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Abel Sanchez


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2013  •  1.984 Palabras (8 Páginas)  •  490 Visitas

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Esta es la historia de dos hombres que se conocían desde que tenían uso de razón. Siempre fueron los mejores amigos, o tan siquiera eso querían creer.

El protagonista es Joaquín Monegro, el cual toda su vida estuvo viviendo bajo la sombra de su amigo Abel Sánchez, éste era en el colegio el tipo más agradable de todos, que aunque no tuviera un muy buen promedio, el carisma y aquella fama natural que poseía eran suficientes para ser considerado como el chico más querido, apreciado y popular de la entera escuela.

Por otro lado, Joaquín, era serio y se le reconocía por la gran inteligencia y el alto rendimiento escolar que poseía, sin embargo, carecía de amigos y popularidad, por lo tanto trató de ser como Abel, cosa que le salió mal, ya que más que nada se veía mal, aislándolo aún más de lo que ya estaba, cosa que Joaquín sufrió durante todo el largo periodo de sus estudios, siempre opacado y envidiado a Abel.

Cuando los dos terminaron la universidad, Joaquín se recibió de médico, mientras que Abel de pintor. Seguían siendo buenos amigos y aquella gran e inmensa relación no dejó de estar presente.

Sin embargo, aquella envidia que Joaquín sentía desde niño por su casi hermano Abel, continuaba. Mientras veía cómo triunfaba Abel con sus excelentes pinturas, se retorcía como un gusano en el anzuelo por ver la fama y la gloria que estaba obteniendo como novato. Él, por otro lado, era un maestro en la medicina, pero aún no conseguía la suficiente clientela como para hacerle ver a la comunidad su gran talento.

En otro tema, Joaquín estaba enamorado profundamente de Helena, la cual era una chica vanidosa y materialista que no le hacía ni el menor caso.

Joaquín le contaba de esto a su gran amigo Abel, el cual para conseguir que ella se enamorara de su amigo, se ofreció en ir a conocerla para hacer un retrato, Joaquín aceptó aunque dudoso. Desde el día en que empezaron las sesiones para el retrato, Helena y Abel empezaron a conocerse, y terminaron enamorados y siendo novios, cosa que en un principio Abel se encargó de mantenerlo en secreto a su amigo.

Pero como se sabe: todas las mentiras con el tiempo salen a la luz, por lo que Joaquín no tardó en saber que su gran amada y su mejor amigo llevaban una relación de noviazgo, lo cual no pudo soportar... ¿cómo podía ser que su mejor amigo a sabiendas de que quería a Helena, anduviera con ella? Infame. Lo tomó de esa forma: una infamia, un arrebato de lo que le pertenecía. Aún así, se tragó su coraje e hipócritamente le decía a Abel que no se preocupara, que se resignaría. Por consiguiente, Abel y Helena se casaron y, naturalmente, invitaron a Joaquín, el cual aceptó de una manera, al parecer, franca y sincera, pero en realidad estaba disfrazada de envidia y gran rencor. Por otra parte, el retrato de Helena tuvo un gran éxito y todos lo vanagloriaban y con esto, en Joaquín empezó a crecer un gran y profunda envidia que se relacionaba íntimamente y se remontaba a aquellos años de infancia cuando todo empezó. Por lo tanto, Joaquín decidió vengarse de su amigo y su gran amada, que tal vez, más que amor, ya era obsesión sobre ella. Se propuso a ganar fama como médico y quitarle la reputación a Abel de alguna forma y así, Helena se daría cuenta de que quien realmente valía la pena para ella era Joaquín y no Abel, ya que según Joaquín, ella se había ido con su amigo por su fama, gloria y gran reputación.

Pero también decidió conseguirse una esposa, para salvarse de la terrible envidia que corría por sus venas y porque requería de un amparo a su pasión, por lo que se casó con Antonia, una mujer llena de ternura, dulzura, amor y compasión, que más que casarse por amor, se casó porque escuchó el grito de auxilio de Joaquín. Pero además, en el momento en el que se enteró de que Helena estaba encinta, decidió él también tener hijos. Los dos profesionistas se encontraban en un gran momento de reputación y fama, auque a Joaquín se le habían muerto algunos pacientes... y no porque no pudiera curarlos, sino porque aquella furia, aquel odio no lo dejaba concentrarse, veía a Helena en todo momento, y así se dio cuenta también de que ese amor que antes sentía por su amada, se había convertido en un odio porque sabía que tanto Abel como Helena se habían casado para fregarlo a él porque lo despreciaban, que era lo que realmente le llenaba de coraje y enojo.

Después de que el hijo de Abel nació, empezó a pintar un cuadro acerca de Caín y Abel, y mientras Joaquín y el pintor hablaban de aquel nuevo cuadro, el médico se empezó a identificar bastante con la gran leyenda de estos dos hermanos y leyó entonces Caín de Lord Byron, con el cual descubrió grandes cosas de él mismo. Se dio cuenta que verdaderamente envidiaba muchísimo al amigo de toda su vida, mientras éste no hacía más que alabarlo y quererlo de la manera más honesta.

Se presentó la oportunidad entonces de que Joaquín diera un banquete por el gran éxito que obtuvo la obra de su amigo. En el banquete, Joaquín dio un impactante y profundo discurso acerca de la pintura de Abel. Todos los presentes quedaron impresionados y gratamente identificados por lo que al terminar dieron un bárbaro aplauso que dejó sorda la habitación. Abel en lo personal, se sintió muy conmovido y las palabras de Joaquín le llegaron al alma, y al parecer, fue la primera vez que Abel Sánchez realmente sintió lo que significaba uno de sus cuadros. Con esto, la reputación y la fama de Joaquín se fueron a la cima. Sin embargo, éste se sentía pésimo porque fue hipócrita y

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