Analisis por capitulos del libro El principe

CAPITULO XVI

DE LA LIBERALIDAD Y MISERIA

SINTESIS: Se analiza en este capítulo que la avaricia o ser liberal, prodigo o por el contrario generoso son decisiones del gobernante, de él depende.

Un príncipe que sea liberal puede considerarse bueno, si es prudente en sus acciones, no pasara al otro extremo de ser tacaño, también dice que ser liberal es no privarse de ostentar o ser suntuoso y esto conlleva a el príncipe a malgastar toda su riqueza y luego para continuar aparentando de su liberalidad, deberá subir los impuestos y esto lo hace odiado por sus gobernados, pues un príncipe no pude, optar a la virtud de la liberalidad sin que esto le cause un mal mayor. Esto quiere decir que no le debe preocuparse de ser denominado por el pueblo de tacaño ya que sus gobernados se fijan es en que la moderación de sus rentas que estos pagan con el fin de defender su principado de quienes le declaran la guerra y para crear una expansión de empresas en su territorio sin afectar su pueblo y así ejerce su liberalidad con quienes no les quita nada y los cuales son de mayor cantidad, mientras no tiene avaricia con quienes no les da, los cuales son pocos. Por otro lado hubo Príncipes que con sus tropas han hecho grandes cosas a pesar de tener fama de liberales, pues sus gastos: era tacaño con su patrimonio, en relación con sus gobernados, no debe descuidar los preceptos de la liberalidad. Además cuando está en guerra y se toma los botines y saqueos de los otros, debe ser lo más liberal posible ya que, de lo contrario, sus soldados no le seguirán, pues ellos tienen intereses económicos.

CONTEXTO ACTUAL: El presidente Nicolás Maduro vive en una burbuja de lujo y despilfarro que contrasta con la vida de la mayoría de venezolanos: pobres, castigados por la escasez de alimentos y medicinas en un país paradójicamente rico en petróleo, pero asolado por una crisis económica y financiera que no parece tener fin. Los gastos directos de Maduro en Miraflores suman 77.313.637 bolívares (9,158 millones de euros), sin incluir los 698 millones de euros de su despacho de Presidencia. Las partidas más abultadas son las de viajes: al exterior son 33,2 millones de bolívares y los nacionales, 16,8 millones. En tercer lugar, el mandatario tiene una cartera de 12,4 millones de bolívares llamada «relaciones sociales» para invitar a sus amigos a comer y hacer regalos. Para los gastos telefónicos asigna 9,164 millones y 898.000 bolívares para la factura eléctrica. También gasta en lavandería y tintorería 969.680 bolívares. En libros, revistas y periódicos destina 1,453 millón de bolívares. En prendas de vestir, 1,4 millón. En calzados 170.000 y en crema de afeitar y lociones, 753.050 bolívares.

CAPITULO XVII

DE LA SEVERIDAD Y CLEMENCIA: Y SI VALE MAS SER AMADO QUE TEMIDO

SINTESIS: Maquiavelo afirma que un príncipe debe desear ser tenido por carismático y no por cruel; ahora bien, debe pensar muy bien en sus actitudes para no hacer un mal uso de la clemencia. Un príncipe no debe temer el ser denominado cruel si esa actitud mantiene a sus gobernados leales a él. Un exceso de clemencia puede llevar, a la larga, al alteramiento del orden público, al homicidio y al robo mientras que la crueldad garantiza un castigo a particulares.

Un nuevo príncipe será tildado siempre de cruel a causa de que los nuevos principados están llenos de peligros, él debe ser severo para mantenerse. Un buen príncipe actuara moderadamente, con cautela y con humanidad pero sin pasar a ser blandengue pero que tampoco el exceso de desconfianza en sus vasallos lo convierta en molesto

Maquiavelo presenta la cuestión de si es mejor ser amado o temido, o al revés.  Expresa que cuando no se logra que los súbditos lo amen y lo teman al mismo tiempo es mejor se temido que amado. El hombre es perverso y por lo mismo no es para confiarse en él. Estos hombres pueden comprarse pero no se está exento que se volteen en contra del príncipe, si este se hace amar pues quein se hace temer, lo respetan un poco. No se debe confundir el temer con el odiar y para evitar lo segundo es obligatorio no disponer de los bienes de sus ciudadanos, para enriquecimiento propio. Los príncipes no deberán temer ser catalogados como crueles frente a las tropas propias pues de esta manera adquieren respeto, y fidelidad.

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