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Arlt Roberto

angri6 de Octubre de 2013

909 Palabras (4 Páginas)486 Visitas

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El cuento "Pequeños propietarios" se publicó en 1933, junto con otros relatos, en el volumen El jorobadito. Para ver cómo funciona la crítica so­cial que formula Arlt; pero también, cuál era su posición en ese momento de la literatura argentina, un buen recurso es remitir el análisis al proble­ma de la identidad. Y este conflicto puede plantearse en dos niveles com­plementarios: el de los personajes representados y el de Arlt como autor.

La cuestión lleva, dados los caracteres sociales represen­tados, a la hipocresía y al anhelo de los personajes por cambiar de identidad social. En el relato, se ven sus mez­quindades, sus envidias, sus miserias. Los matrimonios que representa Arlt son gentes pequeñas, que recién acceden a la propiedad. Llevan una vida de sinsabores y frustraciones, pero también aspiran todo el tiempo a tener más: a acumu­lar bienes, a mejorar su propiedad. Puede verse en el relato, por otra parte, la obsesión de los personajes por aparen­tar socialmente lo que, de hecho, no son. Esto se divisa, sobre todo, en sus conductas hipócritas. Fingen ser bue­nos vecinos, cordiales y solícitos; mantienen conversacio­nes supuestamente amigables.

El relato brinda, así, un fuerte componente de crítica so­cial. Desnuda, precisamente, la identidad verdadera de los pequeños propietarios, armada sobre la noción de hipocre­sía. Por otra parte, no trata un tema puramente individual, sino que remite a un conflicto en relación con la posi­ción social. ¿Por qué? Porque el relato se vertebra todo el tiempo en una dualidad. Se sabe, por un lado, lo que hablan Joaquín y su mujer en sus horarios de descanso, en su vida privada. Y esto revela, entonces, cómo resultan mero fingi­miento sus acciones, procederes y dichos cuando están en un contexto no privado sino social, es decir, frente a sus ve­cinos. Ellos, irremediablemente iguales a sus vecinos, quie­ren ser más, quieren ser desde el orden social diferentes, pero no pueden. Apelan, entonces, a una conducta hipócrita que delata su deseo de pertenencia a una situación más privilegiada.

Como el texto de Arlt es una crítica social, utiliza uno de los procedimientos fundamentales de este tipo de literatura: la caricatura. ¿Cómo se logra la caricatura? Fundamentalmente exagerando, despro­porcionando, modificando las relaciones de las partes con el todo en el que se incluyen. Un ejemplo: "de aquel semblante amable durante el día só­lo restaba un perfil de hueso de nariz rampante y terrible mirada lechosa, que, atravesando su carne, estampaba en su conciencia un dictado terrible". Aquí la nariz se torna extraña con respecto a la totalidad, el "semblante ama­ble" al que hace "desaparecer".

EL GROTESCO ARLTIANO

También ArIt introduce en las descripciones algunos elementos que exceden la caricatura y las acercan, más bien, al grotesco. El grotesco es modo de representación literaria que también apunta a la crítica social. Por medio de este recurso, los personajes adquieren características y matices extra­ños, un poco ridículos, desproporcionados. Se procura, así, lograr un efecto tragicómico. Es habitual encontrar, como recurso del grotesco, la introducción de un elemento a la vez ridículo, un poco gracioso, pero también inquietante, que genere rechazo. En esto último, se diferencia de la mera caricatura. En "Pequeños propietarios", el ejemplo más evidente del grotesco lo constituye el ojo de vidrio de Joaquín.

¿En qué se relacionan la caricatura y el grotesco con la identidad? Precisamente, por medio de estos mecanis­mos se representa una identidad, a la que se cuestiona y critica de un modo que la reba­je, la degrade, la ridiculice y exhiba sus ras­gos más monstruosos e inhumanos.

La identidad en el lenguaje

En la enunciación del relato, en su composición

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