

“La única fuente de inspiración en el arte es la realidad. (…)No se admite ningún tipo de belleza preconcebida. La única belleza válida es la que suministra la realidad, y el artista lo que debe hacer es reproducir esta realidad sin embellecerla. Cada ser u objeto tiene su belleza peculiar, que es la que debe descubrir el artista". 1

Es en este contexto que ambas corrientes estéticas servirán de sustento para el desarrollo de un lenguaje plástico netamente moderno teniendo como base la “realidad” inmediata. A través del análisis de algunas obras de Johannes Vermeer y Gustave Courbet el siguiente trabajo pretende demostrar cómo se formula el concepto de realidad en ambos artistas.

1. Valcarcel, Roberto. Trabajos 1968 – 2008, 1ra. Edición., La Paz, Plural Editores, 2008, Tomo II, p.230.

El Concepto de Realidad

Antes de abordar como se aplica el concepto de Realidad en la historia de la pintura occidental, (en particular en el caso holandés y francés) es necesario indagar en la raíz del término. Realidad deriva del latín «realitas» y éste por su parte procede de res, que significa «cosa».

En la filosofía clásica el término “realidad” ha sido planteado en estrecha relación con las ideas de esencia y existencia, es decir, que se la ha concebido de un modo trascendente, fuera del mundo de la experiencia sensible. Mientras que en la Edad Moderna, el concepto de realidad sufrirá diversos tratamientos de acuerdo a las posturas empiristas y racionalistas. Kant ofrecerá una versión que sintetiza elementos de ambas corrientes filosóficas. Sosteniendo en “Crítica de la Razón Pura” la siguiente argumentación:

"No hay duda de que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia (…)"Si bien todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia, de ningún modo se infiere que todo se origine de la experiencia. Por el contrario, es muy posible que nuestro conocimiento empírico sea una combinación de aquello que recibimos a través de nuestros sentidos, y aquello que la capacidad de cognición proporciona para si misma".2

Es decir para Kant la “realidad” no solamente es aquello que capta nuestra experiencia sensorial y visual sino que viene acompañada por el proceso cognitivo que permite procesar los estímulos captados por los sentidos. Si no tuviéramos esa capacidad de razonamiento y procesamiento de la información, según el autor, solo percibiríamos una sucesión de estímulos del mundo exterior.

En la filosofía contemporánea aportes como los de Jacques Lacan permiten hacer una distinción entre realidad y lo real:

"Lo real no es el mundo. No hay ninguna esperanza

de alcanzar lo real por la representación.”3

Es decir, para Lacan, “realidad” es el conjunto de cosas tal cual son percibidas por el ser humano, la realidad es, fenomenológica y sensible. Sin embargo lo Real, es el conjunto de las cosas independientemente que sean percibidas por el ser humano.

A través de este breve análisis del concepto de realidad es posible llegar a la conclusión que su significado muchas veces puede resultar ambiguo y diverso de acuerdo a momentos filosóficos y a diferentes posturas de pensamiento. Este mismo planteo se traslada a la cuestión estética y a la hora de abordar el concepto de realidad a través de la historia del arte. Es por ello que la noción de “realidad” difiere de la estética clásica con respecto a la estética barroca, impresionista, realista, etc.

En el siguiente apartado el objetivo de éste trabajo es indagar ¿qué es la realidad? para el caso de la pintura holandesa del siglo XVII y francesa del siglo XIX analizando obras de Johannes Vermeer y Gustave Courbet.

2. Kant Immanuel. Critica de la Razón Pura, Buenos Aires, Aguilar, 2010, p.54. 3. Jacques Lacan. La Tercera, Roma, (s/e), 1974, (s/p).

