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Análisis Literario De Cuento Mexicano Canastitas En Serie.

fliipfloow22 de Octubre de 2014

993 Palabras (4 Páginas)17.490 Visitas

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Análisis literario.

Canasta de cuentos mexicanos.

Bruno Traven.

Editorial: Selector.

Año publicación: 1960.

Temas: Literatura - Cuentos y relatos

Personaje principal: Mr. E. L. Winthrop.

Personaje secundario: Un Indio Oaxaqueño.

Personaje Trascendental: Mr. Kemple (Confitero de la Ciudad de Nueva york).

Personajes Incidentales: Una mujer.

Tema: Cuento – Relato.

Argumento:

El pequeño cuento “Canastitas en Serie” data la historia de un indio campesino Oaxaqueño, el cual, por necesidad y un gusto por su trabajo, creaba hermosas piezas de Arte únicas, canastitas coloridas y muy bien hechas. Su trabajo era en el campo, cuidar sus cultivos y el hogar, modestamente se ganaba la vida, teniendo a duras penas para comer y mantener a su familia, las canastitas significaban algo más que un simple trabajo de tiempo libre, les dedicaba mucho tiempo esmero y le ponía algo que llamaba sus canciones y esencia.

El indio cada sábado llevaba una docena de sus preciosas canastas a vender al mercado del pueblo, no tenía nunca éxito con sus ventas, ya que la gente por ser un humilde campesino y creer que por ser hechas de materiales de milpa e insectos que recogía no tenían ningún valor, las personas compraban sus canastitas por lastima, le regateaban y de los ochenta centavos que el indígena estimaba recibir por sus mal pagadas obras de arte solo recibía en el mejor de los casos la escasa cantidad de 25 centavos, él como no se podía dar el lujo de volver con las canastitas a casa, les daba por su lado y terminaba vendiéndolas a lo que los clientes querían, para que al momento terminaran tiradas y sin ningún uso.

Un día mientras recorría el pueblecito un turista New Yorkino de nombre Winthrop vio al indio trabajando en sus canastas frente a su jacal, descubrió inmediatamente el talento del joven campesino indio, y pregunto el precio de sus piezas, imaginando una suma elevada a tal perfecta prenda entretejida de milpa muy bien decorada. Fue enorme su asombro al oír de la boca del indio el costo de dicho objeto que no sobrepasaba el peso mexicano, tanto que hasta pensó en que sería un buen negocio si el pudiera asociarse con el pueblerino, pero en ese momento no se atrevió a hablar de negocios con él, pero si le hizo unas cuantas cuestiones de sus productos si los vendiera en mayoreo, para tal vez, si se le ocurría algo inteligente poder aprovechar la situación de estas preciosas artesanías indígenas.

De regreso a su país natal el gringo encontró una oportunidad de poder vender las canastas a un confitero del centro de la ciudad de Nueva york, para poder utilizarlas como envolturas para exhibir chocolates y diversas golosinas finas, estas canastas le darían un aspecto elegante y artístico a aquel establecimiento. El confitero se entusiasmó y con mayor razón el ventajoso gringo que logro cerrar el trato por doce mil canastas que vendería en un dólar con sesenta y cinco centavos.

Inmediatamente regreso a el pueblo en busca del humilde pueblerino y le pidió de modo amable y sin contar sus intenciones abusivas la enorme cantidad de canastitas, pero el indio al quebrarse la cabeza de tanto pensar cual sería el precio de mayoreo del supuesto pedido, lo aumento en gran manera, el sr. Winthrop se tornó en un tono molesto y no entendía el hecho de tal cambio drástico del precio. El indio nunca cambio de parecer en la nueva tarifa, por el simple hecho de que le costaría demasiado trabajo el hacer todas las canastas en el tiempo estimado, tendría que descuidar sus cosechas y su familia, que le costaría más caro de lo que el gringo le podría pagar en misión de empleado. Aparte el hacer una canasta por lo más sencilla que fuera era de horas de trabajo y utilizar materiales frescos y de calidad que costaba una semana poder

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