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Capitanes De La Arena


Enviado por   •  28 de Agosto de 2012  •  1.895 Palabras (8 Páginas)  •  1.916 Visitas

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En el presente ensayo, y como práctico desprendido de la cátedra Lengua y su Didáctica II, realizaremos un análisis del libro “Capitanes de la Arena” de Jorge Amado, tomando como eje primordial para realizar dicho análisis, la indigencia, la pobreza, las diferencias entre las clases sociales, problemáticas a resolver casi con urgencia, ya que hoy en día azotan a muchas de las naciones latinoamericanas, incluidas entre ellas, y como no podía ser de otra manera, claro, a la nación Argentina.

La diferencia entre las clases sociales, la pobreza, la pobreza extrema, son algunos de los más fuertes detonantes que hoy en día posee la inseguridad. Los chicos, que vagan por las calles luchando para sobrevivir como consecuencia de la sumisión en la indigencia, ha pasado a ser algo de la cotidianeidad de nuestros días. Estos sujetos, ven en la calle la posibilidad de conseguir “dinero fácil”, comida, y otros elementos que le permitan sobrevivir en una cruda realidad como es la de calle, con la utilización de armas, la estafa y otras artimañas conocidas, aprendidas en dicha realidad. Pero lo que es más triste aún, es que este índice de pobreza, teniendo en cuenta a los niños callejeros, va incrementándose cada vez más y las soluciones implementadas por los gobiernos y la participación activa de organizaciones no gubernamentales, como Unicef, surten muy poco efecto.

Estas problemáticas, en la obra de Jorge Amado son muy evidentes. Las situaciones de pobreza y desamparo en las cuales se encuentran sumergidos los “Capitanes de la Arena”, pueden verse con claridad en casi todas las páginas del libro.

Como expusimos al principio de este prólogo, tomando como punto de referencia la pobreza, la indigencia y demás, realizaremos un análisis del libro pero, además, intentaremos encontrar puntos de contacto con un film que hemos visto con el único objetivo de enriquecer nuestro trabajo y lograr que resulte más significativo para el futuro lector. Tenemos pensado también, efectuar ciertas analogías entre los sucesos acaecidos en el libro y en la película, con la realidad que vivimos los argentinos todos los días, al igual que las situaciones de pobreza e inseguridad que suceden, en menor medida claro, en nuestra localidad.

Como mencionamos unas líneas atrás, estas analogías las llevaremos a cabo no sólo para enriquecer el presente ensayo, sino también para captar el interés del lector al recortar estas problemáticas, y analizarlas tomando como referencia nuestra nación y nuestra localidad misma, procurando así, acortar las distancias entre lo que uno ve y escucha en los medios de comunicación, con las experiencias personales.

“Los Capitanes de la Arena, una realidad aparte”

Hablar de los niños de las calles no es fácil. Decir que son “un grupo de sinvergüenzas, de dañinos. Habría que agarrarlos y colgarlos en el centro”, diría Enrique Víctor Feyt, sería la salida más sencilla.

En la Argentina existe una cantidad aproximada de 1.500.000 chicos que hacen de la calle su alimento de cada día, su techo y su hogar. La mayoría de estos chicos, no tienen familia y si la tienen, se encuentran en la misma condición que ellos, cartoneando, reciclando lo que la sociedad desecha, y en muchos casos recurriendo a la delincuencia.

Podemos observar esto en el libro “Capitanes de la Arena”, de Jorge Amado. Un libro que hace referencia a una realidad de niños abandonados, unidos por la miseria y empujados por una sociedad que los margina. Estos chicos organizan su propia sociedad, con matices de delincuencia. Pero caracterizada también por la solidaridad, la inocencia y el amor.

Este grupo de niños, de las más variadas edades, conducidos por su líder Pedro Bala, se encuentran marginados en un depósito, situado en los arenales del puerto de la ciudad de Bahía, Brasil.

Estos chicos no ven la calle como un infierno, sino como un refugio del desamparo, de la falta de un calor maternal que los mantenga acobijados de la crueldad de la realidad en la cual se encuentran inmersos.

“Eran unos cincuenta, sin padre ni madre, sin maestro. No tenían nada más que la libertad de andar por la calle. Su vida no siempre era fácil, conseguían para la comida y la ropa cargando maletas, o robando carteras o sombreros, con amenazas, o pidiendo limosna. El grupo reunía a más de 100 chicos, pero muchos no dormían en el depósito. ”

Estos delincuentes juveniles recurrían a escaramuzas o artimañas. Por ejemplo, su líder, Pedro Bala, un chico de quince años, era quien planeaba los golpes y luego formaba los grupos de asalto para efectuarlos. João Grande, un negro alto de trece años, era poseedor de una gran fuerza. João José, apodado “El Profesor”, un niño de suma inteligencia, miope, era la mano derecha de Pedro Bala, y ningún plan era realizado sin haber consultado con el primero.

El Sem-Pernas, era el espía del grupo; “era rengo y ese defecto físico, le valió el sobrenombre. También le valía la simpatía de cuanta madre de familia lo veía, humilde y tristón, pidiendo un poco de comida o resguardo por una noche.” Se metía en las viviendas y observaba todo aquello que tenga valor, luego informaba a la banda, la cual robaba los elementos de la misma.

El Gato, un pequeño que solía vestirse con elegancia y que tenía habilidad para la trampa en el juego, y los demás personajes que solamente participaban en los grupos de asalto.

Eran solamente un grupo de chicos que buscaban apañárselas en la calle, que conocían los vicios y los placeres mundanos. Un grupo de chicos que buscaban algo de la vida cotidiana que les dé un abrazo, que los contenga

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