“REALISMO” HOLANDES DEL S. XVII: Historias mínimas de la vida cotidiana burguesa y domestica

El arte burgués, principalmente en los países protestantes del norte europeo del siglo XVII florece en un entorno histórico-político muy definido. Es una etapa en la cual el hombre toma el dominio del centro del universo, y responsable de su rol, avanza hacia el primer plano europeo como humanista, mecenas, inventor, descubridor, artista. Momento además de triunfo y consolidación de la Nación y el Estado moderno, de características absolutas con el fortalecimiento de la autoridad real. También es el momento de consolidación de las fuerzas económicas y sociales que durante la Edad Media se iban gestando pausadamente como el capitalismo y la burguesía. Los burgueses en Europa se hicieron poderosos gracias a la creación de redes comerciales que se extendían de norte a sur. Su papel como representante revolucionario había ocasionado revueltas populares urbanas en la Edad Media y Moderna. Se desarrolla esta burguesía fundamentalmente en las zonas de más apogeo, crecimiento económico y comercial desde el bajo Medioevo; tal es el caso de Inglaterra (donde llevan a cabo en el siglo XVII la revolución inglesa contra el absolutismo monárquico), y Holanda.

El apogeo de la pintura en Holanda se inició cronológicamente con su independencia nacional en 1648 y manifestó, a partir de entonces, características que la diferenciaban de otras corrientes del barroco europeo.

El "retrato" de Holanda que legaron estos pintores resulta interesante ya que plantea la representación del mundo visible a través de un arte sin protección oficial, sin temática autoritaria ni religiosa, que mas que nada se vio obligado a servir los gustos populares y sobre todo a los gustos de la burguesía mercantil holandesa.

El espíritu del arte holandés se manifestó muy originalmente en el género del "retrato colectivo" o “doelen stukken”, donde aparecen temáticas tales como la entrega del mando o de la bandera a los capitanes de las tropas organizadas para luchar contra el invasor, las famosas lecciones de anatomía o las comilonas con que los oficiales de las tropas celebraban sus éxitos militares.

El retrato individual y el grupo familiar tuvieron también en la pintura de este período una importancia muy considerable que hay que relacionar con la mentalidad burguesa.

Pero la corriente más interesante surgida tras la influencia de pintores como Rembrandt es el llamado “intimismo holandés”. En ésta corriente claramente se observa la obra de Vermeer. Ya que se entrará en el interior de la casas del período y se participará en la intimidad de la familia. Es una pintura intimista que invita al espectador a ese mundo privado, plagado de historias mínimas de costureras, doncellas, domésticas y paisajes de época.

Johannes Vermeer

Las temáticas de sus obras correspondían a su entorno más inmediato, ya que Jan Vermeer siempre vivió en la ciudad holandesa de Delft y sólo se registran dos viajes a lo largo de su vida. En cuanto al formato de sus obras, éstas eran más bien pequeñas, y utilizaba colores fríos, (especialmente los azules, amarillos y grises). La mayor parte de sus obras que se conservan presentan ciertos tópicos comunes tales como:

-Escenas de interiores domésticos.

-Paredes generalmente decoradas con reproducciones de cuadros y mapas.

-Observamos que en sus cuadros coloca una o dos figuras, que generalmente reciben la luz por una ventada situada a la izquierda. Casi siempre mujeres representadas en sus cuadros, y de ser hombres, siempre sin protagonismo o de espaldas.

-Pintaba personas de todas las clases sociales, sobre todo del ámbito doméstico (costureras, personal de limpieza) y jóvenes de la burguesía local de Delft.

-Pintó pocos paisajes, se le atribuyen sólo dos: Vista de Delft y Una calle de Delft.

La cuestión técnica más destacable de sus cuadros es el carácter casi fotográfico de sus escenas, ya que tienen una delimitación y una potente luz lateral que ilumina al personaje de una manera que se aprecian los más mínimos detalles (por ejemplo si es una dama, captar los pliegues del vestido, en las paredes cuadros colgados, así como la perspectiva de los mosaicos del suelo).

Manejaba la luz dándole a sus cuadros vida. Hay un equilibrio en las composiciones de los cuadros, así como un fuerte realismo que hace vivir las

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