Compartiendo Recuperación a través de Jugadores Anónimos
DIOCO597Apuntes20 de Agosto de 2019
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Compartiendo Recuperación
a través de
Jugadores Anónimos
DEDICATORIA
Este libro está dedicado a aquellos miembros que vinieron antes que nosotros y a aquellos que vendrán después.
RECONOCIMIENTO
La Confraternidad de Jugadores Anónimos desea dar gracias al Comité que contribuyó con su tiempo, esfuerzo y guías en hacer una realidad este libro.
PREFACIO
El juego patológico (compulsivo) es una enfermedad destructiva, peligrosa y potencialmente mortal. Sin embargo, este problema devastador es tratable y Jugadores Anónimos (JA) ha sido y es la modalidad de tratamiento más eficaz para el jugador patológico. Este libro presenta los principios y guías de JA que han sido usados por miles de personas que han sido exitosamente tratadas.
La falta de un profundo conocimiento acerca de JA es la razón primordial para cualquier malentendido acerca de sus propósitos, métodos y actividades. Simplemente esta es una confraternidad voluntaria de jugadores compulsivos reunidos con el solo propósito de ayudarse a sí mismos y a otros a parar de jugar. Este es un Programa de 12 Pasos que proporcionan un marco de esperanza, estructura y amistad para aquellos que han vivido el Programa y lo han adaptado exitosamente a la vida.
Este libro describe las rutas en el camino hacia esta exitosa adaptación a una vida sin juego. Este camino puede ser suave o rocoso pero en cualquier caso, nunca es un viaje sin dolor mientras se recupera.
JA es efectiva porque:
(a) Socava la negación, proyección y racionalización.
(b) Identifica las serias implicaciones del juego.
(c) Exige honestidad y responsabilidad.
(d) Identifica y corrige defectos de carácter.
(e) Regala afecto, preocupación personal y apoyo.
(f) Desarrolla sustitutos para el vacío dejado por el cese del juego.
(g) No tiene prejuicios.
Mientras más entiende una persona a Jugadores Anónimos, más la respeta y admira por sus principios, realizaciones, efectividad y por las vidas que ha salvado.
Robert L. Custer, M.D.
Mayo de 1983
INTRODUCCION
Los editores creen que a través de los dispositivos de la ficción dramática usted ganará una mayor conciencia del dolor emocional y físico sufrido por los jugadores compulsivos y un mayor reconocimiento por el apoyo y el aliento -necesarios para su recuperación- que los miembros de Jugadores Anónimos comparten con otros. Esto se puede observar en el capítulo II
También verá que el Capítulo VIII, el mayor capítulo del libro, está compuesto por muchas páginas de recuerdos personales aportados voluntariamente por los miembros de la Comunidad y el Apéndice "I" consiste en un importante fragmento de la biografía de Jim W., el fundador de Jugadores Anónimos.
Por lo tanto, es evidente que una parte considerable de este libro está dedicado a recuerdos personales y biografías de los jugadores compulsivos diciendo cómo iniciaron el camino de la recuperación a través de la Comunidad.
Nuestro énfasis en las historias personales de recuperación es necesario a fin de presentar correctamente la opinión de nuestros miembros que, como conductistas pragmáticos, están más preocupados con el proceso de recuperación del juego de compulsivo, que con las razones por las cuales se convirtieron en jugadores compulsivos.
En consecuencia, este libro no es un libro de texto sobre psicología, teorías de la compulsión o sistemas de tratamiento, ni tampoco es una polémica contra el juego recreativo. Se ha organizado en un orden particular en beneficio de aquellos que desean leerlo desde el principio. Sin embargo, cada capítulo tiene su fuerza interna y usted puede escoger para leer capítulos o secciones del libro al azar.
Si usted es un miembro de la familia o un amigo cercano de un jugador compulsivo puede elegir primero leer el Capítulo VI. Si desea saber más acerca de las instituciones de tratamiento vaya al Capítulo VII, los interesados en el sistema terapéutico utilizado por Jugadores Anónimos lean primero al capítulo III.
En cuanto a las historias personales, son las experiencias emocionales compartidas que mantienen unidos a los miembros de la Comunidad y proporcionan la inspiración para este libro. No hay comprensión del sufrimiento y la degradación sin esperanzas experimentadas por los jugadores compulsivos, o de su notable recuperación a través del estímulo y la dirección de Jugadores Anónimos, no pueden ser verdaderamente comprendidos sin leer el capítulo VIII
El proceso de recuperación para los miembros de Jugadores Anónimos es más que un dominio personal sobre el deseo compulsivo de jugar. La continua recuperación para cada miembro de la Comunidad se caracteriza por el deseo de ayudar a otros jugadores compulsivos. Esta es la razón por la cual la Comunidad pone un alto valor en lo que se llama "El trabajo de Paso Doce", que se explica en el capítulo V, pero a las que se hacen muchas referencias en otros lugares en el texto.
