Comentario de texto: Sobibor por Jean Molla

Sobibor

 Sombras del Pasado que oscurecen el futuro

Este año, como parte de nuestro plan lector leímos el libro “Sobibor” escrito por el francés Jean Molla.  Disfruté mucho esta lectura. Logró desconectarme de lo que pasaba y realmente me absorbió. Fue muy fácil de leer y me mostró una realidad muy cruda. Es una novela ambientada durante el siglo XX y durante el holocausto nazi y durante la segunda guerra mundial.

La historia relata la vida de Ema, una muchacha de 17 años que sufre de anorexia y bulimia, estos se acentúan con la muerte de su abuela y el descubrimiento de un diario perteneciente a un soldado nazi que narra su vida dentro del campo de Sobibor. Conforme va leyendo el diario, Ema se da cuenta de la crueldad de ese mundo donde mataban a gente por su religión y creencias. La enfermedad de Ema se complica por la ausencia de familiares que la apoyen y el sentimiento de culpa que sentía por los crímenes de guerra que nunca fueron pagadas.

 Los personajes principales son Ema y Jacques. Ema es una muchacha de 17 años que sufre de trastornos alimenticios y descubre el diario. Jacques es el soldado nazi que logró evadir la justicia y comenzar una vida nueva después de la guerra. La relación entre ambos personajes es de abuelo y nieta. El conflicto viene cuando Ema se comienza a sentir culpable por la forma de actuar de su abuelo y su enfermedad se hace más grave.

El libro cuenta con 1 Preludio y 19 Capítulos. A lo largo de la historia se usa el paralelismo porque narran al mismo tiempo los problemas y reacciones de Ema y, lo que fue la vida de Jacques en Sobibor. También se narra a través de Flashbacks los recuerdos de Ema de cuando su abuela estaba viva. Cuenta con perspectivismo y se utiliza el racconto porque el primer capítulo narra lo que sucede cuando Ema regresa del hospital, lo que sucede a mitad de la novela.

El autor cuenta la historia utilizando términos y palabras en alemán y francés, ambientándose en el contexto del holocausto; la forma en la que está contada la historia, como lo he mencionado al inicio, es muy cruda y relata detalladamente como Ema se induce al vómito y como Jacques y el resto de soldados mataban a los prisioneros sin pensarlo y sin remordimiento alguno, siendo poco sensibles ante el sufrimiento humano.

El libro te relata como muchos soldados nazis se fugaron y no fueron juzgados por los crímenes cometidos. Jacques junto a Konrad logran evadir la justicia robando la identidad de otra persona y así poder vivir en paz. Menciona también lo compleja que era la estructura dentro del campo y lo frágil que resultaba mantener todo en orden. El empoderamiento de los prisioneros trajo la fuga de 1943 del campo de exterminio. Se encuentra claramente definido el pensamiento alemán y su doble moral frente a la matanza de judíos con el fin de mantener la “pureza y superioridad” de la raza.

A lo largo de toda la historia, Ema sufre de problemas que son cada vez más comunes en nuestra sociedad. La ausencia e indiferencia por parte de los padres hacia su hija es algo que sucede más a menudo. Dentro de la familia no hay comunicación y la muerte de un miembro causa que otro su hunda. Ema, al cargar con la culpa de los crímenes y no ser capaz de comunicarlo, dejó de apreciar su vida, se refugió en los trastornos alimenticios y utilizó esto como excusa para hacerse daño. A final de cuentas ¿Qué hacía distinta su vida de la de todos los judíos que murieron en manos de su abuelo? ¿Ella merecía vivir más? Jacques nunca pagó por lo que hizo ni mostró signo de arrepentimiento y su suicidio creo yo que fue más por la frustración de ver caer la nueva vida a base de mentiras que tanto le había costado construir.

Para concluir, este libro me hizo recapacitar sobre la repercusión de mis acciones. Nunca se sabe si nuestras decisiones afectarán a alguien positiva o negativamente en el futuro. Por mal que nos vaya en la vida no podemos olvidar que nuestra vida tiene valor. Todas nuestras acciones traen consecuencias que tenemos que estar dispuestos a afrontar. No podemos permitir que los problemas nos sobrepasen ni cargar con culpas ajenas. Sobre todo, debemos recordar que hemos vivido en un mundo muy cruel y depende plenamente de la fortaleza de nuestros valores y de la firmeza de nuestra moral no repetir los mismos errores que nuestros antepasados.

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