CAPITULO I
COMPULSION Y JUEGO COMPULSIVO
El tratamiento más exitoso para el trastorno psicológico del juego compulsivo es proporcionado por la Confraternidad de Jugadores Anónimos.
El tema de este libro es como Jugadores Anónimos tiene éxito donde otras formas de tratamiento han tenido menos éxito. Pero para entender la filosofía y la terapia de Jugadores Anónimos es necesario saber más sobre el comportamiento compulsivo y el juego compulsivo en particular.
Jugar, para el jugador compulsivo, es definido por la Confraternidad de Jugadores Anónimos como cualquier apuesta o participación en apuesta, para sí mismo o para otros, sea por dinero o no, no importa lo pequeña o insignificante que sea, donde el resultado sea incierto o dependa del azar o la habilidad, constituye jugar.
El juego compulsivo, muy simplemente, es el juego que está fuera del control de las emociones del jugador.
Probablemente no hay ninguna persona que no haya jugado alguna vez en su vida. La mayoría de las personas son capaces de controlar la frecuencia de su juego de acuerdo a sus ingresos, el disfrute que reciben y la adecuación de la situación social en el que el juego pueda tener lugar. Esto no es así para el jugador compulsivo o patológico. Al contrario que el jugador social o el jugador profesional, el jugador patológico no puede parar, su interés se centra únicamente en la próxima apuesta.
EL JUEGO ES UNA ENFERMEDAD EMOCIONAL
Para estas personas afectadas, el juego es una enfermedad emocional, debido a que la necesidad de jugar es incontrolable. El jugador compulsivo apuesta incluso cuando no es la respuesta apropiada a una situación social o personal, y apostará con la misma facilidad para celebrar el nacimiento de un niño, como para olvidar la muerte de un ser querido.
La necesidad de apostar domina el pensamiento y la energía del jugador compulsivo. Es tanta la energía que es gastada por la personalidad compulsiva en la planificación de cómo, cuándo y dónde apostar que con el tiempo el disfrute se desvanece y es reemplazado por la ansiedad sobre la capacidad de obtener dinero para el siguiente juego, y para pagar las deudas.
Suponiendo que la propensión a jugar compulsivamente ha estado allí, para empezar, es posible que un solo incidente empuje a una persona sobre los límites del juego compulsivo. Este incidente podría ser la muerte de un pariente cercano o un amigo, un matrimonio o un cambio de puestos de trabajo. Una vez que el jugador ha cedido a la tentación de apostar, la compulsión a seguir se vuelve más fuerte que cualquier deseo de parar. La vida para el jugador patológico se vuelve ingobernable. El jugador patológico pierde el control y, eventualmente, puede llegar a estar convencido de que es imposible abstenerse de jugar, lo que a su vez se convierte en una excusa más para continuar jugando.
Aquellos que juegan compulsivamente por lo general sienten que no tienen otra opción para llevar a cabo sus acciones. Los jugadores compulsivos se sienten obligados a jugar, y aunque saben que el juego es perjudicial, son impotentes para parar.
Esta impotencia, sin embargo, no debe ser considerada "debilidad moral". Hasta la "Edad de la Psicología" (cuyos inicios se ajustan más o menos a la generación de psicólogos experimentales que precedieron a Freud), a los que jugaban o bebían en exceso se les consideraba "débiles", sus hábitos eran llamados vicios y se creía que a los habitués les faltaba "la fuerza de carácter suficiente para resistir la tentación."
Aunque no todo el comportamiento humano es al azar o habitual, ni son todas las acciones humanas premeditadas o concientemente deliberadas. Cada uno de nosotros parece ser una mezcla única de los potenciales biológicos y psicológicos descubiertos a través de nuestras propias biografías personales y sociales. Este descubrimiento hace que sea imposible escribir acerca de cualquier aspecto de la motivación y la necesidad humana en términos que sean suficientemente generales como para aplicarse a todo el mundo. Estos intentos casi siempre conducen a declaraciones superficiales e incluso fatuas que fácilmente pueden ser científicamente invalidadas.
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